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miércoles, 31 de agosto de 2011

DE CHARLA CON ALGUNOS CHICOS





DE CHARLA CON ALGUNOS EXALUMNOS
Hace bastantes años, los chicos de un curso del colegio Samper hicieron una pilatuna que el coordinador de la época castigó con severidad. No todos los responsables fueron sancionados. Poco a poco, algunos fueron "cantando". Un día llegué al salón y encontré pegado en el tablero un cartel que decía: TAMBIÉN CAERÁN, con las fotos de los estudiantes que hasta aquel momento no habían sido descubiertos. Confieso que no pude reprimir la risa. Eran los tiempos de Pablo Escobar, cuando el gobierno de la época publicaba en los medios avisos con ese letrero y las fotos de los capos.

El fin de semana pasado me reuní con algunos de ellos en un asado. Los miro con curiosidad. Ya bordean los treinta años, la mayoría con barrigas relucientes, unos muestran entradas donde antes existía una mata rabiosa de cabello, casi todos tienen o han tenido compañera e hijos. Y lo mejor de todo: conservan el humor ácido con el que solíamos divertirnos en aquella época. Han tenido mejor suerte los hombres que las mujeres: carreras universitarias, estudios y trabajo en el exterior, un nivel de vida aceptable.

A lo largo de la conversación, su inseparable compañero: un blackberry. Los temas, en su mayoría, anécdotas ampliadas de aquellos tiempos. De vez en cuando, logro que me cuenten sobre sus experiencias en otros países. Han tenido que luchar a brazo partido contra las adeversidades inevitables de quien viaja en busca de mejores oportunidades. Pienso que a estos chicos les ha ido bien. Y reflejan un mundo abierto, cosmopolita. Han aprendido a adaptarse a las demandas contemporáneas: En un mundo caracterizado por la inestabilidad de los trabajos, ellos poseen el olfato para buscar oportunidades. Claro, no siempre se logran los cometidos.

Los que han permanecido en el país han debido luchar contra viento y marea para conseguir trabajo. Algunos han desarrollado iniciativas privadas, con la dificultad que representa mantener el ritmo y la estabilidad de los proyectos. Estos jóvenes poseen el encanto y la versatilidad para luchar sin descanso en una sociedad que poco se interesa por ellos. Al mirar lo que ocurre en diversos lugares del mundo, intuyo que son los jóvenes los que están redefiniendo la protesta social. Cansados de las promesas de los políticos, dan sus primeros pasos en la lucha por mejorar sus condiciones de vida. Con el apoyo de las redes sociales han logrado poner en primer plano sus demandas. Poco a poco, surgirán formas políticas de representación que canalicen sus anhelos.
Desde hace muchos años veo, por esta época, el cámbulo que se erige altivo, en el costado suroriental del colegio Samper, florecer sin descanso hasta perder sus hojas y quedar cubierto de flores naranjadas. En tardes soleadas, el contraste entre el cielo azul, la luz del sol y el árbol vestido de flores ofrecen un retrato que estimula los sentidos. Como ese árbol, la vida, que no cesa, nos brinda la oportunidad de revestirla de acciones y pensamientos nuevos.


1 comentario:

  1. Qué hermoso texto, Dago, particularmente la última parte. Afortunadamente la vida se renueva y, con ella, nosotros mismos. Al leerlo recordé una frase que me gusta mucho: "la vida es como montar en bicicleta: si te quedas quieto, te caes".

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