Buscar en este blog

sábado, 24 de septiembre de 2011






LOS NEOBEBÉS Y EL CAPITALISMO

Tahar Ben Jelloun acaba de publicar en España su novela EL RETORNO, traducida del francés, idioma en el cual escribe. Nacido en Fez, Marruecos, en 1944, viajó a París muy joven y ha vivido casi toda su vida allí. De él recuerdo una novela, LOS NÁUFRAGOS DEL AMOR, la historia del profesor marroquí Larbi Bennya, quien se ha ganado un viaje a Italia (Nápoles). El profesor , que pasa por una crisis matrimonial, descubre un edificio del siglo XIX en el que habita una vieja musulmana y judía, en un ambiente sórdido donde interactúan personajes de mundos marginales.

En la entrevista que le hace Babelia, a propósito de su novela El retorno, dice Ben Jelloun: Hay que hacer una Marcha Verde contra la corrupción, hay que cambiar las mentalidades y eso no lo pueden hacer de un plumazo ni el rey ni nadie.Habría que empezar por la escuela. Pido para Marruecos una pedagogía que haga socialmente repugnante la corrupción, que se diga que del mismo modo que no se puede robar, mentir o matar, no se puede corromper o ser corrompido. Y SI NO SE EMPIEZA CON LOS NIÑOS, NO HAY NADA QUÉ HACER (Destaco en mayúsculas esta frase).

Marruecos, el país de la leche de almendra y el agua de rosas, vive un proceso de agitación política en el que se protesta contra la exclusión social y la corrupción de la élite gobernante. Las consignas que se agitan no piden el fin del estado israelí ni la lucha contra la decadencia occidental. Aspiran los marroquíes a establecer una sociedad democrática, con libertades públicas y mayor participación de la inmensa mayoría de ciudadanos de ese país en los beneficios sociales y económicos, tan ajenos a las poblaciones musulmanas. Coinciden con los deseos de egipcios, libios, sirios, yemeníes cansados de soportar monarquías parásitas y expoliadoras. La corrupción surge como el resultado de un ejercicio de poder que se ha engolosinado con los beneficios que generan las riquezas de estas naciones.

Un sentimiento parecido vivimos en Colombia, donde las castas políticas, aliadas del narcotráfico, con ejércitos ilegales que controlan los territorios, una fuerzas armadas corruptas y represivas y una élite con el corazón puesto en la entrega onerosa de las riquezas del país a las multinacionales impiden la constitución de una sociedad menos violenta, menos corrupta y menos discriminatoria.

La idea de Jelloun en relación con el papel de la educación en el fortalecimiento de una conciencia de respeto a los bienes públicos plantea algunos interrogantes: ¿Está desligada la educación como institución de los ejercicios de poder ? ¿Tienen interés las élites en promover políticas que consideren los bienes del estado patrimonio colectivo que debe ser respetado? ¿Estamos los maestros preparados e interesados en iniciar un movimiento colectivo que ponga como valor fundamental el rechazo a la corrupción? ¿Existen- en Colombia- organizaciones civiles fuertes que lideren un movimiento en contra del actual estado de cosas?

Dos experiencias políticas en Colombia han generado frustración en amplios sectores de la población: el Polo Democrático alternativo, por el papel infame de los hermanos Moreno, en contubernio con políticos y contratistas, en el robo al erario público de Bogotá. Molesta la actitud de la dirigencia del Polo, que hasta último momento se abstuvo de censurar al alcalde Moreno. Y el Partido Verde, alianza oportunista de políticos provenientes de varios grupos políticos, resquebrajada por las ambiciones personalistas de Peñaloza y Lucho Garzón. No es mi fuerte hablar de política, sólo que considero indispensable relacionar ideas que le atribuyen a la educación atributos especiales para superar la pobreza y acabar con la corrupción.

En Colombia, el estado ha impuesto dos conceptos que orientan las políticas del Ministerio de Educación: el emprendimiento y la calidad. El primero asume que la función principal de las instituciones educativas consiste en dotar de nociones empresariales a los estudiantes, desde el preescolar hasta el bachillerato. El segundo, amarrar las políticas de inversión a los resultados obtenidos por los estudiantes en pruebas nacionales e internacionales. De esta forma, se ha impuesto la tendencia a disminuir la enseñanza del arte y en general de las humanidades en los pénsumes escolares. Marta Nussbaum, filósofa estadounidense, ha escrito un libro, SIN FINES DE LUCRO, reseñado en Arcadia. El reseñista, Mauricio Sáenz, comenta que para Nussbaum

"...un modelo educativo de esas características con el tiempo terminará sacando generaciones de sumisas máquinas humanas, eficientes y productivas pero sin criterio, y no a ciudadanos conscientes de su papel en la sociedad, capaces de pensar por sí mismos y de asumir una mirada críitca sobre los procesos de decisión que afectan sus vidas. En fin, que si esa tendencia sigue creciendo, lo que está en juego es ni más ni menos, la supervivencia de la democracia".

A mi juicio, existen otros efectos nocivos en el impulso al empresarismo en la escuela. Uno, lamentable, es que descarga al estado de sus responsabilidades y convierte a los "usuarios educativos o clientes"-como gustan en llamar a los estudiantes- en responsables de su éxito o fracaso. ¿No tiene con qué comer? Culpable usted por no saber aprovechar las ventajas que ofrece el mercado. Mire ejemplos eximios de empresarismo: Los Nule, el partido conservador como administrador de bienes del estado, los Moreno, los niños de un expresidente, sobran los ejemplos en Colombia.

Sería lamentable para una sociedad desterrar de la escuela la música, la pintura y el dibujo, el teatro y la literatura, la historia. Y más lamentable todavía, asumir que las denominadas humanidades son un asunto de responsabilidad familiar y no del estado. Hasta hace poco, solían las madres poner música clásica para que el bebe que llevaban en su vientre escuchara la música de Bach. Pensaban que música tan bella solo podría despertar en ese futuro habitante del planeta una sensibilidad por la naturaleza y la vida. Pronto, imagino, en vez de música clásica les pondrán conferencias sobre rentabilidad y mercados. ¡Es bueno preparar desde el vientre materno a las nuevas generaciones de avezados capitalistas que continuarán las enseñanzas de la ecuela de Chicago! Y en vez del renacuajo paseador, los profesores de preescolar enseñarán el decálogo del vendedor perfecto, las fórmulas infalibles para acabar con la competencia. Y para dormir, qué mejor que los jingles de las diez multinacionales más exitosas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario