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jueves, 10 de noviembre de 2011





U SAM OEUR


Para sobrevivir, U Sam Oeur tuvo que ocultar su condición de persona letrada, destruir sus manuscritos y trabajar durante cuatro años en campos de concentración, pastoreando búfalos y cuidando arrozales. Su esposa dio a luz mellizos en uno de los campos de concentración. Los recién nacidos fueron estrangulados por comadronas que recibieron la orden del jefe de la prisión, preocupado por dos nuevas bocas a las cuales alimentar y un adulto a quien se separaba de la producción.

POl Pot asume el poder en Cambodia en el año de 1975 y se inicia uno de los periodos más sangrientos de la historia contemporánea, con millones de personas obligadas a desplazarse de la ciudad al campo a trabajar en condiciones inhumanas. Cerca de dos millones de personas fueron exterminadas por soldados del Khmer Rouge. Cientos de miles de personas con algún nivel educativo fueron conducidas a campos de concentración y la mayoría de ellos, asesinados.

Gracias al Festival de Poesía de Medellín, tuve la suerte de ver y escuchar al poeta camboyano, en una noche mágica donde confluyeron otros poetas de largo aliento, Evtushenko, uno de ellos. Todavía recuerdo el estremecimiento que me produjo oír declamar a Oeur su poema "la pérdida de mis mellizas", con esa voz desgarrada que penetró la noche e iluminó la lluvia. A continuación, otro de sus poemas en el que se produce una revelación desde la mirada budista:


LA COBRA BÚFALO DE AGUA Y EL PRISIONERO DE GUERRA

Trabaja, trabaja —talando árboles,
descuajándolos, despejando monte,
transplantando arroz,
sin un momento para descansar.
Al mediodía, solo, cuando despejaba un cañaveral,
una bella cobra negra abrió su capucha frente a mí, demostrando su poder.
Pensó que yo era su enemigo.
“¡Es bella, como en las películas indias!”, exclamé en voz baja
con las rodillas temblorosas.
“¡Oh, cobra! Tu carne y tu sangre son de verdad
la carne y la sangre de Buda.
Yo soy sólo un prisionero de guerra pero no soy tu alimento.
Tú, cobra, eres libre, y si mi carne es de verdad tu sangre,
defiéndeme con los espíritus de esta laguna
para llevarme a los tres refugios del Buda.
La cobra me miró fijo con amorosa bondad y luego bajó la cabeza.
se alejó hacia el sur deslizándose en la laguna
y yo volví al trabajo de sobrevivir.

¿Por qué he vuelto a releer a U Sam Oeur? Compré una novela de Kim Echlim, escritora canadiense, "La huella de tu ausencia" y me encontré con una historia dolorosamente bella que transcurre en buena parte en Cambodia y vino a mi memoria esa noche de poesía en la capital antioqueña. Recomiendo que escuchen el poema de las mellizas en youtube. Y los invito a leer mi reseña de la novela de Echlim en el próximo post.

1 comentario:

  1. Historias tan parecidas, de gentes tan diversas, en lugares diferentes. Vivencias terribles, sufrimientos que uno no alcanza a imaginar y que conmueven; pero que también constituyen la lúcida inspiración de sus protagonistas.

    Paola

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