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viernes, 31 de diciembre de 2021





DESEOS PARA EL 2022

La llegada de un nuevo año nos llena el corazón de esperanzas, nos ilusiona con ver nuestros o sueños hechos realidad, así que enumeraré mis deseos para un año que se anuncia incierto:

Un parque ecológico para Guaduas, proyecto que se esbozó y no se cumplió.

Ver el Centro Histórico de Guaduas restaurado: el convento de La Soledad, la Casa Murillo Toro,   la calle4- Camellón Real- reempedrada o pavimentada, la restauración de las casas que amenazan ruina, las aceras uniformes, organización del comercio informal, control al crecimiento incontrolable de palomas en la plaza de la Constitución. Si de verdad queremos que Guaduas sea un pueblo patrimonio, es urgente la recuperación del centro histórico.

Un plan de ordenamiento territorial que preserve zonas amplias del sector rural para la agricultura, la ganadería y las reservas naturales

Una política municipal que le ofrezca a la educación rural un proyecto para instalar y fortalecer la conexión a internet, aunado a un programa de formación docente que le apueste a un currículo pensado para ofrecer educación pertinente, con bibliotecas dotadas de libros diversos, material educativo, intercambios con escolares de la zona urbana, salidas culturales a diversos lugares de la región. 

Un parque infantil digno de una población numerosa que no cuenta con espacios  para la recreación.

Una verdadera política cultural que estimule la diversidad cultural, dé espacio a las culturas juveniles, integre a la población migrante de Venezuela, tenga una oferta de talleres, conferencias, seminarios,  ofrezca formación en nuevas tecnologías, propicie la integración de  jóvenes en proceso de formación técnica y universitaria, estimule la creación de medios virtuales y físicos para divulgar la voz de los estudiantes de educción técnica, tecnológica y profesional de Guaduas.

Ver el inicio de la construcción de la sede de la administración municipal para que se le devuelva  a la universidad su espacio.  y por supuesto, una estrategia para ofrecer con autonomía formación técnica y universitaria de calidad.

Un aumento significativo de personas que apoyen el plan Padrino de la Fundación Antonio Romero Guzmán.


El plan maestro de alcantarillado, una tarea ineludible para rescatar el río san Francisco. 

Son muchos los deseos, así que formulé algunos. Otros quedaron por fuera. Estoy seguro de que mis lectores completarán este inventario de deseos, cuya única finalidad es la de imaginar a  Guaduas como espacio amoroso, grato, justo.

Aclaro que no estoy en campaña electoral, no tengo pretensiones de aspirar a cargos públicos y solo aspiro a poder caminar en paz por los senderos del valle que nos roba el aliento y nos motiva a compartir la amistad con amigos entrañables.

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sábado, 4 de diciembre de 2021



UNA LIBRERÍA EN GUADUAS

Crucé una breves palabras con Laura Acero, autora de "Viajes de campo y  ciudad" en la sede de Espantapájaros en Bogotá,  donde conversó con Yolanda Reyes, ante un pequeño grupo sobre la promoción de lectura- ella tiene su propio proyecto: Bibliocarrito R4, biblioteca itinerante que recorre en Renault 4  la geografía nacional con el empeño de compartir lecturas y charlas con niños y adultos-  y cuando le conté que yo era de la tierra de La Pola  me dijo: sueño con tener una librería en Guaduas.


Esa  idea me conmueve. ¡Una librería en mi pueblo! Y como soñar no está todavía prohibido, voy a contarles como la imagino: Localizada en la Plaza de la Constitución, en un local sencillo, con fotografías de Guaduas antigua y reciente, obras de pintores locales, materas con flores de la región, los libros dispuestos de tal manera que se visualizan en sus portadas, una oferta de café delicioso, de bebidas,  jugos y  helados, el periódico listo para que sea leído por los visitantes, colaciones elaboradas por artistas del paladar, música del mundo a bajo volumen, toneladas de conversaciones, charlas de gente de los libros, del arte y la ciencia,  de personas del municipio que desde sus oficios narran la épica cotidiana que teje la telaraña comunitaria, un proyector o tv para ver videos y películas; en fin, un espacio para gozar.

La lectura y la conversación son hermanitas gemelas, nacen de la curiosidad y el afán de plasmar en palabras el ritmo cautivante de un universo en perpetuo cambio.  Y sea en comunidades aborígenes en las que la palabra discurre como el viento para narrar las leyendas y mitos unificadores, en comunidades pequeñas en las que una esquina es el epicentro de relatos donde se filtran las historias cotidianas del lugar, en ciudades provistas de lugares hechos para el diálogo, en espacios en los que se viaja con el tiquete de la imaginación, en aulas donde se debaten a autores e ideas, siempre existirá la necesidad de compartir las semillas de la curiosidad que nos ofrecen una buena lectura y una buena conversación.


¡Qué bello sería contar con una librería en Guaduas, acogedora, actual, para todos los públicos, apoyada por esa masa invisible de seres amorosos del saber, de la conversación, del intercambio de ideas!




sábado, 27 de noviembre de 2021



TIENDAS TELARAÑAS DE AFECTO

 Karla y James Murray " salen a diario cámara en mano a la captura de negocios de barrio con encanto e historia, con escaparates dignos de figurar en lo que acabó siendo una exitosa saga de libros: Store Front: The Disappearing Face of New York", nos cuenta Mateo Sancho Cardel en El País Semanal: 

Empezaron tomando instantáneas de grafitis, pero con la persecución y casi desaparición del género se dieron cuenta de que los letreros de algunos negocios, como el ultramarinos Ralph’s del número 95 de la calle Chambers o el restaurante de pastrami Carnegie Deli, en el 854 de la Séptima Avenida, eran también dignos de ser considerados arte urbano. “Empezamos sintiendo una mera admiración visual y, además, como no teníamos dinero, fotografiábamos solo aquello que era gratis: el escaparate”, explica James. “Luego descubrimos que los dueños y los empleados de esos locales tenían historias más interesantes que sus propias vitrinas”, añade Karla. 


En el fragoso mundo citadino, los locales perviven, cambian y desaparecen por las dinámicas económicas, ajenas e insensibles a los lazos que se tejen en las comunidades. Lugares donde los vecinos comparten sus historias, en los que se realizan muestras de solidaridad, se suceden historias de amor y erotismo y en los que los chismes son la forma como se construyen los relatos cohesionadores y los  imaginarios de un grupo son reemplazados por la avidez de empresarios dispuestos a apoderarse de lugares para ofrecerlos a personas con alto poder adquisitivo. 

Imagino una historia de Guaduas a partir de negocios cuya finalidad, aparte de la económica, consistiría  en ofrecer un lugar de encuentro a los moradores de la cuadra , del barrio, del centro, de la vereda. Las tiendas y negocios como germen del tejido social. Una tienda, por ejemplo, es sitio de reportería, jugado de familia, espacio de recreación y goce, confesionario y mirador público. El Club San Francisco, que durante tantos años dirigió Luis Acosta, era escenario de los mas reñidos desafíos de tejo, rocola sentimental donde aprendíamos a disfrutar de la música mexicana, del tango, de la ´música cubana y, en mi caso, de los boleros de Benny Moré. Hoy funciona allí una iglesia cristiana. 

La Heladería El Puntalito, de Arnulfa Niño, es la tienda-junto con la de la señora Gladys- en la que hacemos vida los vecinos del lugar. Recuerdo haber visto a un señor, protestando desesperado porque un día no abrían la tienda a la hora acostumbrada.  Moró allí un grupo de veteranos curtidos en las artes de las bromas, la cerveza y los comentarios picantes, que varios días a la semana armaban su cambuche  para rememorar hechos, comentar los últimos acontecimientos y suspirar al paso de mujeres provocativas. Allí me senté muchas veces a disfrutar la música interpretada por Luis Rodríguez, el Mocho Benjamín, Adriano Madariaga, Olivo tinoco, Miguel Hernández y otros, caudal de memoria musical de Colombia y de América latina, llevada a su máxima potencia por las lenguas picantes 



Pasan los días y los vientos anuncian la llegada de novedades. Hoy, se ha llenado mi pueblo de negocios inimaginables hace 20 años: restaurantes especializados en comida japonesa, peruana, mexicana, italiana. Cafeterías de "nueva generación", como Aliarte, ofrecen café procesado en máquinas que le otorgan  el sabor agarrador que nos hace asistir todos los días a degustarlo. Está pronta a abrir una bar cafetería  que ofrecerá cerveza artesanal. Los lugares en los que nos alejamos de la tiranía del trabajo, de las imposiciones sociales constituyen lugares de resistencia en los que alimentamos la ternura, la calidez, el erotismo.

Las nuevas generaciones, al igual que las generaciones pasadas, irán elaborando su álbum emotivo de lugares entrañables., o mejor, de personas que hacen de esos lugares un punto de encuentro para solaz del cuerpo y el corazón. 

Que nunca falten lugares de encuentro donde se afianzan las raíces y se eleva al cielo el follaje.



sábado, 13 de noviembre de 2021

 



DE BARRIGAS Y AÑOS

" Barrigona" es palabra ofensiva en los comentarios acerca de la figura femenina. No sucede igual con "barrigón", circunstancia  ajena al ego de  los varones. ¿Acaso no hemos visto en la playa a señores con barriga super king acariciarla con fruición y orgullo?  "Catana y catano", en cambio,  son igualitarias pues con estas palabras se nombra en Colombia a los viejos.

Cuando Kate Winslet recibió el póster promocional de Mare of Easttown, lo mandó dos veces de vuelta porque le pareció que estaba demasiado retocado. “Vamos, chicos, sé cuántas patas de gallo tengo”. De la misma manera, tras ver junto con Craig Zobel, el director de la serie de HBO, la escena de sexo que mantiene con Guy Pearce, respondió con un “no te atrevas” a la intención de aquel de retocar digitalmente su barriga, una barriga que este año también luce esplendorosa en las secuencias de sexo junto a Saoirse Ronan en Ammonite, su anterior estreno. Así se lo contó a The New York Times en una entrevista esta semana(PALOMA RANDO,"KATE WINSLET Y LA POLÉMICA DE SU  BARRIGA O LA ENÉSIMA PRUEBA DE UNA AUTOESTIMA IRROMPLIBLE", domingo 6 de junio de 2021, EL PAÍS).



En el país de las cirugías y la eterna juventud, actitudes como la de Winslet desentonan. Culos y tetas, labios y nariz son objetos para ser acomodados al gusto de la demanda masculina, sazonada con el aire traqueto que tanto nos deslumbra. Sin embargo, un vistazo a cualquier calle de Colombia nos  arroja una colección de cuerpos distantes de los modelos impuestos en los medios y en los imaginarios de los que sueñan con parecerse a las figuras de carátulas de revistas de modas. 

En Colombia, una mujer abanderada de los derechos a envejecer sin retoques es Margarita Rosa de Francisco. Ella ha dicho repetidas veces que no tiene que ocultar el inevitable paso del tiempo en su figura.  Hace poco leí que las mujeres nigerianas se tiñen el cabello  de negro cuando empiezan a aparecer las canas. Los hombres se rapan la cabeza, así que el paisaje humano semeja una ola negra avanzando sobre el resplandor de playas de arena brillante.



Mas allá de las vanidades y deseos, la vejez es vista  como una desgracia y no hay duda de que en cierta forma lo es. El deterioro físico, las enfermedades , la pérdida de funciones vitales, el pesimismo, el escepticismo  y la cercanía de la muerte hacen de esta época un territorio en constante agitación. Así que las multinacionales de la belleza y la salud han creado un universo paralelo en el que abundan las ofertas para una larga vida, un bienestar que nos retorna a las épocas doradas de la adolescencia y la juventud. 

Existen consolaciones: como no es posible arrojarse desde un peñasco al río de aguas embravecidas, correr una maratón, pasar noche y madrugada en una farra, atracarse con una comida repleta de sabores y grasa, arrojarse a la arena de encuentros eróticos desmedidos, evitamos accidentes y vergüenzas, osos y fracturas. Mejor,  con una cerveza en la mano, mirar discurrir el mundo agitado, palpar con delicadeza el misterio que entraña una sonrisa, gozar de las risas y los juegos de los niños,  recorrer sin angustia los senderos de tiempos idos, arriesgarse a emprender las travesías inagotables que nos ofrecen los libros, disfrutar la calidez de una jornada en compañía de los seres queridos y pensar, con Buda, que la felicidad  son esos momentos con sabor a eternidad.



sábado, 6 de noviembre de 2021

 


CORRIENTES DE AGUA Y MEMORIA

Los ríos son memoria, puentes húmedos que conectan no solo tramos y zonas sino sentimientos, emociones, tradiciones. Las historias personales y sociales de personas y regiones del planeta están vinculadas con el flujo constante de las fuentes de agua. El Ganges es el río eterno de la India, sin el Támesis no es posible explicar a Londres, el Nilo es el sustento espiritual y material de diversas naciones de África y el Magdalena es la artería fluvial  que permitió la construcción de la nación colombiana.



Cuenta Wade Davis en una charla en Banrep cultural que una vez conversó con un habitante de la Mojana, donde había ocurrido una masacre por parte de los paramilitares, y un periodista le preguntó al hombre: ¿Qué le piden ustedes al estado? Y el hombre sin dudar dijo: casas nuevas, porque nos las quemaron todas. el periodista anotaba en su libreta las respuestas y el hombre le dijo. Espera, casas no, queremos que nos ayuden a limpiar al ciénaga, a hacerla mas pura para poder pescar. El periodista volvió a anotar la respuesta y el hombre lo interrumpió: espera, no. Lo que necesitamos es que limpien el río Magdalena, que es la fuente de nuestras vidas. 

En un calendario de 24 horas, la historia de la humanidad ocupa solo un segundo del mismo. Nuestra historia es un chispazo de luz, pero qué chispazo. La especie Homo Sapiens ha transformado de tal manera el planeta, que nuestra existencia está en peligro por el deterioro sistemático del medio ambiente. Ojalá que ese pequeño resplandor ilumine nuestras conciencias y nos permita establecer relaciones armónicas con el resto de la naturaleza.


En el casco urbano de Guaduas, muchas generaciones realizamos nuestros aprendizajes esenciales en el río San Francisco. Allí aprendimos a nadar, a preparar el sancocho, a espiar a las chicas mientras se ponían sus trajes de baño. Fue allí donde surgieron los primeros encuentros amorosos, donde se resolvieron a puños los líos inevitables de la niñez y la adolescencia y se tejieron los relatos fantásticos  que ayudaron a construir nuestros imaginarios, en un ambiente adornado  por el verde y las montañas.  Igual que este río, otras corrientes han sido el bálsamo de sueños de infancia, de goces adolescentes, de sosiego adulto.

Otros cauces, igual, fueron asiento de historias de vida. Allí, en aquel riachuelo azul se vivieron  horas de ternura y pasión. Allí, en esa quebrada honda , se aspiró el aire dulce del monte mientras los cuerpos vibraban acompasados por el dulce canto de la corriente de agua. Allí. 


En la geografía del erotismo  resaltan las corrientes de agua cómplices de encuentros amorosos, arropados los amantes por los pastos y malezas cómplices, en medio de la exuberancia del monte. 

Las reivindicaciones verdaderas demandan la atención y el cuidado de nuestro ambiente. Nada somos sin el agua.



sábado, 30 de octubre de 2021

 



EL ESPACIO PÚBLICO

Nada mas grato que disfrutar en algunos lugares el espacio público: alamedas generosas en las que sobresale el verde, baños públicos, aceras limpias, bien cuidadas, cultura ciudadana respetuosa de los lugares. Dice Antonio Muñoz Molina : " No es casual que las ideas liberales y democráticas surjan al mismo tiempo y más o menos en los mismos lugares que el empirismo científico. No hay ciudadanía sin racionalidad. La vida del mayor número posible de personas puede mejorarse duraderamente con políticas a la vez imaginativas y sensatas que fortalezcan lo público al mismo tiempo que respeten y protejan el albedrío individual, las iniciativas comunales de los ciudadanos"(Lugares Públicos, Babelia).

A guisa de parecer mas tonto, señalaré cuatro escenarios que fortalecen lo público: los parques infantiles, las bibliotecas públicas, los baños públicos y las aceras. Los primeros, dan muestra del respeto y cuidado por los niños. En Colombia, donde no abunda esta consideración, son las plazas y los parques de pueblos y ciudades los que cumplen la función de parques infantiles, en la que se abren campo los vendedores ambulantes, las palomas y las familias. 


Una biblioteca pública, dotada de libros para todas las edades, con instalaciones cómodas y agradables, dan fe del valor y la importancia del conocimiento como eje de una comunidad. Y por supuesto, los baños públicos dignos evitan lo que sucede a toda hora: personas haciendo sus necesidades fisiológicas en la calle. Las aceras en mi país son lo mas parecido a la ruina, llenas de huecos y tomadas por el comercio informal, lugares mas propicios para practicar deportes extremos. Nada mas ajeno a la contemplación es caminar por calles y pueblos de Colombia, aventura que exige toda la atención para no caer en un hueco, ser atropellado por un motociclista o un carro o ser despojado de la billetera o el celular Una ñapa: transporte público digno con vías adecuadas y vehículos amables con el ambiente.

Lo público trasciende lo gubernamental, lo estatal, es el escenario en el que confluye la ciudadanía, el ágora en el que se ventilan los asuntos de interés ciudadano, los espacios para estimular el gusto por el arte, la recreación, la cultura. 


Una manera infalible de evaluar a una sociedad consiste en observar la manera como se trata el espacio público.

sábado, 23 de octubre de 2021

 


MAPAS Y REALIDADES DEL PLANETA

¿Qué nos dicen los mapas acerca de las dinámicas diversas que componen el mundo en sus aspectos sociales, culturales, geopolíticos, económicos, geológicos y ambientales? Muy poco, si  observamos el movimiento incesante de migraciones humanas y de otras especies, las fronteras que se encogen y amplían, las rutas ilegales que atraviesan las fronteras, las heridas causadas a la naturaleza por razones tan diversas como la explotación de materias primas, los cultivos de coca, amapola, la ganadería extensiva, la expansión desaforada de las áreas urbanas. 

Lejanas aquellas épocas en las que mirábamos los mapas con respeto y noble aceptación de los límites impuestos por cartografías imperialistas en las que el norte emergía poderoso y los otros puntos cardinales se sometían al dictado de trazos arbitrarios.  Lecciones de geografía escolar en las que aprendíamos a reconocer las jerarquías de naciones y continentes con  ingenuidad y reverencia, complementadas con lecciones de historia cuyo núcleo lo constituía la noción de progreso y el manto protector de la civilización occidental.


Desde el ámbito escolar vale la pena comenzar a poner en cuestión los límites impuestos por una cartografía que desconoce la riqueza y la variedad  de regiones vistas como lugares remotos e incivilizados, apenas mencionados en las noticias cuando suceden desastres naturales o hechos de violencia.  Imagino un mapa multicolor en el que se destaca el verde " que es de todos los colores", la diversidad de grupos y lenguas, el sonido estruendoso de ríos y quebradas, las murallas verdes y el aire limpio que agita los ramajes esplendorosos de sus bosques. O dicho de otra manera: sentir a Colombia de manera diferente. Con amor, con generosidad, entendiendo que la supervivencia de la humanidad depende de cómo encaremos nuestras relaciones con el planeta. 




sábado, 9 de octubre de 2021

 


COTIDIANIDAD Y ASOMBRO

Escribe  Alejandro Gaviria en su libro "En Defensa del Humanismo":

No todos los días son iguales. Muchos pasan de largo sin dejar rastro. Van acumulándose en esa tumba sin nombre que es el olvido. La mayoría de nuestros día están perdidos para siempre. Es como si hubiéramos estado muertos, dice el poeta.

Otros días, sin embargo, unos pocos , los recordamos por siempre.  Quedan impresos en el libro cambiante, caprichoso e impreciso que es la memoria humana. Esos pocos días(frágiles conexiones en el universo insondable que es nuestro cerebro) nos definen. Son parte de nosotros. Estamos, casi sobra decirlo, hechos de recuerdos. Alejandro Gaviria, en defensa del humanismo).



Comparto esta idea. Y me pregunto: en mi caso, ¿Cuáles son algunos de esos días especiales e inolvidables? 

Viajaba, de niño, a Medellín en bus, por la vía a Sonsón. Un viaje agotador, con derrumbes y largas esperas. Después de una jornada de quince horas, el bus remonta una subida larga y corona la loma. Ya está cerca  Medellín. Al finalizar el plan y comenzar a descender, un mar de luces a nuestros pies. Luces amarillas extendidas en lomas y valle, cocuyos alegres que brindan la sensación de calma. Un niño observa maravillado ese regalo visual que aviva la corta memoria y excita los sentidos.

Son las dos de la tarde. Nos hemos citado con nuestros amigos para ir a bañarnos a la Moya. Por el camino abundante en árboles corremos, bromeamos. Al fin llegamos al pozo. La corriente verde forma un charco provocativo. El sonido de la corriente, las aves cantarinas y una brisa suave que alivia el calor de tarde. 


Primero fue el libro.  El templo del Pabellón Dorado, de Yukio Mishima.- Un monje, cansado del acoso de sus compañeros, decide quemar un templo. Es su venganza-. Luego, estar frente al templo, contemplando la belleza del edificio barnizado de oro, junto a un lago y circundado por un bosque espeso.  Allí, se dice, reposan los huesos de Buda. Es otoño y los árboles se reflejan en el agua. Silencio y asombro.

Tarde de encuentro con los amigos. El sol, el calor y la cerveza fría para el comienzo. Huele a viandas exquisitas y las risas añaden ambiente de fiesta. Bromas, relatos y el espíritu del aire fresco. La música acelera el pulso, despide ráfagas de emoción y le pone un acento superlativo al encuentro.

 Charla con mis estudiantes de once sobre Antígona. Una voz delicada se eleva como una cometa. Para la chica, Antígona es la voz de los vencidos. Se arma la discusión y la clase se prolonga mas allá del toque de la campana. Una voz capaz de avivar el fuego, de poner en situación una historia que data de hace mas de veinticinco siglos.  Unos jóvenes recogen el eco de una historia nacida en un contexto lejano, lo convierten en su voz y dan salida a sus dudas, certezas  y esperanzas.

Sucede casi todos los días. Sales a la calle por cualquier motivo. Alguien te pregunta una dirección, un dato. Le respondes amablemente. Te ofreces a acompañarlo. Así se inicia una conversación que adquiere tonalidades de relato mágico. Otro día, sales a la calle y te encuentras con un grupo de niños que juegan.  O te deslumbras ante el paso de esa mujer hermosa que parece un rayo del sol. 

Un amigo te comparte una alegría: será mamá, papá, ha conseguido un trabajo, ha comprado un lote, pisado un buen negocio, logrado conquistar a esa  o ese al que se ha esperado tanto tiempo.

Ante la imponencia del paisaje, el silencio. 

Las mejores preguntas nacen del asombro ante la noche de luna y estrellas.

Ha fallecido alguien cercano. Ayer, antier, conversaste con ella, con él. Su muerte te recuerda que somos mortales y nos invade la duda,  un temor reverencial ante la pelona y la tristeza por el que se ha ido.


Abres un libro y a medida que lees experimentas una tormenta interior, una especie de huracán que arranca tus seguridades y te ofrece una visión nueva. 

Esa película que te hace moverte inquieto en la silla, el espectáculo teatral o de danza, la conferencia en la que las palabras desalojan la apatía inicial.

Descubrir cada día la magia latente que bulle en la cotidianidad, dejarse llevar por el cauce subterráneo de las voces, los gestos, los silencios y la siempre provocativa llamada del paisaje.


 

sábado, 2 de octubre de 2021


 NOSTALGIA, AMBIENTE  Y NUEVAS PALABRAS

Hubo una época en la que para pasar el río san Francisco en Guaduas, Cundinamarca, se utilizaban puentes de Guadua, dado su caudal y anchura. Hoy apenas se requiere dar un paso sencillo para cubrir la lánguida corriente que amenaza con desaparecer. La pena y la nostalgia por lugares otrora frondosos y exuberantes tiene nombre: solastalgia.  Fue el filósofo Glenn Albrecht quien lo creó  a petición de los pobladores de valle de Hunter, en el suroeste de Australia, nostálgicos por "los pastos de alfalfa y las hileras de viñedos" devastados por la minería extensiva. Así que "solastalgia" es "la melancolía o la nostalgia por la pérdida de un hogar, estando en el propio hogar"(A la pena por la pérdida de ese paraje de tu infancia se le llama "solastalgia", Alberto G. Palomo, El País). 

Señala Albrecht que este término  refleja un estado anímico, "profundo, evidente, que se palpa en todo el mundo en distintos contextos y que probablemente llevamos miles de años experimentando en circunstancias similares". El deterioro ambiental se expresa con el término "ecocidio", visto por algunos como un crimen de lesa humanidad, y algunos psicólogos hablan de "trastorno por déficit de naturaleza", cuyos efectos son "disminución del uso de los sentidos, enfermedades físicas o emocionales, obesidad infantil y adulta"(El País).


Otros términos que definen nuestro presente ambiental son "ecotrauma" y "ecoansiedad", manifestaciones traumáticas por la pena que causa la pérdida de ambientes naturales. Sabido es que la mayoría de las urbes del tercer mundo son tiras gigantescas de cemento, barrios en donde no es posible encontrar un árbol y mucho menos un parque o sendero ecológico. Así que ha surgido una corriente de pensamiento denominada "colapsología", que plantea el fin de la especie humana por la manera como nos relacionamos con las otras especies y el medio natural. 


Miro embelesado el valle de Guaduas. Esos tapetes verdes, las montañas que protegen el valle, las murallas de árboles protectores y de repente, una mancha amarilla que significa un fragmento de monte derribado, unas moles de cemento, un cultivo de algún producto comercial y los potreros, dispuestos a tragarse la riqueza que nos brinda la naturaleza. 

¿Habrá alguna posibilidad de revertir los modelos de desarrollo basados en la extracción y la explotación inmisericorde de nuestros recursos naturales?   

sábado, 25 de septiembre de 2021

 


 LA EXISTENCIA HUMANA Y EL EQUILIBRIO DEL PLANETA

¿Cómo comprender mejor nuestro ser? ¿Por medio de la búsqueda interior? ¿o acaso es mejor develar el conjunto de las interacciones de un individuo para acercarse a su ser? Kim Ki Duk, el director de cine coreano nos mostró en la película "las 4 estaciones" el proceso vivido por un niño y un monje en una casa flotante a lo largo de la sucesión de las estaciones de la vida de los personajes. Se trata de descubrir la esencia que late en nuestra interioridad. Dijo Lao Tse: quien domina a los demás es poderoso; quien se domina a sí mismo, es invencible.  Así que la confianza y la seguridad son el resultado de  la introspección. 


Juan Luis Cebrián en su reseña del libro "Rico en conocimiento, pobre en filosofía" , de Joan Carles Mélich en El País señala:

Heredero intelectual de ­NietzscheHeidegger y Wittgenstein, considera-Joan -Carles Mélich- que la existencia es estructuralmente relacional. Frente al viaje interior que cualquier ideología mística predica como el mejor camino para descubrir el propio ser, para Mèlich existir es “salirse de uno mismo, lanzarse a una aventura en tierra extraña” repleta de incertidumbres. A fin de poder desenvolvernos con acierto en ese lugar siempre inhóspito contamos con herramientas heredadas, a comenzar por la gramática, que no es solo la lengua, sino un universo de símbolos y normas que diseñan un horizonte moral, una especie de reglas de decencia, sin observar las cuales sería imposible habitar el mundo. Gracias a la tradición literaria, muy viva en el razonamiento del autor, la memoria, tanto personal como colectiva, forma parte inevitable de ese universo ritual y simbólico que nos ayuda a componer el relato: una forma de descubrir la verdadera existencia más lúcida que la lógica o la argumentación.

La búsqueda sobre el ser se nutre de lo íntimo y lo externo, en un juego de equilibrios y desequilibrios propios de una especie dominante en la tierra. Contamos con un cerebro especializado, una herencia genética, una organización social sofisticada y una experiencia que, sumadas, nos permiten disponer sin sonrojarnos de los ecosistemas que albergan a otras especies, en franco detrimento para aquellas. El bumerang se devuelve y nos golpea de tal forma que por primera vez en la existencia de la humanidad aparece el temor de desaparecer de la faz de la tierra. 

Comprender nuestro ser significa,  ante esta perspectiva posible, considerar una nueva aproximación a nuestro papel en la red de interacciones con el medio y en particular con lo que ha significado la noción de progreso humano. Una cuestión simple: el consumo de carne significa la potrerización de vastas zonas boscosas, la producción elevada de CO2 y el maltrato a otras especies. Así que desde asuntos cotidianos como la alimentación, urge replantear nociones como bienestar,  gusto y comodidad.  


Sea que nos  lancemos  a una aventura en tierra extraña como que nos sumerjamos  en las profundidades de nuestra intimidad, no hay ruta posible distinta de repensarnos como especie. De nada sirve sentirnos motivados por los logros personales y colectivos si ello implica la destrucción del medio y la explotación desaforada de los llamados recursos naturales. Escribe Alejandro Gaviria:

Pareciera, como dijo alguien, que vamos rumbo al abismo y seguimos apretando el acelerador con la esperanza cobarde de que, por una suerte de milagro irónico, se acabe la gasolina antes de llegar al precipicio (En defensa del Humanismo).


Este panorama oscuro reclama la intervención de todos. Si bien es cierto que los intereses económicos se imponen, también es cierto que existe en nuestra condición humana  y la cultura la solidaridad y la acción consciente para generar cambios profundos en la vida social. 

Mas hermoso que creernos los reyes de la creación es sentirnos parte de un planeta diverso en el que coexisten numerosas especies, en escenarios distintos y con una finalidad mayor: modelos de vida basados en el respeto por el ambiente, pensados con amor, compasión y solidaridad. Es decir, que descubrir nuestro ser implica desprendernos de las pompas otorgadas por nuestra condición de especie sofisticada para ponernos en el mismo nivel de las demás especies.

sábado, 18 de septiembre de 2021


   AMOR Y COTIDIANIDAD  

De los placeres exquisitos, pocos como el descubrimiento de la belleza que guarda la cotidianidad. Esto lo ratifiqué oyendo el diálogo entre Fernando Savater y Alejandro Gaviria en el Hay Festival 2021. El diálogo se armó a partir del último libro de Savater, "La peor parte", dedicado a su relación con Sara Torres, su compañera a lo largo de 35 años y quien murió de cáncer. 

Una idea que me sacudió es la que plantea Savater al comienzo de la conversación: hoy se insiste en valorar la pluralidad, la diversidad. Para él, la insistencia en lo diferente excluye lo que de verdad tiene valor: la semejanza. Para la  especie humana, las diferencias en el color, la estatura, la procedencia, la comida son aspectos secundarios. Experimentan lo mismo  el pastor de cabras de una remota comunidad de África que el granjero noruego ante el dolor, la tristeza y la alegría, el amor y la soledad.

 


Dice Savater que la expresión "amor romántico" es un pleonasmo: todo amor es romántico, requiere la dosis de locura y de pasión, de ilusión y riesgo, que convierte la relación en una aventura permanente. Así que aquí es donde aparece lo cotidiano. Alguien pregunta:  ¿la cotidianidad mata el amor? Responde Savater: la cotidianidad es imprescindible e inevitable. Nadie vive todos los días en orgías. 

La cotidianidad exige respeto y autonomía: cadenas y prohibiciones matan el amor. Una cotidianidad sin cortapisas, una experiencia amorosa en la que el amor no niega la libertad.


"Vivir es una experiencia poética", anota el filósofo español. Y los que aman se distinguen de los que viven para la gloria, el dinero. Los que aman, viven para alguien. El secreto radica en descubrir la magia que guarda el día a día. Los amores épicos son fabulosos en el cine y la literatura. En la cotidianidad, se viven las epopeyas de lo sencillo. "La vida está llena de nimiedades importantes". 

En tiempos de amores exprés, reivindicar el amor en la cotidianidad es un acto subversivo. El amor es un bolero que siempre es nuevo, un canto a las circunstancias de todos los días. 



sábado, 11 de septiembre de 2021



 GUADUAS: PAISAJE, HISTORIA Y URBANISMO

Un recuerdo memorable de mi adolescencia lo constituyen los recorridos sabatinos con Héctor Hernández- mi compañero de curso en el colegio Samper y cómplice de tantas aventuras por diversos recovecos de la Guaduas rural- por la montaña que se yergue airosa a occidente y que sirve de muralla vegetal al valle de Guaduas. Cuando se emprende el recorrido por Paramillo y se asciende  hasta la vereda de Aguaclara, se experimenta una sensación maravillosa ante el paisaje diverso que  se ofrece a los ojos y al corazón.  Hoy han construido allí  un mirador que permite observar de manera privilegiada el valle del Magdalena y el valle de Guaduas, experiencia singular dada la magnificencia de la vista. 


He destacado en repetidas ocasiones el privilegio de Guaduas al estar ubicada en  un valle acogedor, en la que el verdor de sus montañas y la belleza del poblado la convierten en motivo de interés turístico. Además, ha sido el poblado un escenario de personajes y acontecimientos destacados de la historia nacional. Tres en particular: Francisco Javier Matiz y Alexander von Humboldt: el primero, natural de Guaduas,  pintor de plantas de la Expedición Botánica; el segundo, el científico mas destacado del siglo XIX, quien conoció a Guaduas y pernoctó en la villa, de paso por sus expediciones; y una tercera, Soledad Acosta de Samper, la mas destacada escritora del siglo XIX en Colombia. De niña corrió por los pasillos de la casa de su padre, Joaquín Acosta, hoy sede de la Fundación Antonio Romero Guzmán y fue Guaduas escenario de algunos de sus relatos. Así que en términos históricos, posee Guaduas un lugar destacado en los anales de Colombia.


Ha crecido la villa de manera vertiginosa desde finales del siglo pasado y auguro que, de seguir el actual ritmo de construcción, las zonas rurales cercanas se convertirán en barrios y urbanizaciones, para deleite de los urbanizadores. Esta tendencia nacional de convertir las áreas rurales en zonas habitables ha favorecido la destrucción de bosques, la afectación de quebradas y ríos y la uniformización del paisaje, cuyo símbolo lo representa el cemento. En Guaduas no existen espacios ni escenarios para la recreación; se construyen urbanizaciones sin zonas verdes ni parques y no se piensa en los niños. Así que predomina el afán por levantar moles de mal gusto, cuyo propósito es aprovechar el espacio para levantar muros.


Entiendo la relación entre crecimiento poblacional y desarrollo urbano, pero considero relevante conservar zonas rurales para la agricultura y la protección de los bosques, condición ineludible para la conservación de las fuentes de agua. El valle de Guaduas merece conservarse, a pesar de la voracidad de los urbanizadores  a quienes solo  les interesa la rentabilidad del suelo. 

En perspectiva, veo dos escenarios: una Guaduas llena de barrios, con transporte público anárquico, inseguridad, desempleo y otra, mas amable: una Guaduas en la que se respira aire puro y el verdor de las montañas constituya su mayor tesoro.