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viernes, 30 de noviembre de 2012






GIOVANY
 

Siempre tiene una respuesta contundente cuando le llamo la atención porque no entra a clases o deja de hacer las tareas. Cuando le cuestiono su comportamiento, se sonríe y me dice:-Fresco, profe-. Tiene diez años, y me parece que es un chupaflor, siempre acelerado, juguetón, con pinta de niño bueno.

A lo largo de la jornada, algunos chicos evaden las clases y se dedican al juego de las moneditas, oficio en el que son muy diestros. Giovany, el chico en mención, es de los clientes mas asiduos y con mas habilidad para ganarse las apuestas.


Giovany va a perder el año. Por mas que se le intente ayudar, rehusa el trabajo académico. En clase, salta de un lugar a otro, charla, hace que hace, cuenta monedas y se desespera porque la clase no termina. -Su cuaderno, giovany, su lapicero-. le miro su maleta: una cauchera, dos cuadernos desbaratados, un trompo.-¿Y el cuaderno de inglés?-. No responde.

Como Giovany, existen bastantes chicos en el colegio. Lo aman por las actividades alternativas: el fútbol, el baloncesto, las moneditas,las canicas, los dados, los amigos, la capada de clase, las escapadas por el sitio denominado"el hueco", el día deportivo.


Sé que la mamá del chico trabaja en el servicio doméstico. Viven en las afueras de Guaduas en una casa humilde. La señora no asiste al coelgio cuando la citan para informarle sobre el comportamiento de su hijo. Dice que debe trabajar hasta tarde. Imagino a Giovany en las mañanas, sin guía ni autoridad.

He conocido a lo largo de mi vida de maestro a muchos Giovanys. Algunos logran obtener un trabajo aceptable, otros están condenados a  desempeñar los oficios mas duros y mas mal remunerados. 

Ayer me encontré a giovany. Corría hacia uno de los salones. -¿ Por qué la prisa, Giovany?-, le pregunto. -Tengo nivelación de matemáticas-, me responde, agitado. -¿A qué horas es la nivelación?-. Me mira y se sonríe.- A la 1, profe - me dice. Miro el reloj. Son las 2:30 de la tarde.

domingo, 25 de noviembre de 2012







EL OTRO CUERPO

Yunior, el personaje de Así es como la pierdes vive la tragedia inevitable del tránsito a aquellas regiones brumosas de la vida, las que nos recuerdan nuestra condición mortal y nos obligan a replantearnos asuntos que considerábamos sólidos e inamovibles hasta ese momento: el jadeo incesante al subir una cuesta, un tirón al intentar patear un balón, la aparición de una dolencia- la lista es interminable-.

Casi sin percatarnos, empieza  nuestro cuerpo, tan vigoroso y poco exigente antes,  a mostrar los signos propios del desgaste. Algo indefinible comienza a posesionarse de nuestras mentes,  y miramos la vida con una mezcla de perplejidad, angustia y resignación. No volver a jugar fútbol, evitar las caminatas y el ejercicio físico intensos, pasar mas tiempo en las clínicas que en los bares, interesarse por la comida sana, dejar de coquetear con la mujer despampanante que nos mira siempre sonriente. ¡Ah, pan tan duro!

Por supuesto que también se gana en atenciones: las agencias de turismo se desviven por atraer a los mayores de edad con planes todo incluido- menos aventuras extremas-, las empresas de salud ofertan planes tentadores para remediar los males del cuerpo, las iglesias reciben donaciones generosas de viejitos compradores de bulas para ganar la eternidad, las empresas de productos tipo ebel ofrecen una gama de productos que curan desde los males de la  próstata hasta el cáncer, y los familiares  se desviven por llenar de atenciones a sus "adultos mayores", supongo, en algunos casos, con la esperanza de recibir algun estímulo monetario.

Esta es la cara opuesta del cuerpo del cual hablé en un post anterior: ya no hay espacio para la vanidad, el reconocimiento se logra en las placas de rayos x y mas importante que One Direction o Justin Bieber es la enfermera que solícita nos saluda con cara de concernos de tiempo atrás. 


En la mitología budista se narra la historia del príncipe Siddharta: "Diez años de ilusoria felicidad trnscurren para el príncipe, dedicados al goce de los sentidos en su palacio,  cuyo harén encierra ochenta y cuatro mil mujeres, pero Siddharta sale una mañana en su coche y ve con estupor a un hombre encorvado,"cuyo pelo no es como el de los otros, cuyo cuerpo no es como el de los otros", que se apoya en un bastón para caminar y cuyo cuerpo tiembla. Pregunta qué hombre es ese: el cochero explica ques es un anciano y que todos los hombres de la tierra serán como él" (¿Qué es el budismo?Jorge Luis Borges y Alicia Jurado).

El carácter mortal de nuestra existencia, el tiempo como guardián de nuestras vidas.
Dijo Séneca: La vida es como una leyenda. No importa que sea larga, sino que esté bien narrada.

miércoles, 21 de noviembre de 2012




 ASÍ ES COMO LA PIERDES
(THIS IS HOW YOU LOSE HER)


La infidelidad es una viajera incansable que no necesita pasaporte. Díscola, tienta a jóvenes y viejos, negros, asiáticos, blancos, mestizos. Proscrita en los manuales de buena conducta, prohibida en muchas legislaciones  del mundo, se pasea oronda por la cotidianidad de los seres humanos. Al fin y al cabo, la tentación es mas fuerte que la prohibición. 

Junot Díaz, el autor de La  maravillosa vida breve de Oscar Wao- que le significó el premio Pulitzer en 2007-, lanzó en este año su libro de relatos This is how you lose her (así es como la pierdes), en el que el tema central es la infidelidad, vista y contada desde la experiencia de Yunior, personaje que recorre varios de sus libros.


 "A typical Dominican man, a sucio, an asshole", como lo define una de las mujeres, Yunior es un obseso sexual,  profesor universitario, cuya familia arriba a New Jersey, traída por su padre, a un lugar modesto. Yunior, niño, acompaña a su padre a unos recorridos muy particulares, " a pussy run" (algo así como "un recorrido por los coños). Poco a poco se adentra en el nuevo mundo y descubre las diferencias raciales, el sexo, la discriminación, el idioma, la cultura americana.

”Yunior es un personaje conflictivo,  quien  aprende pronto que el sexo se hace con dominicanas, colombianas y una que otra blanca despistada. Una de sus chicas le envía el registro de sus 50 infidelidades y le sugiere que sea tema de su libro.

En Así es como la pierdes, no hay redención. Rafa, el hermano de Yunior, es una máquina sexual a la cual derrota el cáncer. Su madre vive en absoluto mutismo y solo se conmociona con la tragedia de Rafael. Yumior ve llegar la enfermedad, el declive a su cuerpo. Pareciera que ser mujeriego comportara un castigo ejemplar. 

Es decir, Yunior es "..como cualquier otro: débil, lleno de errores, pero básicamente bueno".

En estos últimos años hemos visto a figuras relevantes de la política, el deporte, la farándula envueltos en affaires tormentosos que los han conducido a la separación y al fracaso. El general Petraeus, director de la CIA, es el último personaje en caer por causa de un lío de faldas que lo ha obligado a renunciar a su cargo. Yumior, un personaje  irrelevante socialmente, nos muestra la cuota pertenenciente a sectores de clase media baja que han emigrado a los Estados Unidos. 

Un aspecto central del libro es el lenguaje: Las historias narran la vida de Yunior, desde la infancia hasta la madurez, y en ese lapso prolongado de vida, se sucede la perplejidad y el desconcierto que causa asumir una nueva lengua en un territorio desconocido. El spanglish se mimetiza y asume la complejidad que entraña vivir en culturas dominantes, por lo que la lengua que nace de este encuentro posee las raíces de un mundo que ha quedado allá, en el Caribe, y la presencia subyugante  del idioma que se sabe dueño del balón.

Creo que una buena experiencia lectora se encuentra en los libros de Junot Díaz. Recomiendo de manera especial La maravillosa vida breve de Oscar Wao.


domingo, 18 de noviembre de 2012




EL CUERPO ES UN CENTRO COMERCIAL

Mujeres africanas, mayestéticas, robustas, que mueven sus  traseros lujuriosos en una discoteca. Se arrojan al piso y agitan esas masas redondas de forma insinuante. Jovencitas delgadísimas conversan en la barra de un bar en alguna ciudad de Estados Unidos. Tetas artificiales para deleite de hombres brutales en Medellín. Hombres de cuerpos estilizados cuyas formas niegan al macho de otros tiempos. El cuerpo, esa obra de arte.


El cuerpo ha dejado de considerarse una dotación natural y es visto contemporáneamente como un objeto modificable, algo que se ajusta a las demandas sociales y culturales , extensión del consumo, gadget que se actualiza de acuerdo con las tendencias de la moda y las nuevas maneras de ser contemporáneas.


"Tu cuerpo no es un templo, es un parque de diversiones", escribió Anthony Bourdain. Cada parte de él se transforma por obra y gracia de piercings, injertos que se convierten en protuberancias para parecer un demonio, tatuajes que son galerías en las que se exhiben fidelidades, gustos, creencias: un cuerpo pictórico, una representación sobre la piel. De los azotes de los fieles del Opus Dei en sus carnes para apaciguar la tentación se ha pasado al estoicismo de las agujas que  plasman imágenes de animales fabulosos, seres misteriosos, dioses, frases fundamentalistas.

Formar parte de una tribu, acoger los símbolos que le dan sentido, excluir a las otras tribus, integrarse globalmente y llevar puestas las indumentarias que las  uniforman son prácticas contemporáneas que han reducido a cenizas la idea de la uniformidad. Se es un ser con reconocimiento en la medida en que se ingresa a una capilla.



Y a la par con la transformación del cuerpo en pantalla multicolor, la vida sexual como una forma de representación y reconocimiento en las redes sociales. El beso adquiere dulzor en la medida que recibe visitas y clicks en "me gusta". Del valor del encuentro físico se ha pasado a la interacción virtual. El verdadero placer habita en la mirada que captura la imagen en la pantalla.

Los místicos del Siglo de Oro español  consideraron el cuerpo como un habitáculo en el que residía Dios, una especie de cárcel de la cual hay que salir para encontrarse con el ser supremo:


Esta divina prisión
del amor con que yo vivo
ha hecho a Dios mi cautivo,
y libre mi corazón;
y causa en mí tal pasión
ver a Dios mi prisionero,
que muero porque no muero.
(Santa Teresa de Ávila)


Del cuerpo concebido como envoltura que alberga el alma, continente cuyo valor radica en lo que contiene, hemos llegado a la concepción del cuerpo como Santo Grial desteologizado, búsqueda incesante de la eterna juventud. Vivimos en presente continuo con cuerpos inmortales. Los bisturíes actúan para desterrar cualquier asomo de vejez: las arrugas son estiradas sin compasión, las tetas caídas derrotan la ley de la gravedad gracias a la silicona, se come no por placer sino para introducir en el cuerpo la cantidad de vitaminas y proteínas suficientes para evitar el envejecimiento.

El consumo es el nuevo Dios contemporáneo.  Las nuevas prédicas morales comportan el mensaje unívoco de que la juventud es el único estado posible del ser humano, el que le permite instalarse con propiedad en un mundo sin manchas, sin arrugas, sin fealdad. 

Voy a recluirme en un monasterio alejado del mundanal ruido para olvidarme de tantas exigencias. Entro a google y ¡horror!, también existen incontables ofertas, desde templos en la India, pasando por visitas a Nepal, Japón, programas todo incluido cuyo objetivo consiste en "reparar" las imperfecciones de la mente, actualizaciones  del alma en cómodas cuotas mensuales. ¡Auxilio!


jueves, 15 de noviembre de 2012




 EL ROBOT QUE ESCRIBE

Miro el galán de medianoche invadido de hormigas. Las hojas presentan un estado lamentable: despedazadas, con un color opaco que me indica que la planta está muy enferma. Acudo a los remedios caseros y nada. Acudo al lorva y por algunos días las hormigas  desaparecen de mi jardín. Un día me despierto y observo que han vuelto a ocupar su sitio, renovadas y aumentadas. ¿De dónde salen tantas hormigas? 

Mejor me siento a leer Arcadia, con el rabo entre las piernas, derrotado por los ejércitos de hormigas que se multiplican sin cesar. Soy un prisionero en mi casa, asaltado por hordas de avichuchos que dan al traste con mi jardín. Un artículo llama mi atención: un nuevo robot. ¿El fin de los periodistas?, escrito por Rodrigo Restrepo.  Ante la avalancha de datos que circulan diariamente y que,  igual que las hormigas, crecen ilimitadamente, ha surgido una página web denominada narrative science: "la tecnología de narrative science es una integración poderosa de inteligencia artificial y análisis de grandes datos, capaz de transformar datos en historias que son indistinguibles de aquellas escritas por personas, dice la web".

Lo interesante de la página es que "es capaz de presentar en tiempo real múltiples versiones de una misma historia, desde largos reportes hasta tweets. Además, está programado para adaptar el contenido a diferentes audiencias, pues es capaz de usar tonos, estilos y voces de escritura. La habilidad  del software le permite procesar cantidades ingentes de datos en poco tiempo, establecer tendencias hipermasivas de las redes sociales y saber, en tiempo real, qué están pensando millones de personas en el mundo".

Algunos analistas políticos atribuyen buena parte del éxito de la campaña presidencial del presidente Obama a la atención prestada a las redes sociales y a la consecuente definición de estrategias electorales basadas en el análisis de tendencias observadas en tweeter, facebook y demás redes sociales. De igual forma, se orquestó una campaña en las redes sociales en la que se tuvieron  en cuenta aspectos como la fragmentación del gusto, las edades, los grupos sociales, las minorías.


Kris Hammond, uno de los creadores del robot que escribe, señala que se trabaja en un programa que "pueda llegar a conclusiones propias...La compañía, ... está inviertiendo seriamente en que sus sistemas "entiendan" de manera más precisa el lenguaje humano, lo cual abriría las posibilidades del algoritmo. Tomadas en conjunto, estas dos características-leer datos linguísticos no estructurados y sacar conclusiones propias-generarían una pasmosa plataforma de inteligencia artificial. Algo así como el Frankestein de los intelectuales: un software capaz de  "estudiar" incansables tomos de teoría en una tarde y postular hipótesis originales".

 ¿Significa esto la claudicación del pensamiento humano ante el poder las máquinas y el fin de los procesos creativos del ser humano? No lo pienso así. La complejidad de los conocimientos exige la creación de programas que faciliten el procesamiento de datos a velocidades pasmosas, que, si se actuara con formas tradicionales de análisis, demandarían años, décadas. A los arquitectos los programas de diseño virtuales les han abierto posibilidades asombrosas para imaginar modelos que en otras condiciones requerirían mucho tiempo, recursos y esfuerzo.

Tal vez desaparecerá  la imagen romántica del creador solitario  y las posibilidades creativas dependerán de equipos interdisciplinarios apoyados de manera firme en  programas sofisticados que plantean retos distintos. La originalidad dependerá de la agudeza de los programas para detectar enfoques originales, del  olfato humano para conectar campos en apariencia disímiles.


Observo a las hormigas. Han abierto nuevos caminos y asumo que sus cuarteles de operación  han cambiado de sitio. ¿Será posible crear  un programa que me permita  prever las estrategias de las hormigas para neutralizarlas y reducirlas a su mínima expresión?  Imagino un robot infalible dedicado a agotar hasta el fin la existencia de las hormigas. Lo que ignoro es si ellas, a su vez, diseñan en silencio programas para contrarrestar mis avances. Por un momento me asaltó la imagen de una hormiga cibernética, con sus fauces abiertas a punto de devorarme. Mejor  firmo un acuerdo de paz con las susodichas, que contemple entre otras cosas el intercambio de tecnologías. Amén.


sábado, 10 de noviembre de 2012



 MI COMPAÑERA PERMANENTE

Son las 2 de la madrugada. El sonido a alto volumen de un equipo de sonido  me despierta. Suenan rancheras  acompañadas de gritos y risas." Le faltan horas al día para seguirnos queriendo", dice una canción. -Paciencia,-me digo e imagino la escena. Un grupo de amigos en la sala de una casa, borrachitos, ejecutan la última escena de una farra que se ha ido de tiro largo.  Sé que en muchos lugares de Colombia se rematan las parrandas con rancheras, epílogo  melancólico de una jornada en la que se han sucedido sin interrupción las risas, los gritos, los llantos, las quejas, las declaraciones de amor y amistad y en ocasiones, el bonche.

Me cuenta un amigo insomne que escucha programas radiales de música en la madrugada. En su lecho de noctámbulo  siente la música de manera diferente. Creo interpretarlo si digo que a esas horas la vida parece tener otros propósitos y la mente divaga por caminos de trocha. ¿Cuántos como mi amigo encuentran en esos momentos el refugio para resguardarse de  los demonios diurnos?

A veces cuando camino por el campo, me sorprende el sonido de un radio. La música altera el silencio  y a veces se confunde y ahoga con los sonidos de motosierras, motocicletas y vehículos que nos recuerdan el avance inexorable del hombre en su afán por domesticar a la naturaleza. Avanzo y encuentro a un hombre que deshierba una loma. Colgado de un palo, un radio transistor.


Hoy, que existen tantas posibilidades de escuchar música en gadgets sofisticados y de fácil adquisición, la extensión de la música como acompañante permanente es un hecho. A veces nos sorprendemos los maestros porque el chico que parece escuchar  con tanto interés la clase tiene ocultos unos micrófonos entre su cabello. Lo delatan sus ojos porque traslucen la emoción que le  producen las notas exclusivas para sus oídos.

La música es la encantadora infalible cuyos filtros mágicos son los sonidos que nos seducen y enamoran. Leo en la prensa que Leonardo Fabio, el cantautor argentino, ha muerto. "Hoy corté una flor/ y llovía, llovía/ esperando a mi amor/ y llovía, llovía/ presurosa la gente pasaba y corría/ y desierta quedó la ciudad pues llovía".Converso con una amiga. Me dice que está triste. Leonardo Fabio fue la voz que le contó  de manera bella qué era el amor. Recuerdo a un chico, afectado por  la muerte de Kurt Cobain. Un lazo invisible se había cortado, las amarras que lo mantenían atado a un mundo irreverente se habían soltado. El bote a punto de naufragar.

De los lenguajes humanos, el de la música me parece el más bello y democrático. La música desconoce las fronteras, y cualquier ambiente le es propicio. Además, le encanta mezclarse sin escrúpulos. A mí, que me gusta tanto la música del Caribe, me fascina la mezcla de ritmos provenientes de regiones remotas del África que se mezclan con las músicas provenientes de España que a su vez han bebido de los sonidos de del Medio Oriente que...Y así como un ritmo viaja en barco o en avión, sobre el lomo de un camello o de un caballo  y se instala cómodo en paisajes nuevos, a su vez se produce un recorrido inverso: la música de Cuba influencia las música africanas y las estadounidenses.

Tiene la música la facultad de atravesar las fibras mas sensibles de nuestro cuerpo. Estimulante sinigual, aviva el cerebro, nos eleva a  estados de perfecta armonía, y conduce  nuestras emociones  por caminos de euforia y sosiego. Cada ser humano lleva a cuestas ritmos  que traducen sus emociones y se convierten en símbolos de identidad. En mi caso, el vallenato de los juglares que reportearon la vida cotidiana de aldeas y veredas de la costa Atlántica  está ligada a mi experiencia amorosa, a mis momentos de expansión y goce con mis amigos. ¡Y qué decir del bolero, que disfruto tanto con Laura!


Allá por los años 70 del siglo pasado tuve la suerte de descubrir la música brasilera, la de Chico Buarque, Vinicius de Moraes, Tom Jobin, María Betania  y  tantos otros, que junto con el boom literario de América latina me embrujaron y sedujeron al punto de seguir gozándola sin límites.  De la mano de la música caribeña-a la que se unió la salsa de Nueva York- inicié un viaje intelectual y sensual por las regiones y culturas de América latina, travesía que me condujo a Los Estados Unidos y a su música esplendorosa.

En esta etapa de mi vida sigo disfrutando de estas músicas y he incorporado una nueva curiosidad: las músicas del mundo- que procuro conseguir gracias a sellos como Putumayo-, las que me brindan la alegría de gozar los sonidos de regiones como Turquía, India, las tierras del té y del café, Arabia, Rusia,etc. Una voz en particular me atrajo desde el momento en que la escuché: Cesaria Evora, la voz emblemática de Cabo Verde. Descalza, desgrana ante el público historias sencillas con el aura de una voz hecha de tierra y sol, de agua y saudades.


La música es mi compañera permanente, mi dosis personal de alegría, mi  alcahueta incorregible.





jueves, 8 de noviembre de 2012





 HOGAR, LUZ Y TINIEBLAS

El hogar, espacio que  alberga a la familia,  produce sentimientos encontrados, ya que en él   se desarrollan   aspectos muy  complejos de la condición humana. Los lazos afectivos perduran a lo largo del tiempo y los recuerdos asociados con la formación de hábitos y gustos, las labores hogareñas, las angustias ocasionadas por la pobreza, el descubrimiento de personas que calan hondo en nuestras vidas, las alegrías, los espacios propios, las celebraciones nos devuelven a ese país de la ensoñación.


Leo en El Malpensante que  Helen Gurley Brown citaba una frase de Carson McCullers para referirse a su infancia en Green Forest:" Debo regresar a casa cada cierto tiempo para renovar mi sentido del horror". La literatura ha sido una cantera inagotable de historias en las que la familia semeja un campo de batalla, zona oscura donde suceden los peores relatos de terror.


Hogar, dulce hogar,  como el dios Jano, el de las  dos caras: Jano era el dios de las puertas, los comienzos y los finales. En tantos casos los hogares son campos devastados por la furia de las pasiones, los odios reconcentrados. Joyce Carol Oates, las escritora estadounidense, nos ofrece en sus relatos un panorama escabroso de las familias (pienso en La hija del sepulturero).

El hogar representa la intimidad, la lumbre, el reposo, el amor. En la realidad, el hogar da paso a los sentimientos mas espontáneos y primigenios del ser humano. No olvido a Althuser, el filósofo marxista francés que en un ataque de locura asesinó a su mujer. Basta con leer los informes policiales que registran violencia doméstica a toda hora, abusos sexuales, crueldad, masoquismo.

A pesar de todo, sigue siendo la familia un referente infaltable de la organización social, caballo de batalla de las religiones, asunto central de la organización juridica de los estados. Las experiencias alternativas-comunas, poliandria, matrimonios a término fijo-han fracasado de manera rotunda. Y se siguen intentando.

El peso de los valores religosos es tan fuerte en las sociedades que, a pesar de las evidencias irrefutables del fracaso de la familia, se sigue pensando y actuando con el modelo de familia indisoluble.  En Colombia se vive una arremetida desde los poderes del estado para imponer modelos confesionales que desconocen la dinámica de las sociedades contemporáneas.

Me atrevo a pensar que la familia ofrece a nuestros imaginarios el refugio ideal para protegernos de las contingencias sociales y neutralizar ese caballero omnipresente denominado soledad. El afecto exige la compañía de otros, demanda a la  sociedad la presencia  del  rey indestronable llamado  amor. 

Hay además un aspecto que refuerza y da vigor al hogar: el sacrificio constante para mantener el grupo. Encarar las necesidades obliga a la familia a darlo  todo. El hálito romántico es apabullado por la crudeza de la supervivencia. Y en ese proceso, la rutina, las carencias y necesidades ahogan al caballero indestronable.

Planteo entonces que en el fondo la familia existe porque es el único reducto en el cual el pequeño candil ofrece su luz y regala el calor necesario para encontrarle sentido a la vida.


domingo, 4 de noviembre de 2012





EL BOSQUE NO VISTO
A Marcela, la brujita


Una de las aventuras espirituales mas gratificantes la brinda la observación atenta del bosque. Abigarrada espesura que esconde las maravillas de la naturaleza, conjunción de árboles, plantas, insectos, aves, quebradas de aguas limpias, viento suave, cielo acogedor.


James Gorman, periodista  de la sección de ciencia del New York Times, relata el encuentro con David Haskel, biólogo evolucionista de la Universidad del Sur en Estados Unidos, a quien entrevista a propósito de la publicación de su libro " The forest unseen: a year´s watch in nature".  La lectura del artículo reafirmó  la convicción que expresé al comienzo del post, en relación con el valor que representa el medio natural no solo para nuestra supervivencia sino con respecto al alimento del alma, el que nos pone en relación directa con el universo.



"Puedes vivir una vida perfectamente feliz sin haber oído hablar de Shakespeare", dice Haskell, "pero tu vida, en cierta forma, se reduce, ya que hay tanta belleza allí". Periodista y biólogo caminan por el bosque de madera dura a la orilla de la meseta de Cumberland y escuchan el canto de las cigarras.

Cuenta Haskell que cada 13 años las cigarras de pantano desatan su coro ensordecedor después de haber estado bajo tierra mucho tiempo:  "Estas tipas han estado alimentándose de las raíces durante 13 años. Y es el resultado  de 13 años de productividad del bosque la que estalla a todo volumen".


Nos cuenta el periodista que Haskell "quería contar la historia de la ecología del bosque y también refrescarse él mismo con una clase de meditación sobre la historia natural, en oposición a la investigación científica  con un propósito específico". Armado con binoculares, lupa y una libreta de apuntes, "se sentó, y miró y escuchó".

Mandala es el nombre que el profesor Haskell escogió para el pedazo de bosque seleccionado para sus observaciones: "el nombre Mandala fue inspirado por las pinturas de arena hechas por monjes budistas. Al describir su composición, escribe el profesor, la totalidad del universo es visto a través de este pequeño círculo de arena". El ojo atento del observador le permite comprender "el balance entre el conflicto y la cooperación en el bosque". Y añade: "El Mandala no es un banquete que espera la llegada de sus invitados, sino un buffet maligno de platos envenenados de los cuales los herbívoros agarran los bocados menos  mortíferos".




Señlala Gorman que Haskells "...piensa como un biólogo, escribe como un poeta, y le da al mundo natural la clase de apertura que uno espera de un monje zen, más que la de un científico orientado por sus hipótesis".

Issa, el poeta japonés, escribió un haiku que expresa de manera sutil el encuentro del hombre con la naturaleza:

Hasta mis mismos pies,
¿cuándo llegaste, 
caracol?