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sábado, 1 de febrero de 2014




JARDÍN MULTICOLOR


A sus 80 años, enfermo y viejo, decidió dejar de hacerle fuerza a la vida. Con lentitud, se acostó y cerró los  ojos. Invocó a los espíritus y les pidió que se marcharan de ese cuerpo maltratado por las numerosas estaciones. El sueño le llegó esta vez con la imagen de la montaña sagrada, aquella donde habitan los dioses. Musitó sin fuerza las palabras mágicas, las que lo conducirían al río madre, de donde provienen todos los humanos, todas las aves, los monos, los peces. Nadie escuchó su voz profunda, nadie supo que con él, otra lengua desaparecía de la faz de la tierra.


Cada catorce días desaparece una lengua en algún lugar de la geografía universal. Con ella se pierden saberes, prácticas, ritos, mitos nacidos del arraigo de comunidades en su hábitat a lo largo del tiempo. Los conocimientos acumulados por las experiencias colectivas de un grupo desaparecen sin dejar rastro.


De las 6000 lenguas existentes hace 50 años, hoy solo queda  la mitad. Algunos de sus últimos hablantes han emigrado a metrópolis como Nueva York, París, Pekin, Londres. Muchas lenguas nativas sufren el asedio de las lenguas dominantes que  se expanden de manera rápida por el globo. En el sur de Colombia,algunas tribus  indígenas son multilingues debido a la práctica de la exogamia. En una choza en la que conviven varias familias, es posible escuchar cuatro y cinco lenguas diferentes, comprendidas y asimiladas por ellos. Sin embargo, la colonización y la presencia de grupos armados, mineros artesanales y  grandes compañías mineras afecta de manera grave la existencia de estos grupos.


La lucha entre costumbres y prácticas ancestrales y los procesos implacables de globalización generan conflictos que por lo general se resuelven a favor de los últimos. La diversidad linguística, jardín multicolor que multiplica los saberes por mil, se afecta a medida que los países entran en la dinámica del capitalismo internacional. El inglés es la lengua de comunicación universal, la que posee los mayores desarrollos en su vocabulario, especialmente en la ciencia y la cultura. Francia, otrora modelo y faro de cultura, ve disminuir su influencia en el mundo. Países como China, Corea y Japón compiten con Estados Unidos, no solo en el ámbito económico; el arte pop, la música, el cine, la televisión, los comics han sido enriquecidos por el aporte de las culturas orientales.


Me llama la atención que en México, los institutos  de  enseñanza de inglés, mandarín, francés y otras lenguas modernas, ofrecen cursos de lenguas indígenas, especialmente del náhuatl. No me imagino esta tendencia en Colombia, donde por razones de  arribismo extremo,  se mira con desprecio la existencia de comunidades raizales.

SHIVA

En la mitología hindú, Brahma es el Dios creador. A él se opone Shiva, el dios destructor. Vishnú  equilibra  las dos fuerzas. Así ha sido siempre. La tierra gira, indiferente, se suceden las estaciones, los vientos generan cambios en el clima y retoñan las plantas cada cierto tiempo. En medio de todo, los sueños humanos, el deseo de permanecer para siempre. Aparecen los cataclismos, la tierra se estremece, grandes corrientes de agua amenazan con destruir los poblados.  Pasa el tiempo, y en algún lugar se apaga la lucecita que brilló durante tanto tiempo. En otro lugar, brota un pequeño resplandor, esperanzado. 

Nada permanece para siempre.


BRAHMA

VISHNU