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sábado, 30 de julio de 2011






LIBROS, RELATOS Y VIDA



Finalicé la lectura de 1Q84, la novela de Murakami y me invadió cierta sensación parecida a la salida de un cine. La oscuridad es rota por las luces. Afuera la vida transcurre con su ritmo acompasado. Al abandonar la sala y recibir el golpe de la luz en el rostro, el mundo visto en la pantalla se va evaporando lentamente. Y sin embargo, los personajes, las situaciones, las peripecias, los conflictos nos interrogan, nos ponen en cuestión con nuestras percepciones y un deseo de prolongar la vivencia letrada o visual se resiste a aceptar lo que por comodidad denominamos normalidad.

En mi vida perdura el impacto que me provocó la lectura de MEMORIAS DE ADRIANO. Recién terminado, , anduve alejado durante días de las preocupaciones cotidianas. Las reflexiones del emperador, su visión pagana de la vida, el fin de la juventud y el arribo de la vejez, las enfermedades y la proximidad de la muerte, las ambiciones de poder, la amistad:

Los hombres más opacos emiten algún resplandor: este asesino toca bien la flauta, ese contramaeste que desgarra a latigazos la espalda de los esclavos es quizá un buen hijo; ese idiota compartirá conmigo su último mendrugo. y pocos hay, que no puedan enseñarnos alguna cosa. Nuestro gran error está en tratar de obtener de cada uno en particular las virtudes que no posee.

Los libros-las lecturas- nos permiten a obtener una perspectiva mas compleja de la condición humana, lo cual no implica que los libros nos hagan mejores personas. El mayor atributo de las historias radica en su capacidad para brindarnos durante el tiempo de la lectura el disfrute de una experiencia única, la que tiene la propiedad de ofrecernos el espejo de una trama en la que nos miramos absortos. ¡Cómo sufrí con el amor de Tsukiko, la mujer solitaria y Harutsuna, el maestro. Carrera contra el tiempo de una relación que se nutrió de soledad y ternura:

Suelo llamarlo en voz baja: "¡maestro!". De vez en cuando oigo su voz que me responde desde algún lugar del cielo: "Tsukiko". Preparo el tofú hervido como él, con bacalao y crisantemo ."Algún día volveremos a vernos", le digo y el maestro me responde desde el cielo:"No tengo la menor duda".

En noches como ésta, abro el maletín del maestro. En su interior no hay nada, sólo un vacío que se extiende. Un enorme espacio vacío que crece sin parar.

Afuera, los cerezos en flor nos recuerdan la brevedad de la vida y la eternidad que cabe en un suspiro.

Una situación particular me ocurrió con Detectives Salvajes, deRoberto Bolaño. Al comienzo no me atrajo la historia. Dejé el libro en algún lugar y cierto día desapareció, como si mi desinterés hubiera sido el conjuro que lo desterró de mi vida. A veces, me asaltaba el recuerdo de una trama que poco a poco me iba resultando cercana, necesaria. Busqué el libro sin éxito hasta que el día menos pensado lo hallé en un lugar donde antes no lo había visto. Reinicié la lectura y me atrevo a decir que disfruté de una historia -mejor decir de muchas historias- en las que se mezclan estilos, puntos de vista, suspenso, registros linguísticos múltiples y una de las prosas más atrayentes de la literatura contemporánea.

Converso con Oscar, mi exalumno y hoy día doctor en literatura por la Universidad de La Sorbona. Me agradan sus juicios inteligentes, su capacidad para escuchar, la enorme sensibilidad con que aborda la poesía contemporánea. Coincidimos en que el libro como objeto físico puede desaparecer, no así el gusto por la lectura. Creo que en un futuro cercano la lectura se aproximará a una experiencia integral en la que el sonido, la imagen y el texto-y el olfato- nos brindarán emociones más completas y nos abrirán nuevas perspectivas para abordar la literatura-y por supuesto las demás disciplinas-.

El gusto por los relatos sigue siendo la primera preocupación humana. Las fuentes y los formatos son numerosos, la pasión es única e intemporal. Arrebujada en su cama, una mujer lee Ana Karenina mientras el frío glacial paraliza el viento. El relato le brinda el refugio interior necesario para protegerse del clima. Muy lejos de allí, un joven se trepa a un palo de mango a leer Cien años de Soledad. Alejandra me cuenta que leía La Dama de las Camelias bajo las cobijas, porque su padre no le permitía la lectura de esa obra que él consideraba poco edificante. Y un niño de cuatro años convierte una lonchera en caja de libros ambulante. A cada persona que se encuentra le pide que le lea un cuento.

En mi imaginación, la sociedad totalitaria perfecta es aquella que prohibe la existencia de los relatos. Hace poco leí que en un país de Europa Oriental un tirano había prohibido las reuniones de dos o más personas en sitios públicos. La conversación elevada al rango de delito.

Camino por la vida sediento de historias que como collage nos muestran el variopinto escenario de la vida. Muchas veces he sido arrastrado por el vórtice de relatos en los que el ingenio, el dolor y la pasión nos dan la medida de la condición humana: ese pillo que me cuenta cómo tumbó en Venezuela y Ecuador a muchas personas, la familia que me relata su éxodo al Caquetá, el chico que describe una fiesta loca en Bogotá, las historias de miedo ocasionadas por los grupos armados que como fantasmas recorren la geografía colombiana, la pena de amor que no cesa por el abandono inesperado, la conquista lograda en la red, la nostalgia de un viejo por los tiempos idos, los milagros que ocurren en nuestra vecindad.

En libros o en la red, en la calle y en la oficina, en la alcoba o en la fábrica se producen deslumbramientos ocasionados por una historia que estimula el cerebro y nos transporta a mundos prohibidos, desafiantes.

Innumerables Sherezadas me seducen cada día con sus relatos fascinantes. En libros o en relatos orales y visuales descubro facetas de la condición humana. Piezas maestras con las que se construye la máquina imperfecta de nuestras vidas.



























viernes, 29 de julio de 2011





1Q84


Ha llovido toda la noche. El ruido de las gotas al caer sobre el tejado produce una melodía monótona cuyo efecto genera toda clase de pensamientos, sentidos desde la penumbra y el frío, lo que los hace distintos. En la duermevela los pensamientos se despojan de la apariencia, y la mente vaga ligera por lugares conocidos, proyectando luces y sombras nuevas. La realidad y el sueño se confunden y un mundo más parecido a nuestros deseos irrumpe sin trabas. Vagamos libremente por esos lugares en los que lo oculto del día se muestra libre, espontáneo. Nos recorre una sensación de habitar un mundo en el que la apariencia ha sido borrada por nuestros deseos más profundos. Hasta que la luz del día descorre la cortina y la película tan morosamente recreada por nosotros desaparece al instante. Así, como este estado entre la realidad y el sueño, viví la lectura de 1Q84, la novela del japonés Haruki Murakami.

¿Es posible que un mundo paralelo se posesione del mundo real y que ciertos hechos en apariencia inconexos constituyan los indicios de una realidad nueva? Aomame es una joven deportista que asesina a determinados hombres. La razón: esos hombres maltratan a las mujeres, violan a jovencitas indefensas. Cierto día en que debe cumplir una de esas misiones, se baja en medio de una autopista, toma un atajo. Y luego oberva a un policía usando uniforme y revólver antiguos. ¿Cómo es posible que ella no se haya enterado del cambio? Es el año 1984 y para Aomame las circunstancias mencionadas forman parte de la existencia de un mundo que ella denomina 1Q84- En japonés la Q y el número 9 se pronuncian de igual manera-.

Tengo es un profesor de matemáticas a quien le apasiona la escritura. Por encargo de un editor, reescribe una novela, la crisálida del aire, que ha sido presentada en un concurso literario. Tengo debe darle mayor consistencia al texto.Su autora, Fukaeri, una joven de 17 años, acepta la revisión de su texto. La historia narra la existencia de la little people:

No sé si eso a lo que llaman little people es bondadoso o malvado. En cierto sentido, trasciende nuestro entendimiento y capacidad de definirlo. Hemos vivido con ellos desde tiempos inmemoriales.Cuando el bien y el mal todavía no existían. Pero,sean buenos o malos, sean luz o sombra, lo importante es que cuando despliegan su poder surge de forma inevitable una acción de resarcimiento. en este caso, prácticamente al mismo tiempo que yo me he convertido en apoderado de la Little People, mi hija se ha convertido en el ser que encarna la acción anti Little People. Es así como se mantiene el equilibrio.

A medida que avanzamos en su lectura , se desvela una historia fantástica en la que se muestra el dogmatismo de sectas religiosas y proyectos fundamentalistas, seres extraordinarios,sexo, diálogos provocativos, acciones vertiginosas. Su mayor virtud: el ritmo desenfrenado del relato, la tensión que agarra desde la primera página, los personajes misteriosos que traman desde distintas intenciones actos que conducen al advenimiento de un mundo nuevo, versión hacia el pasado de la novela futurista de George Orwel, 1984.

Al leer el texto vivencié la experiencia de introducirme en un mundo surreal por el que discurren personajes fuertes, misteriosos y en el que el mal y el bien parecen concurrir al eterno encuentro en el que las fronteras parecen diluirse, pues siempre existe algo subyacente que no permite interpretar el mundo en blanco y negro.

Ha cesado la lluvia. El vapor que despiden las calles invade nuestro ser y el cerebro se apresta a asumir de nuevo la realidad inmediata. Una nube extraviada pasa frente a nuestros ojos y el sol aparece radiante.






























































miércoles, 27 de julio de 2011





DOÑA BELLA Y EL TUBO


Miro a ratos fragmentos de telenovelas en la mañana. Ese espacio mañanero lo dominan los mexicanos. Incluso los actores de otros países hablan mexicano. Mujeres muy hermosas rodeadas de villanos ypersonajes buenos. Historias que repiten el mismo libreto. Intrigas amorosas que se mezclan con luchas por el poder y el dinero. Damas que hacen gala de maldad. Madres ambiciosas, viejitos que ponen el lado cómico o libidonoso, amigas leales e interesadas, familiares muertas que desde el más allá aconsejan a los buenos, crueldad sin fin de los malos.

Un aspecto que me interesa de las telenovelas es el del erotismo. En todas las historias hay un bar en el que hermosas chicas atienden a los clientes. Entre esas mujeres, es posible que se encuentre el personaje femenino principal. Su modo de vestir, provocativo, insinuante. A pesar de estar enamorada, entra en relación con otros hombres. En algunos casos, se acuesta con ellos. No hay reato de conciencia, sentido de culpa. El televidente (mejor decir la televidente) sabe que esa mujer ama a su hombre. El resto no importa. (Vean a Sharik León en Doña bella, Caracol).

Los bares están llenos de luces y colores. Las chicas se exhiben libres. Pululan los hombres.En medio del salón, un tubo. No hay telenovela en la que ese artefacto no aparezca, erguido y coronado en medio del bullicio. Pasión sin tubo no es completa. Entonces, a tomar un curso acelerado de tubo. Imagino a los arquitectos incorporando en sus diseños esa barra metálica como elemento primordial de las viviendas. Cuando nazcan los niños, allí se puede amarrar el perro.

Hay en la vida contemporánea un afán por convertir los actos espontaneos de las personas en suceso visible. Si no has tomado el curso de Seducción, estás "out"( te recuerdo que existen los cursos Seducción II y Seducción III). Y como complemento, una ginoplastia, que te hará dueña de una "cuca bonita". En caso de que el tamaño del pene no se ajuste a los patrones culturales, existe la posibilidad de alargarlo.Y no olvides registrar tus conquistas o tus penas en facebook. Y si la loba con la que te metiste te abandona, castígala poniendo en la red el video íntimo en el que, echándose un buen polvete, se juraron amor por siempre. Al fin y al cabo, una conquista importante de finales del siglo XX y comienzos del XXI en la vida de las sociedades consiste en rebatir de manera exitosa la idea de que el cuerpo es un "templo sagrado" que no se debe cambiar. La ciencia, aliada y cómplice de los sueños humanos, ha hecho posible mirar el cuerpo como un artefacto modificable. Y la televisión y el internet, las pantallas que visibilizan estas tendencias.


Aludí a las telenovelas y me doy cuenta de que he omitido un aspecto fundamental: ¿Entonces no existen códigos morales en las historias telenovelescas? Creo que la "sustancia" del relato se soporta en un principio: hagas lo que hagas, siempre andarás en busca del amor. Las circunstancias que han hecho de ese hombre, de esa mujer, seres a ratos promiscuos, se remediará al final, cuando las cosas regresen a su cauce normal. La pareja se reencuentra, el amor cobra su cuota y sólo queda la felicidad. Y la religión, inmune a los cambios, representada por un sacerdote que a ratos les recuerda a los descarriados la función de la fidelidad, imparte su bendición. Lo que ha sucedido ha sido apenas una contravención a los principios religiosos. De ahora en adelante, suponemos, la pareja vivirá en el paraíso terrenal del matrimonio.

Las telenovelas cumplen de manera eficaz lo que la escuela no ha podido hacer: Poner en pantalla las tendencias que marcan a las sociedades con pedagogías cuyo principio básico consiste en divertir mientra enseña. Tenemos que reconocer el olfato de los guionistas televisivos, su sentido de la actualidad, la sutileza con la que a través de las historias nos muestran los cambios culturales. ¿Quién puede decir algo frente a la belleza de Sharik, los músculos de los galanes y la galería de personajes que nos permiten mirarnos a nosotros mismos?

Al sentarnos frente al televisor para ver la telenovela, ponemos en funcionamiento un mecanismo mental extraordinario: al tiempo que gozamos con la ruptura de los códigos sociales, activamos el código del cura, el que restablece el equilibrio y nos hace creer que la vida transita por caminos ordenados y ajustados a las normas morales de la religión.



Bueno, interumpo estas disertaciones baratas.Ya va a comenzar Doña Bella.


















lunes, 25 de julio de 2011
















PASIÓN AMOROSA

Un ritual ineludible del sábado en mi vida presente consiste en leer, temprano en la mañana, el suplemento BABELIA del periódico El País de España. Confieso que entrar a esta página de internet representa para mí una experiencia placentera, que asumo con avidez y con el gusto que produce el vértigo, una aventura cada fin de semana que me lanza al remolino de las lecturas provocadoras en muchos casos y me ofrece el panorama de los libros que aspiro a leer algún día.




El pasado sábado 23 de julio leí en Babelia una reseña de Alberto Manguel sobre el libro del escritor irlandés,William Trevor , VERANO Y AMOR. Allí leo: "Podría decirse que nada sucede en esta breve novela, o casi nada, salvo el nacimiento y el obligatorio fin de una pasión amorosa". Es decir, el alimento principal de la literatura a lo largo de la historia.

¿La pasión amorosa? ¿Ese sortilegio que enreda el pensamiento, nubla la vista y aviva los sentidos? Perfume exótico de Baudelaire:


Tu perfume me guía a lugares de sueño

veo un puerto que llenan blancas velas y mástiles

fatigados aún por las olas marinas

y el olor de los verdes tamarindos, que mientras

ha invadido los aires y acaricia el olfato,
se me mezcla en el alma a canción marinera.



El aire se siente distinto, una energía poderosa nos llena el alma, es la pasión amorosa que hizo decir a Aurelio Arturo:



El mundo a tus sueños rendido.

La noche, distante aurora de otra tierra,

El mar y su salvaje

Tristeza, animal insomne bajo la luna,

Las olas que avanzan, perseguidas

como el amor indomable,

Vagan en una vibración errante entre los aires.

(TENDIDO EN EL LECHO)

Una sombra aparece en el firmamento. Otrora pasión, ha languidecido un día. Busón, el poeta japonés escribió: Te marchas tú;/ verdes son los sauces,/largo el camino.


Y una bella mujer, mexicana para más señas, canta adolorida:

Yo sé que mi recuerdo es tu desgracia,

y vengo aquí nomás a recordar.

¡Qué amargas son las cosas que nos pasan

cuando hay un mal amor que paga mal.

(Tu recuerdo y yo, Lila Downs)


¿Piensan los que aman apasionadamente? Sí, se piensa con la piel, se juzga con la emoción, se toman decisiones al calor del encuentro erótico, se vive en un estado de efervescencia, se perciben olores nuevos y se camina sobre nubes. Cada encuentro abre un sinfín de nuevas sensaciones y los besos saben a caramelo, el aliento del otro es provocación y las caricias son viajeros incansables en la geografía accidentada de los cuerpos.


Cada mañana que se abre a la vida, en cualquier lugar del mundo, una pareja se mira a los ojos y da comienzo al juego inexorable de la pasión. En un lugar cercano, una pareja se divide y son uno y el otro, y emprenden un viaje por caminos paralelos. Levante y poniente del amor, proceso inexorable de la vida, llegan las lluvias y se van. Y en ese ir y venir, la memoria, el recuerdo reescriben la pasión amorosa.












































martes, 19 de julio de 2011








UNA FIESTA ESPECIAL




Todos los años, el 16 de julio, Colombia entera realiza al unísono una celebración religiosa:la fiesta de la Virgen del Carmen. Desde las ciudades hasta los poblados más remotos y olvidados se vive un acontecimiento que congrega a jóvenes y adultos de todas las clases sociales, unidos por el hecho de ser ella la patrona de los conductores.

La procesión, que se realiza en vehículos, arranca en la mañana de algún punto alejado de la parroquia. Motos, bicicletas, camiones, camperos, autos, triciclos y todo vehículo en condición de moverse invaden las carreteras y vías de nuestro país. Primero, motos y bicicletas, luego la estatua de la Virgen, después los carros. Ese día, la Vírgen del Carmen se viste con su traje de gala. Ubicada en una camioneta, domina desde su sitio el panorama caótico y festivo de la procesión. El ruido es ensordecedor. En plazas y parques se instalan bazares donde se venden viandas y bebidas variadas. Y pululan los vendedores ambulantes, que ofrecen toda clase de productos.

Al arribar los vehículos a la plaza, pasan junto al párroco que instalado estratégicamente bendice las imágenes y escapularios de la virgen. La agente se aglomera y aplaude a la llegada de la procesión. Luego, se inicia la misa.

La Virgen del Carmen posee un privilegio: entre todas, es la más popular. Y si bien es cierto, me explica Alejandra, que sólo existe una virgen, en el imaginario de los católicos la virgen asume el ropaje y los rasgos de cada lugar. A los chiquinquireños nadie puede quitarles el orgullo de contar con una virgen que es de ellos y a la cual acuden los peregrinos a expresarle su amor.

Hace algunos años, una artista, María Bernal, elaboró una efigie de la Virgen del Buen Suceso, patrona de Guaduas. En la imagen original, la virgen es morena. Y María creó una imagen de virgen negra, con un niño Dios negro. Como detalles especiales, la virgen no tiene cabellera y su cabeza redonda armoniza con la cabeza redonda del niño Dios; su cuerpo es esbelto, firme y con curvas. Parece una diosa africana. ¡Y aquí fue Troya! A un sector de la población, la nueva versión le pareció falsa, ajena a nuestros rasgos mestizos. La imagen de la virgen fue relegada a diversos sitos , hasta que lograron desaparecerla. En la actualidad, reposa arrumada en un rincón de la Alcaldía, y cuenta con muy pocos dolientes. Lástima, pues me parece una imagen hermosa, elaborada con una perspectiva contemporánea, con un rostro terrenal que seduce por la viveza de su mirada.


El fervor de los católicos por la virgen nace de un sentimiento especial: la madre de Dios es a la vez madre de todos los mortales. Y en América Latina, la madre es el ser de mayor relevancia, respeto y afecto, por lo que la figura de la virgen encarna el modelo de madre abnegada, sufrida y amorosa.

Hace bastantes años leí un relato de un escritor argentino-no recuerdo su nombre, creo que es Haroldo Conti-. Allí se narra el drama de un hombre a quien la policía captura como sospechoso de formar parte de un grupo armado. Durante horas interrogan al prisionero usando la tortura . Este niega de manera tajante la acusación de ser miembro de un grupo armado marxista y los torturadores lo acusan de atentar contra los valores cristianos de la nación. Al final, el hombre no resiste el castigo y muere. Un policía revisa el cadaver. Descubre en su pecho, firmemente anudado, un escapulario de la virgen.

Ha terminado la fiesta de la virgen del Carmen. En algún lugar, una mujer sonríe agradecida y extiende su manto protector. El sol brilla con fuerza y los canarios, que han regresado a la Plaza de la Constitución, entonan un canto amoroso.



MONA DESCALZA-BRAULIO, HONDA


CHARLES BAUDELAIRE


DEL MIRAR


Uno de los placeres más grandes que la vida nos concede consiste, cuando se arriba a un lugar nuevo, en sentarse en un café, pedir una cerveza o una taza de café y observar la marea incesante de personas que vienen y van. Ocultas bajo el ímpetu de los viandantes se esconden historias fascinantes, relatos invisibles que componen el armazón de un mundo en perpetuo movimiento.

Privilegio de dioses el contemplar el flujo ininterrumpido de personas y vehículos a lo largo del día. Hordas de guerreros que se alistan al combate cotidiano abordan presurosos el metro, el bus, el tranvía, fijando una pausa antes de que se abran las puertas del coliseo.

Tomás Carrasquilla creía que el goce más grande se lo daba el contemplar a través de las ventanas y puertas abiertas en su viaje a la casa o al café, sucesos entrevistos por la mirada fugaz, ramalazos de historias, fragmentos de vida que la imaginación reconstruye, con la sabiduría que otorga vivir en sociedad.

Reclamo el derecho irrenunciable a mirar. Esos niños que esperan el bus escolar temprano en la mañana, la mujer que se retoca el rostro en el vehículo, los jóvenes que ríen alborozados, el hombre que duerme en el bus. En un apartamento, a través de la ventana se observa un viejo que riega una planta, un gato se desliza silencioso intentando atrapar una paloma. Y en cada gesto percibido, en cada movimiento captado se oculta una historia, la que no conocemos, la que quisiéramos saber.

Me encanta mirar los rostros de los desconocidos que pasan junto a mí. ¿Ese anciano de mirada taciturna adónde irá?¿ esos hombres de traje elegante que hablan atropelladamente, a quienes amarán?,¿ la mujer que carga varios paquetes de compra tendrá una vida doble?. Recuerdo una película antigua en la cual en una escena jugaban unos niños a la golosa. Uno, de pie, observaba silencioso a los otros niños, con las manos en los bolsillos. Ese niño, sospecho, era yo.


Charles Baudelaire escribió en su libro LAS FLORES DEL MAL un soneto del cual me reclamo admirador por lo que de sugerente tiene con respecto a lo que vemos:

A UNA QUE PASA

El fragor de la calle me envolvía en aullidos.
Alta, esbelta, de luto, majestuoso dolor,
vi pasar la mujer que con mano fastuosa
levantaba y mecía de su falda los bordes.

Noble y ágil, luciendo una pierna de estatua.
Yo bebía crispado, como un peregrino,
en sus cárdenos ojos, cielos hechos borrasca,
la dulzura que embriaga y el placer que da muerte.

Un relámpago...luego sólo noche. Belleza
fugitiva que mira devolviendo la vida,
¿no he de verte otra vez más que fuera del tiempo?

Oh, muy lejos de aquí, tarde ya, ¡tal vez nunca!
Yo no sé adónde huyes, donde voy tú lo ignoras,
tú a quien yo hubiese amado, tú que bien lo sabías.

sábado, 9 de julio de 2011





MI AMIGO ANDRÉS Y VILLA DE LEYVA


-La Pacha Mama- dice Andrés mientras señala el hermoso valle donde se erigen los falos que construyeron los muiscas. Oservo los dividivis floridos que adornan este lugar sagrado. Hay una actitud respetuosa de parte del guía, quien se dedica a hablarnos de la visión de los primitivos habitantes donde hoy se asienta Villa de Leyva. Su mensaje me atrae por lo que de "alternativo"tiene frente a la corriente impetuosa de los discursos contemporáneos: emprenderismo, empresa, consumo.

He conocido en mi vida muchos Andreses para quienes la vida constituye una apuesta ajena a los modelos vigentes de distintas épocas. Por lo general, estas personas viven el día a día sin prisa y causan irritación a quienes asumen los compromisos como parte de un proceso de mejoramiento personal, es decir, un mejor nivel económico, propiedades, negocios, en fin, todos los juguetes que el capitalismo nos ofrece.

Cuando Andrés llegó a recogernos en su vehículo, nos miramos sorprendidos con Alejandra. Un Land Rover modelo antiguo, que se prende introduciendo una varilla por su parte delantera , con ayuda de un turista, quien debe presionar el freno o algo así.-No se preocupen- nos dice nuestro guía. -Jamás me ha dejado botado y es tan poderoso como cualquier jeep Zebra-. Viajamos con dos médicas simpatiquísimas, quienes no cesan de sorprenderse ante los discursos libertarios de Andrés. Su don de gentes le permite dialogar con fluidez con los vecinos de los lugares que visitamos. Y su relato discurre generoso por una geografía que se ha convertido en jugoso botín de personas que saben el inmenso valor que representa esta zona.

Andrés conoce cada rincón de Villa de Leyva y nos ilustra sobre el proceso de crecimiento de la zona. Conoce además a los empresarios grandes y pequeños y los incluye en sus explicaciones. El dueño de una finca donde existen los pozos azules es profundo conocedor de suelos y aguas y con él medimos la temperatura de uno de ellos:19 grados centígrados adentro, 15 grados afuera. En la noche nos lleva a unos termales en un área sin luz eléctrica. Las espermas y las linternas nos orientan y nos metemos en los pozos naturales, con una bóveda celeste que despliega su arsenal de estrellas. Una luna plena acompaña la charla, mientras disfrutamos de un vino adquirido en uno de los viñedos del lugar.

Me cuenta Andrés que hasta hace algún tiempo, no existían las cercas que hoy abundan en Villa de Leyva. El y otros quijotes descubrieron a los pocos visitantes lugares de ensueño que en la actualidad forman parte de empresas dedicadas a la explotación turística. El valor de la propiedad es uno de los más costosos de Colombia y la especulación en finca raíz el pan de cada día.

Hablamos de muchas cosas con Andrés: las plantas medicinales, su hijo, la comida, en fin, todo un repertorio de miradas novedosas acerca del vivir. Ha terminado el tour. Nos despedimos con un abrazo fuerte. De regreso a Bogotá, contemplo de nuevo el paisaje boyacense, tan variado, tan sugerente. Pienso en las cosas que hablamos con Andrés y de nuevo me alegro de que en este país existan personas como él, tan vitalistas y portadoras de estilos más armónicos con la vida y la naturaleza.

Diviso la sabana de Bogotá, tapiz de paisajes verdes, con flores que son un encanto y recuerdo a Aurelio Arturo:

Este verde poema, hoja por hoja,
lo mece un viento fértil, suroeste;
este poema es un país que sueña,
nube de luz y brisa de hojas verdes.










sábado, 2 de julio de 2011





ALBERCAS Y BAÑO




Converso con algunos amigos en la cafetería de Marta, mi exalumna, empresaria exitosa que apoya con gusto las actividades culturales de Guaduas. Lleva el nombre de LA TIENDA DE JUAN ESTEBAN, personaje cuyo padre donó los terrenos para la construcción de una recoleta que hoy conocemos como el Convento de la Presentación. El lugar es hermoso. En sus paredes, fotos y textos alusivos al café, diseñados y dispuestos con muy buen gusto. Y una máquina moderna para elaborar capuchinos, diversas variedades de café, algunas de ellas con licores . También ofrecen aromáticas de frutas, que son un deleite para el paladar. Un sitio que poco a poco va ganando clientela, gracias en especial a su tinto(café), que es delicioso, fresco y aromático.

Los temas van y vienen y uno me llama la atención: las albercas, esa construcción antigua en la que se recogía el agua, y era el deleite de los niños, que la convertían en piscina. Era frecuente oír que tal niño se había ahogado en una alberca, por lo que había que extremar las precauciones. Cada fin de semana, las mamás bañaban a los críos con todas las de la ley: estropajo, jabón de tierra y el rejo, pues a los chicos, cuando se trataba de baño en serio, les parecía una tortura.

Víctor Renán Barco, el político caldense-mejor decir el dueño de Caldas- gestor de muchas reformas tributarias, solía bañarse a totumadas, en una alberca que había mandado construir en su casa de La Dorada. Curiosa costumbre la del senador, cuya otro ritual consistía en comprar en la bizcochería El Néctar de Guaduas varias cajas de colaciones para sus amigos doradenses.

Las albercas servían para lavar la ropa, con jabón de bola . Las lavanderas golpeaban sobre el lavadero las prendas y las retorcían con energía, convirtiendo este oficio en la mejor manera de desarrollar un cuerpo vigoroso, suerte de gimnasio obligatorio y popular . Todavía existe esta costumbre en diversas regiones de Colombia, donde la pobreza no permite comprar una lavadora.

Un placer especial consiste en bañarse a totumadas. El golpe del agua, frío, produce una sensación única, corrientazo helado que estimula el cerebro, la caricia del agua recorre el cuerpo y la alegría baña nuestros pensamientos, torrente generoso que nos aproxima al placer. Algo así como morir y nacer. Alguna vez vi a una mujer bañándose en el río Guatapurí a platonados, con los gestos propios de un ritual amoroso. Como una diosa, extendía sus brazos y arrojaba el agua por su cuerpo y la tarde era más hermosa.

El baño a totumadas es jacuzzi popular que alivia los calores de los días y nos devuelve a ese instante en que somos uno y el universo.
Terminado el baño, el ambiente, bonancible, se llena de murmullos ligeros y la brisa acaricia la piel y recordamos las palabras de Basho, el gran poeta japonés:

AL OSCURECERSE EL MAR
LAS VOCES DE LOS PATOS SALVAJES
SON VAGAMENTE BLANCAS.