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domingo, 26 de diciembre de 2010



AMÉLIE NOTHOMB: ESTUPOR Y TEMBLORES

Fue María Teresa quien mencionó a Amélie Nothomb. Una noche en que conversábamos sobre Muriel Barbery, de la pasión por lo japonés. Ella me habló de la otra mirada, diferente, crítica de un mundo, según ella, idealizado. Y prometió regalarme el libro de Amélie Nothomb, ESTUPOR Y TEMBLORES.

Acomodado en mi hamaca, comencé a leerlo y a medida que transcurría la lectura, me sentí como se supone debían presentarse los japoneses ante el Emperador: con estupor y temblores. Amélie, una joven belga, comienza a trabajar en una importante empresa japonesa, Yumimoto. " El señor Haneda era el superior del señor Omochi, que era el superior del señor Saito, que era el superior de la señorita Mori, que era mi superiora. Y yo no era superiora de nadie".

Su primer oficio, escribir una carta:

"el ejercicio me pareció fácil.Me senté y redacté una carta cordial:el señor Saito se mostraba encantado con la idea de jugar al golf el próximo domingo con el señor Johnson y le transmitía sus más cordiales saludos. Se la llevé al superior.
El señor Saito leyó mi trabajo, soltó un despectivo chillido y la rompió.
-Repítala.

Amélie escribe la carta muchas veces con igual resultado: ¡repítala!. Luego, se dedica a llevar el café a sus jefes. Hasta que un día, el vicepresidente recibe a la delegación de una firma importante. Ella debe llevar café para veinte, y lo hace con tal dedicación, como si se tratara de la ceremonia del té. Este hecho causó un terremoto y una reprimenda del señor Saito:! Ha indispuesto profundamente a la delegación amiga! !Ha servido usted el té utilizando fórmulas que sugerían que sabía hablar perfectamente japonés! y le prohiben hablar japonés.


De allí se desencadenan una serie de situaciones absurdas y humillantes para Amélie, quien termina aseando los baños masculinos. Historia autobiográfica que muestra la rigidez de las jerarquías en Japón, su desprecio y prepotencia hacia los occidentales.

Invito a los amigos blogueros a leer esta breve novela, cuya trama, aunque sencilla, agarra al lector y le devela un mundo enrevesado, exótico y rígido.









miércoles, 8 de diciembre de 2010



LENGUA, POESÍA Y TRADICIÓN


La poesía en lengua española se remonta al siglo XI, con unas "canciones de mujer enamorada", como dice Dámaso Alonso en su CANCIONERO Y ROMANCERO ESPAÑOL:

Vayse meu corazón de mib,
ya, Rab,¿ si se me tornarad?
!Tan mal mi doled li-l-habid!
enfermo yed,¿cuándo sanarad?

(Mi corazón se me va de mí,/oh, Dios, ¿acaso se me tornará?/!Tan mal me duele por el amado!/
Enfermo está, ¿cuándo sanará?)

Poetas hebreos y árabes cultos ponían al final de sus poemas pequeñas estrofas escritas en el dialecto español hablado por los mozárabes y conocidas como JARCHAS. Sutil y tierno toque femenino a una poesía y una lengua que nueve siglos despúés se ha convertido en la segunda del mundo por el número de hablantes. Igual sucedió en Japón con las letras silábicas nacionales KANA, creadas a partir de la escritura china(que llegó al Japón en el siglo IV) y que fueron llamadas "letras de mujeres", por considerarse de menor valor que las letras chinas o KANJI. Es decir, que la lengua española y la japonesa adquieren su esplendor e identidad de la mano refinada de mujeres con sensibilidad exquisita.

A partir de esas breves piezas líricas denominadas jarchas, la poesía española asume el descubrimiento de un nuevo ritmo sonoro y sensible, que encuentra en el cancionero el vehículo idóneo para echar al viento versos de profundo sabor popular:

al alba venid, buen amigo,
al alba venid.

amigo el que yo más quería,
venid al alba del día.
Amigo el que yo más amaba,
venid a la luz del alba;
venid a la luz del día,
no traigáis compañía;
venid a la luz del alba,
no traigáis gran compañía.


En los siglos XV, XVI Y XVII la lengua española amplió y fortaleció su caudal de voces y giros y recogió la riqueza de un nuevo mundo que ofrecía la experiencia de lo desconocido, al punto de producir obras salidas de la imaginación de Cervantes, Lope de Vega, Góngora, Quevedo y tantos otros.

Y al igual que hoy, por diciembre, cantaban en España villancicos al niño Dios:

Una virgen de quince años,
morenica, de tal gala,,
que tan chapada zagala
no se halla en mil rebaños,
nunca tal cosa se vio,
¡huy, hó!
Ni jamás fue ni será.
¿Huy, há!
Pues aquel que nos crió, por salvarnos nació ya.
¡Huy, há, huy, hó!
Que aquesta noche nació.

Deseo una feliz navidad y un próspero año 2011 a mis amigos de RESELIBROS. ¡Qué época tan especial para brindar con palabras y afecto la belleza de vivir, la alegría de compartir!

Hasta enero de 2011, amigos, cuando retomaré este blog que me causa tantas alegrías.