MIS DESEOS   PARA EL 2019

En tiempos de revuelta, cuando lo que parecía inamovible se desvanece en el aire, cuando el cambio climático se elimina  por  decreto   y el surgimiento de campos de concentración se presenta como un avance democrático, cuando la corrupción se mira con buenos ojos y las armas se levantan como emblemas de las libertades civiles, cuando se imponen los discursos racistas, nacionalistas, antifeministas y homofóbicos y crece la aporofobia (odio a los pobres), difícil pensar con cabeza fría qué desear a mis amigos del blog. He decidido elaborar mi lista con mas y con menos,  y que el 2019 esté lleno de muchas sorpresas, alegrías a granel, paciencia a toda costa y mucho, mucho amor y tranquilidad.

A las mujeres del mundo una sobredosis de coraje para luchar por sus derechos, tan exaltados en el papel y  tan negados en la realidad.

Toneladas de solidaridad con los inmigrantes del mundo, los desplazados por razones económicas, políticas, étnicas, raciales, sexuales, religiosas.

Millones de árboles para sembrar, miles de brigadas para limpiar los ríos y los mares.

Horas de lectura, deleite y reflexión, horas infinitas de conversación espontánea, desprovista de dogmatismos, fundamentalismos y totalitarismos de todos los pelajes.

Mas horas dedicadas al amor, al sexo, a la música, mas goce real  y menos selfies.

Mas tiempo para cocinar y disfrutar  los frutos tentadores de cada lugar. 

Menos horas de trabajo, mas tiempo para el deporte, el arte, el ocio.

Mas visitas a salas de teatro, de danza, conciertos,museos, galerías.
Montones de actividades en familia. No a los celulares en el comedor, mucho diálogo y comprensión. 

Visitas frecuentes con los niños a la biblioteca.

Millones de minutos para recorrer y explorar los senderos, arroyos, reservas, montañas, playas y todas las dichas presentes en la naturaleza. 

Mas cine colombiano, que está muy bueno.

Mas meditación y mucha comprensión con los que nos rodean.

Cero tolerancia con la cultura traqueta. 
No a la intolerancia  con las diversidades de género, raza, cultura, ideologías, religión.

Rechazo total a los apologistas de la violencia.

Menos reinados y mas eventos donde la mujer sobresalga por su dedicación, esfuerzo, inteligencia, emprenderismo. 

Dosis justas  de bebidas  espirituosas al ritmo de la parranda y la buena charla.

Mas viajes, si es posible.

Total rechazo a la corrupción, a la cultura del ascenso social al precio que sea, al personaje de "usted no sabe quién soy yo",  a los privilegios sin límite de las élites.

Oídos, ojos, corazón y cerebro atentos para no comer cuento. 

Menos redes sociales, mas música, libros, juego, deporte.

Abrazos a granel, ejercitar el derecho a expresar nuestras emociones.
 Respirar el aire fresco que cada mañana nos regala Guaduas, disfrutar sin tasa ni medida al pueblito de pintura que nos brinda su amoroso espacio y recorrer sin prisa sus rincones naturales, sus casas coloniales y departir con sus gentes.
And last, but not  least, mantener mi blog, que escribo con mucho cariño para mis lectores.

DE LOS EXCESOS 

Sam Anderson escribió un artículo en el New York Times, " New sentences: from the new rules of coffee":

 A veces las cosas se salen de control. En un año, en el concurso de clavados  de  la N.B.A.,  un participante  realizó un clavado con  un objeto misterioso envuelto en negro que  mostró, después,  como una pintura de sí mismo sobre una pintura de sí mismo. Nerón, el famoso emperador de Roma, construyó un comedor giratorio en el que los huéspedes podían comer pavo real mientras los pétalos de flores revoloteaban desde paneles especiales en el techo de marfil. El escritor Tao Lin una vez leyó un poema en el que repitió la frase "La noche siguiente comimos ballena" durante casi tres minutos.

Y añade:

Este es uno de los rasgos más encantadores y enloquecedores de la humanidad: nuestro instinto invencible de exceso. No podemos simplemente disfrutar de un hogar bien proporcionado con decoraciones elegantes, tenemos que producir Versalles. No podemos simplemente apreciar un hermoso pájaro matutino, tenemos que describirlo (como lo hizo Gerard Manley Hopkins) como un "Halcón al amanecer". No podemos disfrutar del Cañón del río Snake sin que algún temerario vestido con  una traje de bandera estadounidense trate de sobrevolarlo en una cicla de cohete híbrido.




Eso que llamamos excesos forma parte de nuestras vidas. Comidas pantagruélicas, noches de locura en las que el sexo, las drogas y el alcohol rompen los delicados diques de la contención y la mesura, acciones suicidas en las que arriesgamos el pellejo arrojándonos al río desde alturas de vértigo, desafíos automovilísticos o en moto que desbordan  las normas de la prudencia.



Cada cierto tiempo ocurre el "llamado de la selva interior", un deseo de probarnos ante el mundo. Pareciera que los periodos de cordura exigen instantes o momentos de excesos, los que de verdad otorgan las vivencias mas intensas y nos regalan, por un instante, la plenitud de vivir.

El justo medio es ideal de ángeles. Es el nirvana que desecha los placeres, el ascetismo cristiano que etiqueta la vida con el rótulo "pecado".



 El exceso es el aullido feroz del animal que se cree dios.

DE VACACIONES EN FAMILIA

Para empezar, despojarnos de la seriedad, de la rutina, vestir el traje en modo juego, sonreír.
Convertirnos en extraterrestres para ver el mundo como si fuera algo desconocido, nuevo.

Ejercitar la imaginación proponiendo conversar sobre temas nuevos como "si viviéramos en una isla solitaria", "el concierto de los animales de la selva", "soy un duende del bosque", "mi vida en marte", un viaje por el amazonas", decálogo de los derechos de los animales"  y cosas por el estilo.

Convertir una escoba en nave espacial, una caja en máquina del tiempo.
Preparar una deliciosa receta y compartirla con un amigo o vecino.
Recoger la basura de la cuadra, el parque, el río.



Mirar una película adobada con  maíz pira.
Compartir canciones en youtube.
Rediseñar un cuarto para una sesión de lectura.
Elaborar maquetas, máquinas, juguetes con material reciclable.
Escribir un poema a alguien.
Salir a la calle suponiendo que somos detectives, médicos, diseñadores y descubrir cosas mas allá de la apariencia.



Trazar la ruta mas rápida, misteriosa y divertida para llegar a algún sitio.
Imitar personajes.
Ir de piscina o de río, convertirse en delfín, en mohán, en caballito de mar.
Observar las estrellas, las nubes, adivinar formas, descubrir constelaciones.
Recorrer una montaña, un valle, observar la diversidad de plantas, de accidentes geográficos, dibujar, fotografiar.



Ir a leer a la biblioteca, solo o en compañía de amigos, de los papás.
Visitar a un compañero de colegio, compartir una fruta, un dulce.
Abrazar a la hermana, al hermano, a papá,  a mamá, a la abuela, el abuelo.
Colaborar con  alguna entidad de servicio social de nuestro barrio o pueblo.



Jugar fútbol, baloncesto, voleibol, carreras,rondas,  quemado y todos los juegos que en nuestra cultura hay.

Sentarse un rato al pie de un árbol, en una banca del parque o en cualquier lugar apacible y meditar sobre las personas que nos rodean, sobre nuestros profesores, nuestra manera de relacionarnos y tratar a las personas, el cuidado de nuestro cuerpo, el trato a los animales.

Hacer nuevos amigos.

Pensar que todo lo que viene pasa y pronto estaremos de nuevo en la rutina escolar, recargados y ansiosos de aprender nuevas cosas y gozosos por haber aprendido y ganado experiencias y amigos.