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lunes, 25 de julio de 2011
















PASIÓN AMOROSA

Un ritual ineludible del sábado en mi vida presente consiste en leer, temprano en la mañana, el suplemento BABELIA del periódico El País de España. Confieso que entrar a esta página de internet representa para mí una experiencia placentera, que asumo con avidez y con el gusto que produce el vértigo, una aventura cada fin de semana que me lanza al remolino de las lecturas provocadoras en muchos casos y me ofrece el panorama de los libros que aspiro a leer algún día.




El pasado sábado 23 de julio leí en Babelia una reseña de Alberto Manguel sobre el libro del escritor irlandés,William Trevor , VERANO Y AMOR. Allí leo: "Podría decirse que nada sucede en esta breve novela, o casi nada, salvo el nacimiento y el obligatorio fin de una pasión amorosa". Es decir, el alimento principal de la literatura a lo largo de la historia.

¿La pasión amorosa? ¿Ese sortilegio que enreda el pensamiento, nubla la vista y aviva los sentidos? Perfume exótico de Baudelaire:


Tu perfume me guía a lugares de sueño

veo un puerto que llenan blancas velas y mástiles

fatigados aún por las olas marinas

y el olor de los verdes tamarindos, que mientras

ha invadido los aires y acaricia el olfato,
se me mezcla en el alma a canción marinera.



El aire se siente distinto, una energía poderosa nos llena el alma, es la pasión amorosa que hizo decir a Aurelio Arturo:



El mundo a tus sueños rendido.

La noche, distante aurora de otra tierra,

El mar y su salvaje

Tristeza, animal insomne bajo la luna,

Las olas que avanzan, perseguidas

como el amor indomable,

Vagan en una vibración errante entre los aires.

(TENDIDO EN EL LECHO)

Una sombra aparece en el firmamento. Otrora pasión, ha languidecido un día. Busón, el poeta japonés escribió: Te marchas tú;/ verdes son los sauces,/largo el camino.


Y una bella mujer, mexicana para más señas, canta adolorida:

Yo sé que mi recuerdo es tu desgracia,

y vengo aquí nomás a recordar.

¡Qué amargas son las cosas que nos pasan

cuando hay un mal amor que paga mal.

(Tu recuerdo y yo, Lila Downs)


¿Piensan los que aman apasionadamente? Sí, se piensa con la piel, se juzga con la emoción, se toman decisiones al calor del encuentro erótico, se vive en un estado de efervescencia, se perciben olores nuevos y se camina sobre nubes. Cada encuentro abre un sinfín de nuevas sensaciones y los besos saben a caramelo, el aliento del otro es provocación y las caricias son viajeros incansables en la geografía accidentada de los cuerpos.


Cada mañana que se abre a la vida, en cualquier lugar del mundo, una pareja se mira a los ojos y da comienzo al juego inexorable de la pasión. En un lugar cercano, una pareja se divide y son uno y el otro, y emprenden un viaje por caminos paralelos. Levante y poniente del amor, proceso inexorable de la vida, llegan las lluvias y se van. Y en ese ir y venir, la memoria, el recuerdo reescriben la pasión amorosa.












































2 comentarios:

  1. Profe Daguito!!!!, mientras al amor no se le pierda ese toque romántico que se merece siempre será una gran Pasion……un abrazo!!!

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  2. Profe Daguito, mientras al amor no se le pierda ese toque romántico que se merece siempre será una gran Pasion……

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