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viernes, 16 de abril de 2010










LOS LUGARES, LA NOCHE, LA PENUMBRA




Lynn Saville es una fotógrafa estadounidense a quien el The New York Times publicó el 16 de abril de 2010 una serie de fotografías que "persiguen las tonalidades nocturnas", tomadas de su libro "NIGHT/SHIFT". Dice Saville que "trabaja el cambio de la noche, cuando la luz diurna da paso a la luz de la luna, el neón y las luces de las calles" y es posible " poblar estos espacios con pensamientos y fantasías propias".

Vagar por las regiones del limbo y descubrir almas solitarias que parecen ser sucedáneas del propio Saville, y sentir que " algo acaba de pasar, algo va a suceder". Y mirar desde atrás un aviso de Pepsi que visto desde Manhattan representa un ícono urbano, y visto desde el East River " arroja una vison del pasado rural de la ciudad".

Al observar las fotos de Saville, recordé con nostalgia aquellas ocasiones en que de niño viajaba en bus a Medellín por la vía La Dorada, Sonsón, La Ceja. Trayecto largo y agotador, por una trocha difícil, llena de escollos, derrumbes y accidentes. Al caer la noche y subir a Las Palmas, el cansancio desaparecía ante la maravilla de una ciudad luminosa cual pesebre de diciembre, y los pensamientos discurrían libres al posar los ojos en las luces que como cocuyos alegraban la mente. Me encantaba imaginar qué cosas ocurirían allá abajo, en cada calle, en cada barrio, qué historias encantadas harían de la vida de sus habitantes una epopeya silenciosa.

Es cierto que existe un corte, un quiebre al traspasar la noche. El rigor del día da paso a la magia de la penumbra. Las sombras se extienden generosas y el lente con que miramos el mundo nos brinda nuevas tonalidades y sensaciones: una levedad en el cuerpo y el ánimo, cierta disposición para romper las ataduras de las convenciones, una disposición para volar. El sueño está despierto y el mundo es un relato fantástico en el que mudamos de rol y asumimos aquellos papeles que el deseo y la locura nos tienden provocadoramente.

Escribió OVIDIO:

La noche, el amor y el vino nunca dan consejos de moderación.
La noche desconoce el pudor, mientras que el amor y el vino desafían la moderación

1 comentario:

  1. Qué interesante visión de la noche y el cambio de rol en nuestras vidas, relacionándolo con el disfrute del amor y la libertad, pero entonces recordé que esta semana un joven de mi clase me escribió una crónica sobre la vida nocturna de su barrio, en la que se lamentaba de la trasformación que este sufría cuando la vida chévere de su grupo de juegos y camaradería cambiaba de banco con pequeños grupos sumidos en el vicio y la rebeldía, ampararados por la complicidad de la noche y comentaba que estos muchachos, incluido uno de su familia , se empeñaban en destruir su vida en nombre de la libertad.Le hallé la razón al jóven en su preocupación, pero pienso que ello no implica que la noche pierda su encanto de fantasías y vuelos de la imaginación que la impregnan de de eventos nocturnos como: paseos de brujas, visitas de espíritus sonidos, voces y muchos otros imaginarios que forman parte de las creencias populares de nuestras comunidades.

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