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jueves, 28 de enero de 2010

LAS CASAS SON CARACOLES


LAS CASAS SON CARACOLES


Las casas se parecen a los que las habitan. Cada rincón refleja los universos personales de sus moradores. Al modelar la casa, se proyecta un mundo. Aquella, por definición, asume los matices de quien la sueña. Y al llenar los espacios, la inmensa geografía de sueños, placeres y pesadillas irrumpe para colorear ese pequeño país rodeado de paredes.




La chascona es una de las casas del poeta Pablo Neruda. Ubicada en el sector de Bellavista, en Santiago de Chile, emerge esplendente bajo la forma de un barco perdido en las montañas. Cada parte de la casa evoca el mar, cada objeto trasladado allí es copla marinera, la casa es un barco que se mueve en la cartografía variopinta de objetos valiosos coleccionados a lo largo del tiempo, donados por sus amigos y obtenidos como premio a su poesía vital. Cuadros de Picasso, Diego Rivera, entre otros, conchas marinas, libros y en cada cuarto un bar, y a través de las ventanas la presencia del verde y el azul soñado. Casa hecha amor y por amor a Matilde.

Si es cierto que cada casa es ese mundo que transportamos como el caracol sobre nuestras espaldas, ¿A qué se parece el lugar en que tú, amigo bloguero, habitas?





















viernes, 22 de enero de 2010


MIS VECINOS

MIGUEL

Miguel se levantaba temprano. A las cinco, se encontraba con sus amigos e iniciaban un recorrido por las calles de Guaduas. Era su hora de ejercicio, que incluía las paradas en tienditas humildes. Allí, sentados en butacas, iniciaban el ritual sagrado: -Vecina, sírvanos lo de siempre- . Y la señora, hacendosa, servía copas de aguardiente a estos atletas tempraneros. Una o dos copas para cada uno, matizadas con esencia de lenguas viperinas. Risas, chanzas, otro recorrido breve y de nuevo el ritual:- Vecina, lo de siempre-.

PEPE

Coca cola y mojicón, la fórmula infalible para crear historias que fluían como un riachuelo desbocado. Bustrofedón local, poeta de la cotidianidad, notario de acontecimientos esparcidos a lo largo del tiempo. Su memoria formidable le permitía derrumbar las vanidades personales, con un humor tan eficaz como un tiro en la cabeza. Terror de las familias que se consideraban de mejor familia que los demás mortales-familias de azucar- decía Pepe, en oposición a las familias de panela- los de abajo-.

MI VECINA

Dicen que llegó de Honda. Instaló un hotel frente a mi casa, con la expectativa de alojar a los conductores de tractomulas que transportan petróleo. Las mujeres de mis amigos andan molestas con mi vecina. Su sonrisa abierta, , la coquetería generosa de una mujer madura que conoce muy bien a los hombres, y una alegría que le permite rumbear a toda hora, han causado desconcierto y admiración en la cuadra. Yo la miro, curioso, y ella no me devuelve la mirada. ¿Pensará que la censuro? Algún día espero hacerle un reconocimiento a sus servicios prestados en favor de la construcción de una sociedad libertaria, la que considera que más importante que el trabajo es el ocio, que más revolucionario que la fe es el humor y que no existe nada mejor que el intercambio libre de deseos, de sonrisas y afectos. !Viva la revolución!!

Invito a los blogueros a participar con relatos de vecinos.











miércoles, 20 de enero de 2010


FOBIAS

En el blog anterior describí el miedo de Edward a expresar su deseo por Florence y todas las circunstancias que surgieron alrededor de la incapacidad para manifestar lo que se piensa. Por estos días, cayó a mis manos un periódico de la UNIVERSIDAD DISTRITAL, EL MACARENAZO. Allí leí un artículo denominado ¿PADECE UESTED DE DEQUEFOBIA?, en el que se analiza de amanera jocosa el temor de algunas personas a poner un DE antes de la conjunción que. Y su autor, JAIRO ANIBAL MORENO, ofrece un listado de fobias que comparto con ustedes.

FRONEMOFOBIA: MIEDO A PENSAR
CENTOFOBIA: MIEDO A LAS IDEAS NUEVAS
ALLODOXAFOBIA: MIEDO A LAS OPINIONES
CAINOFOBIA: MIEDO A FALLAR
LALIOFOBIA: MIEDO A HABLAR
ATAXOFOBIA: MIEDO AL DESORDEN
SINIESTROFOBIA: MIEDO A LA IZQUIERDA
ATELOFOBIA: MIEDO A LA IMPERFECCIÓN
ATAZAGORAFOBIA: MIEDO AL OLVIDO
VERBOFOBIA: MIEDO A LAS PALABRAS
BIBLIOFOBIA: MIEDO A LOS LIBROS
EPISTEMOFOBIA: MIEDO AL CONOCIMIENTO
SOFOFOBIA: MIEDO A APRENDER
BUFONOFOBIA: MIEDO A LOS SAPOS
DIDASCALEINOFOBIA: MIEDO A LA ESCUELA

De igual forma, sabemos que las palabras, a veces-muchas veces- expresan lo contrario de lo que se piensa. Por ejemplo, si nos atrae alguien, en vez de manifestarlo de manera directa, lo decimos en forma indirecta, velada: "te queda muy bien esa falda", cuando en realidad lo queremos es que ella se la quite.

Bueno, invito a los reselibreros a aumentar la lista de fobias y de expresiones indirectas y por qué no, a tratar de explicar por qué ocurren estas cosas.













sábado, 16 de enero de 2010


EL TIEMPO DEL DESEO

Edward, el personaje de Chesil Beach, la novela de Ian McEwan, se debate entre el deseo constante por Florence y los tiempos muertos, aquellos que se llenan con las sutilezas de la palabra, los silencios, el rechazo y la esperanza. La historia plasma el ciclo constante de la pasión, abrumada por el peso enorme de la cotidianidad, las costumbres sociales, la interacción dispareja, la que hace que las respuestas de cada uno de los amantes produzca una convivencia conflictiva.

En el juego de la seducción está presente de cuerpo entero el sufrimiento, la espera a ratos infinita. El deseo se manifiesta espontáneo-no importa cuan domesticado pueda estar- y se manifiesta de manera torpe, como simulación. Palabras que expresan lo contrario, actitudes, gestos que pretenden ocultar el deseo, y la vorágine interna que pide a gritos su liberación. Tantas sutilezas que esconden lo único cierto: la realización erótica, la puesta en escena de los cuerpos que se desean.

Imaginamos los hombres un mundo en el que la plasmación del deseo sea un tramo breve, sencillo, sin retóricas ni afeites. Y la realidad de los encuentros nos recuerda lo difícil que es conciliar nuestros deseos con la vasta y compleja trama de la vida. Tal vez, en lo más íntimo de nuestro ser, soñamos con una realidad virtual que nos conceda al instante lo que queremos. Tal vez, sean el alcohol, la droga, los caminos expeditos que usamos para encontrar nuestro mayor deseo: el sexo.













viernes, 15 de enero de 2010


SEXO, PALABRAS Y SILENCIOS

Chesil Beach es el título de una novela del escritor inglés Ian McEwan.Sus personajes, Florence yEdward, son una pareja de jóvenes que se han casado y han decidido pasar su luna de miel en un hotel en Chesil Beach.Hasta ese momento, no ha habido sexo en la relación. Florence detesta el sexo y sufre al pensar en la penetración. Edward, graduado en historia, desea, por supuesto, dar rienda suelta a un deseo reprimido durante mucho tiempo. Al final, la pareja se separa. Florence no ha logrado superar su "frigidez".

La historia transcurre en un día de julio de 1962, en la alcoba del hotel y en la playa. Y se enmarca en un periodo de transición, en el cual Edward muestra una relación más cercana a la cultura popular:"Su único pasatiempo espiritual serio era oír música, aquellos blues eléctricos con garra que habrían de constituir los auténticos precursores y el motor vital del rock and roll inglés; esta música, opinó toda la vida, era muy superior a las tonadillas visionarias de tre minutos de music-hall que, procedentes de Liverpool, cautivarían al mundo pocos años más tarde". Florence, hija de una pareja de clase media alta y practicante del violín, "...estaba en el otro lado de la ciudad, cerca de Albert Hall, en una gazmoña residencia femenina donde apagaban las luces a las once y las visitas masculinas estaban prohibidas a cualquier hora, y y las chicas salían y entraban constantemente de las habitaciones de las otras. Florence practicaba cinco horas al día e iba a concierto con sus amigas".





La novela dramatiza de manera sensible la contradicción que se establece entre el deseo de Edward y la repulsión al sexo de Florence, mediada por las palabras que afloran y ocultan el deseo(Edward) y el asco(Florence). Palabras velo que cumplen la función de la contención y de lo políticamente correcto en el plano de las relaciones sociales.

El humor aflora de manera constante por las situaciones embarazosas de los personajes (la descripción de los besos, la comida en el hotel) y sus pensamientos que se traducen de manera cómica en palabras fachada, ajenas a lo que ocurre en el interior de cada personaje.

Invito a los lectores del blog a leer esta obra deliciosa de Ian McEwan.