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sábado, 25 de junio de 2022

 


LA URBANIDAD EN LA MESA

Cuenta Andoni Luis Aduriz en El País que en la iglesia gótica de San Pedro, en Lovaina, Bélgica " se encuentra La Última Cena pintada por Dirk Bouts (1410-1475), un óleo considerado una de las grandes obras de los primitivos pintores flamencos. Este trabajo del siglo XV ensaya las posibilidades del realismo. de la representación del mundo real. De esta pintura se suele destacar el eje de gravedad, el punto de fuga,  que se encuentra en la lámpara bajo la que un inusual Cristo, en el papel de sacerdote durante la liturgia eucarística, bendice el pan. Sentados alrededor, en una mesa circular, se reparten los discípulos. Entre todos ellos, hay  un elemento que suele pasar inadvertido: un tejido que  se extiende a lo largo del borde de la mesa cumpliendo la función de "Servilleta comunal". Hay que tener en cuenta que durante la Edad Media se comía con las manos y era habitual limpiarse en el mantel, incluso en la ropa".


Los modales en  la mesa han formado parte de las rutinas y los rituales sociales: "Erasmo de Rotterdam reglamentó en su trabajo De civilitate morum puerilium(1530) el correcto comportamiento y uso de los utensilios en la mesa, así como la clase de conversación que debe llevarse en relación con el menú escogido". Las normas varían de acuerdo con la época, la clase social, la edad, el género. En algunas sociedades se come con la mano, en otras se utilizan los palillos o  cubiertos; asuntos como los eructos, hablar con la boca llena, tirarse pedos son bien  o mal vistos, de acuerdo con la cultura del lugar. En la Roma imperial, durante los banquetes de las clases adineradas, era norma provocar el vómito para segur comiendo.


Usar venenos durante las comidas para deshacerse de algún rival, fue costumbre durante muchos siglos, por lo que se reglamentó la costumbre de mantener las manos en sitio visible. Incluso hoy, muchos personajes cuentan con una persona que prueba los alimentos, no sea que alguien introduzca la pócima mortal. 

Es habitual en Colombia "el bocadito",  como forma de manifestar el cariño hacia alguien. La mujer o el hombre parten una porción de su comida y se la  ofrecen al otro/a con cariño. Y las parejas suelen compartir sus platos con el fin de probar varias delicias culinarias. 


Hoy, que la vida agitada transforma las costumbres y los rituales de la mesa, se han reducido las normas sociales para acomodarse a la premura de los horarios de trabajo. Una hamburguesa no requiere de muchas convenciones; una empanada se consume sin que medien pasos sofisticados y el almuerzo en el porta solo requiere de los cubiertos básicos para su consumo. La reunión familiar a la hora de las comidas no es posible dado que se estudia o trabaja y para muchos comer en el cuarto mientras se mira televisión o se usa el celular es costumbre fija.


La ética establece los parámetros para la convivencia armónica en sociedad. Los modales en la mesa, una de las expresiones de la urbanidad, fijan las reglas atenientes al cuerpo.  De los meandros del espíritu a la expresión material de la interacción en la mesa hay un camino compartido. Cuerpo y espíritu son en esencia uno solo. La danza de las normas y rituales para el banquete traza en el aire la complejidad de la condición humana. 

Alimento y ritual para el placer.

sábado, 18 de junio de 2022



LA LLUVIA
I

Las gotas de lluvia golpean el vidrio de la ventana. Un sonido suave  nos anuncia la caída del agua; las ramas de los árboles reciben la caricia de las gotas de lluvia. El cielo ha adquirido un color gris y una cubierta compacta de nubes oscurece el ambiente. Llueve. Se vive una sensación de prisa, de deseo de protección. Pasan raudos los vehículos y por un buen tiempo, el ritmo que consideramos normal se transforma por acción de la caída de agua. Los transeúntes buscan refugiarse debajo de los  aleros de los edificios; algunos, armados de paraguas, se lanzan en veloz carrera hacia los paraderos de buses. Todo se reduce a la búsqueda de protección. Alguien recordará: "esta tarde vi llover/ vi gente correr/ y no estabas tú",  la bella canción de Manzanero.  Un grupo de niños juega alborozado bajo la lluvia.

II

Resguardado bajo un alero, mientras cae la lluvia, espero. Vivo la sensación que nos brinda este fenómeno natural y que consiste en dotarnos de un extrañamiento ante la cotidianidad. Todo parece desvanecerse ante el tupido manto de las gotas. La lluvia propicia  la meditación  para intuir la eternidad. La lluvia nos brinda ese instante supremo en el que reconocemos lo efímero de la existencia. La lluvia es el mensaje que nos devela la fragilidad de las construcciones humanas.


III

Nadie esperaba el aguacero. El cielo, entre nubes y claridad, prometía una jornada dichosa al aire libre. Al instante, las mesas, las sillas adquirieron otra condición: la de objetos incómodos a los que había que trasladar bajo techo. El ambiente cambió de la euforia a la necesidad de resguardarse. Todos miraban caer la lluvia. Los planes de reír, jugar, bailar, seducir pasaron a segundo plano. En un instante, lo que prometía ser una jornada festiva se convirtió, gracias a la lluvia, en estado de contemplación.

IV

No cesa la lluvia. Las quebradas y el río han crecido. El puente es desbordado por la creciente. Sin pedir permiso, la corriente de agua desborda las orillas y se mete en calles y casas. Hay agitación, gritos, personas que corren, sacan muebles, colchones, buscan sitios elevados. Cuando cesa la lluvia,  regueros de objetos diversos llenan las calles. En cada casa se saca el agua a baldados. 


V

Las gotas de lluvia resbalan juguetonas sobre el follaje. Allí saltan las gotas sobre el suelo, allá se forman pequeños charcos. El pasto está mojado, las piedras resbalosas. El olor a monte se despliega victorioso. Se vive un instante en el que ser y monte son uno.  El aire que circula por el lugar penetra los cuerpos; árboles y personas forman una unidad. La lluvia nos devuelve el sentido primigenio de la existencia, aquel en el que todo está conectado. 

sábado, 4 de junio de 2022

 


CARRETERAS II

El  planeta tierra semeja una gigantesca telaraña de vías que unen lugares y culturas: "Las carreteras modernas conectan el mundo que hemos creado. Se calcula que hay mas de cincuenta millones de kilómetros de vías por todo el mundo,  al menos una tercera parte de las cuales está pavimentada"(Huellas, David Farrier).

No se concibe el paisaje moderno sin las cintas de asfalto, tierra y gravilla. Desde niños aprendemos a interpretar nuestros desplazamientos en función de los caminos y nuestro continuo peregrinar tiene sentido en la medida en que existen y se crean nuevas vías. El automóvil es el medio que nos otorga la sensación de libertad. "Las carreteras nos acompañan durante una gran parte de nuestras vidas-¿cuánto tiempo pasa cualquiera de nosotros alejado mas de cien metros de una carretera o fuera del alcance de sus voces susurrantes?- y , sin embargo, de alguna manera nos hemos habituado a no ser conscientes de su presencia(Farrier).


Hace poco, el tráfico por la vía Villeta-Guaduas se vio interrumpido por derrumbes que causaron trancones prolongados, afectando  el transporte de carga y pasajeros. Ha sido esta vía fuente de frecuentes interrupciones ocasionadas por derrumbes, accidentes y volcamiento de vehículos. Lo interesante es comprobar que la vida de las comunidades se altera de manera dramática, lo que demuestra su dependencia  de las vías.

Un aspecto fundamental de las carreteras tiene que ver con las transformaciones que suceden en la parte geográfica y social: el trazado de las vías altera las condiciones de los terrenos, la pérdida de fuentes de agua, el asentamiento de comunidades al servicio del transporte, el aumento de las basuras, la oferta ilimitada de    A planes urbanísticos,  mayores índices de delincuencia y nuevas funciones económicas en zonas rurales.


La carretera es insaciable. Las carreteras pavimentadas vinculan todos los cambios mas importantes y duraderos que le hemos hecho a la superficie del planeta, desde las minas mas profundas hasta las megaciudades mas grandes; a través de ellas, satisfacemos nuestras adiciones a los recursos finitos...Cada uno de los billones de objetos hechos de plástico que hay en los océanos del mundo  llegó a la costa a través de una serie de viajes por autopista, que empezó en los campos petroleros. Las carreteras mismas crean enormes cantidades de partículas sintéticas producidas por  la abrasión de los neumáticos que acaban en los mares y ríos, se depositan finalmente en el lecho marino y son envueltas por una capa de barro (Farrier).

Las carreteras simbolizan la formidable inventiva humana para crear sistemas de vida que facilitan la comunicación, el intercambio y el bienestar de las sociedades. El costo total nos ofrece un panorama difícil que pone en cuestión la supervivencia de la especie. Cada nueva autopista, cada comunidad transformada por el paso de una vía nueva, el consumo elevado de materias primas, la basura que se acumula, la contaminación que destruye los ecosistemas, la destrucción de ambientes naturales indispensables para el equilibrio del ambiente nos muestran las contradicciones de lo que denominamos progreso.