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sábado, 18 de mayo de 2013




 ORATURA

No Violet Bulawayo es una de las nuevas promesas  literarias del continente africano, a quien la revista Granta le dedicó un artículo, " we need new names" en el apartado New   Voices. Nacida en Zimbawe,  completó su formación académica inicial allí; luego, viajó a los Estados Unidos, donde obtuvo el título profesional y la maestría en inglés por  la universidad de Texas y la Universidad Metodista del Sur. 

A la pregunta - "¿dónde aprendió a contar historias?"-, ella responde: -Yo crecí con la oratura- todas las personas a mi alrededor contaban historias, igual que respirar, pero en realidad fue mi abuela, Gog’ NaEdeni, quien se sentaba con nosotros a contar historias todas las noches cuando éramos niños, y mis papás, quienes compartían con mi abuela el amor por el relato, los que me impactaron.Sin ellos, dudo que yo sería la clase de escritora que  soy hoy-.



Photo by Mark Pringle.


Oratura. La fuente original de la literatura. La palabra viva, dinámica, el relato que surge en los lugares mas impensados: el oficinista gracioso que narra crónicas picarescas de sus compañeros, el salón de belleza donde igual se desenredan los crespos y las historias de amigos y vecinos, el bar, la cantina, la tienda, la calle con sus vendedores, el campo, la alcoba.

Oratura,  la palabra que camina por trochas y senderos, pegante efectivo de la vida comunitaria. No hay poblados sin relatos, no existe comunidad sin historias. Igual que las raíces de los árboles, son los relatos la seña identitaria de los grupos sociales.



¿Tiene valor la oratura en sociedades altamente tecnificadas? Sin duda alguna. La riqueza de las tecnologías ha posibilitado la expansión de los recursos de forma ilimitada. Y ha ampliado el uso de la escritura como vehículo inmediato de la narratividad, al igual que se han multiplicado los relatores en formatos audiovisuales.

Oratura, el comienzo. De ella se ramifican las historias  que circulan en gadgets sofisticados. La televisión se resiente por el nuevo carácter ya no de los consumidores sino de los prosumidores: "...actor comunicativo  en el   que convergen las figuras del emisor y del receptor en las sociedades ubicuas de hoy, gracias a los desarrollos de la web 2.0 y las tecnología móviles"( Islas, Octavio, signo y pensamiento, 61 ).


El escritor, atento, escucha. En su cabeza se dispara una idea que va creciendo, ampliándose hasta convertirse en relato literario. Cien años de Soledad es el diamante tallado que Gracía Márquez pulió y convirtió en novela. Su abuela fue la fuente.

A los niños se les debe contar historias con el propósito  de encantarlos. Leerles para agitar sus mundos interiores. Convertir los encuentros en ejercicios placenteros en donde el juego, el diálogo, la reflexión están presentes. Oratura amorosa que aviva el pensamiento.

Afinar el oído,  estar atento a los innumerables relatos que nos circundan, condición necesaria para  engordar la imaginación.



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