Buscar en este blog

jueves, 13 de septiembre de 2012






LA TOALLA DE TIROFIJO Y EL PATRIMONIO HISTÓRICO


Hace algún tiempo causó revuelo la propuesta de una directora del Museo Nacional, quien planteó que la toalla de Tirofijo, entre otros objetos, debería formar parte de los bienes patrimoniales de la nación. La reacción unánime de los medios y de los sectores políticos en contra de esta idea impidió  su realización.

¿Que objetos deben reposar en un museo? ¿Quién o quienes determinan la pertinencia de un objeto como referente histórico? ¿Qué criterios guían la elección de determinados elementos tangibles e intangibles como símbolos de identidad local y nacional? Estas preguntas otorgan fundamento a lo que llamamos las bases de la nacionalidad y constituyen los referentes inevitables para hablar de la colombianidad.

En el último número de El Malpensante aparece  un artículo,"Las cortinas de Napoleón", escrito por Philipp Blom, historiador alemán. Los planteamientos allí expuestos tuvieron el efecto de moverme el piso y aportan una respuesta crítica a las preguntas enunciadas anteriormente.


En primer lugar, señala el autor que "(a) partir del siglo XIX, el sentido de los museos cambió radicalmente. El ethos de clasificar  y conservar se volvió su raison d´etre.La nueva interpretación de la historia exigía una historia nacional. La ciencia podía exhibir en interminables vitrinas la soberanía de la razón y de la patria".

En las primeras décadas del siglo XIX se establecieron las nuevas naciones en Hispanoamérica y hubo la necesidad de crear símbolos aglutinantes para cohesionar ideológicamente a las poblaciones. Himnos, escudos, celebraciones patrias y religiosas, héroes y heroínas conformaron el panteón patriótico. De igual forma, el estudio de la historia patria jugó un papel importante en la cimentación de las nuevas repúblicas. Textos de estudio como la historia de Colombia de Henao y Arrubla educaron a muchas generaciones de colombianos.



Señala Blom que "(c)ustodiar y preservar se han convertido en un a priori cultural, en sinónimos de cultura por antonomasia". Las políticas culturales de Colombia en los últimos años han puesto el énfasis en  el cuidado y preservación del patrimonio arquitectónico, con los museos como garantes de una tradición que ya es bicentenaria.

Para Blom, el pasado que se pretende resguardar en los museos  es selectivo y carente de sentido crítico:"Solo un pasado muerto es un buen pasado; mejor aún si además puede ser rentable.Los turistas y otros usuarios quieren diversión.Mientras más aséptica y sencilla sea la forma en que se presenta, mayores serán las ganacias...Hemos transtornado nuestros vínculos con el pasado debido a que desconfiamos del susurro anarquista de sus voces y porque lo percibimos como profundamente diferente, una época premoderna, tiempo de ignorancia que ya hemos superado".

Las experiencias dolorosas de las guerras mundiales, los campos de concentración, los bombardeos indiscriminados a la población civil en Vietnam, los gulags y tantas infamias cometidas en nombre del progreso y la civilización han modificado nuestras percepciones sobre el pasado: "Nuestro mundo es muy distinto. Hace mucho perdimos el desmesurado fervor por la cultura y el espíritu...Ya no creemos en la soberanía del espíritu, tan sospechosa como la belleza de la utopía y la seducción del poder, que han desgarrado a tanros millones de seres".



El afán archivístico por resguardar y conservar hace que cualquier elemento del pasado se convierta en fetiche: "La creatividad surge de la conciencia de la mortalidad y la fugacidad, de la dialéctica entre Eros y Tánatos. ¿Es esto romántico? Quizás, pero en un panorama en el que a cada ruina, incluido el más mínimo guijarro, se le pone parqueadero y pasamanos con especificaciones ISO no hubieran encontrado gran inspiración ni Shelley ni Caspar David Friedrich".

Y concluye: Precisamente saber que en la ruina está comprendida la descomposición es lo que une a aquella con nuestro presente. si no reencontramos este vínculo, la salida de nuestra cultura de los museos permanecerá cerrada...Nada necesitamos tanto como coraje frente a lo efímero".

(En el próximo post presentaré algunos planteamientos sobre lo que ha ocurrido en Guaduas y otros municipios del país en relación con el tema del patrimonio.)

No hay comentarios:

Publicar un comentario