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jueves, 7 de marzo de 2013



EN LA VARIEDAD ESTÁ EL PLACER 
LOS MOVIMIENTOS ALTERNATIVOS


Pepe Serrano solía decir que él no tenía celular,  pues prefería el dulce encanto de ir hasta la casa de un amigo, tocar la puerta, saludarlo  y relatarle  el chisme del día. Claro, hablo de Guaduas, donde las distancias son pequeñas y todavía es posible encontrar a los amigos en el parque tomando tinto y compartiendo la palabra.

A mí me sorprendía su escaso gusto por los viajes. Ir a Bogotá significaba para él un sacrifico extremo. Con poco dinero, Pepe vivía una vida llena de experiencias en las que la amistad y la palabra sustituían con creces la ausencia de cuentas bancarias y bienes raíces. Unos huevos rancheros, que él preparaba con la destreza de un soltero empedernido, la coca cola y un mollete en la tienda de Arnulfa constituían sus placeres diarios.


Cada vez que leo sobre las tendencias y cambios que se suceden a la velocidad de la luz en las sociedades contemporáneas, pienso en tantos amigos "marginales" que decidieron un día salirse de la corriente dominante y asumir una manera de vivir alternativa. Valientes ellos, que no se dejan seducir por los cantos de sirena del consumo y viven bien con poco, eso creo.

Al contrario,muchas personas cuyos estilos de vida bailaron al son de las tendencias del consumo, han visto de un día a otro desaparecer como por arte de birlibirloque las propiedades, acciones, cuentas bancarias y  paraísos terrenales. 40 millones de norteamericanos viven en el nivel de pobreza, cerca de la mitad de los jóvenes españoles están desempleados, e igual sucede con griegos, portugueses y tantos otros europeos, agobiados por una crisis que amenaza con quedarse mucho tiempo.

Pienso  que personas como Pepe, Andrés en Villa de Leyva, Leo en Medellín representan estilos de vida que cada vez mas adquieren relevancia, ante los efectos perniciosos de modelos económicos que arrasan con la armonía y el equilibrio humano y ecológico.


Observo con curiosidad el surgimiento de movimientos alternativos, que desde una perspectiva colectiva, plantean nuevas maneras de vivir: el Slow food, movimiento nacido en Italia, " que se contrapone a la estandarización del gusto y promueve la difusión de una nueva filosofía del gusto que combina placer y conocimiento. Opera en todos los continentes por la salvaguardia de las tradiciones gastronómicas regionales, con sus productos y métodos de cultivación. El símbolo de slow food es el caracol, emblema de la lentitud"(Wikipedia).

El Slow food forma parte de un gran movimiento que "promueve calmar las actividades humanas. El movimiento slow propone tomar el control del tiempo, más que someterse a su tiranía, dando prioridad a las actividades que redundan en el desarrollo de las personas, encontrando un equilibrio entre la utilización de la tecnología orientada al ahorro del tiempo y  tomándose el tiempo necesario para disfrutar de actividades como dar un paseo o compartir una comida con otras personas. Los ponentes de este movimiento creen que, aunque la tecnología puede acelerar el trabajo, así como la producción y distribución de comida y otras actividades humanas, las cosas más importantes de la vida no deberían acelerarse. El movimiento slow comenzó cuando, en protesta por la apertura de una tienda de McDonald's en la Piazza di Spagna (Roma), se creó la organización Slow Food"(Wikipedia).


 La actitud alternativa ha estado presente en la historia humana. El hipismo ofreció una propuesta de vida en la que el amor, la paz y las drogas desafiaban la arrogancia y la belicosidad de los estados. Sin embargo, los movimientos terminan asimilados por la dinámica del capitalismo. La imagen del Che Guevara es ilustrativo de las enormes capacidades del estado para quitarles los dientes a todas las formas de rebeldía posibles.

Y sin embargo, la rebeldía, la búsqueda de formas alternativas de vida, de propuestas políticas florecen como la verdolaga. Algo inevitable para una especie cuyas búsquedas se caracterizan por el error, la persistencia en el mismo y la fragilidad de los modelos que se elaboran.


Creo que las alianzas, acuerdos, cofradías constituyen una tendencia humana cuya característica sobresaliente es la de estar condenados a desaparecer. Así que a gozar de los acuerdos temporales, soñar por un rato con ideas que al cabo del tiempo se llenan de pátina, y creer que por fin se ha alcanzado un estado absoluto de perfección.No lo digo con ironía:  precisamente lo que nos hace tan humanos es esa incapacidad para permanecer en el mismo sitio, para pensar siempre lo mismo. 

Como dice Pedro Hernández en su programa radial: en la variedad está el placer.


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