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miércoles, 11 de julio de 2012



 RIESGO, ADRENALINA Y  COMPASIÓN


Si se recorre a Colombia y se indaga por las fiestas más tradicionales de cualquier población, sin duda las ferias ganaderas ocupan un lugar destacado en el gusto de  sus habitantes. Y en muchos lugares, la Corraleja es el evento que permite a jóvenes y viejos demostrar su valor ante la embestida de astados que no se paran en mientes a la hora de propinar coces y cornadas a diestra y siniestra. Por supuesto, los pobres animales siempre se llevan la peor parte. 

Ese gusto por enfrentarse a animales de gran tamaño y fuerza ha sido una constante en la historia de la humanidad. Lo evidencian vasos y pinturas que datan de siglos anteriores a nuestra era, en los que se ha plasmado el duelo de humanos y bestias. El Festival de San Fermín, en Pamplona, España, atrae a turistas de todo el mundo, ansiosos de probar en una carrera que parte de la Plaza de Chumpinazo , su valentía y arrojo.


El festival data de 1591 y se ha celebrado desde entonces hasta convertirse en un ícono del arrojo y el coraje de miles de participantes. Fuegos artificiales, carnaval, corridas de toros y el "encierro", carrera desbocada de osados perseguidos por toros poderosos,  que parte de la Plaza deChumpinazo y se desboca por un callejón hasta llegar a la Plaza de toros.


En Guaduas, cuando se celebra la Feria Ganadera de septiembre, el evento que concita con mayor pasión el interés de sus habitantes es la corraleja. Se celebra el lunes-remate de feria, lo llaman- y los estudiantes, por consenso, "capan" clase y disfrutan de una novillada en la que los espontáneos son aporreados por los novillos que algunos ganaderos ofrecen para la ocasión.


A la pasión por el riesgo que habita en  el comportamiento humano se opone el rechazo de amplios sectores que ven en estas celebraciones un ritual cruel en el que se maltrata y eliminan animales sin piedad. Ya han logrado incluso en algunas regiones de España  la prohibición del toreo.



Yo encuentro validez en las razones que esgrime uno y otro bando. Por una parte, el gusto por el peligro, el afán de correr riesgos solo por el gusto de experimentar el peligro, forman parte de nuestro equipaje genético. Y la compasión y la comprensión por los demás, incluyendo a los animales y a la naturaleza en general, también son parte de nuestra condición humana.

¿Es inevitable la existencia de actividades que se caracterizan por la crueldad y el  peligro? Hace mucho tiempo leí que jóvenes suecos pasaban a otros países de Europa a participar en peleas aficionadas de boxeo, pues allá en su país de origen estaba prohibido este deporte. Ignoro si han cambiado las normas, pero encuentro que la pasión por el riesgo hace que, por ejemplo,  jóvenes y viejos se aririesguen a apostar carreras en motos y carros al amparo de la oscuridad, en vías y carreteras sin vigilancia.

Todos los días encuentro razones para sentirme escéptico por el género humano. Y cada día me asombro ante las muestras de generosidad y solidaridad que encuentro a cada paso. A la rabia que produce la zancadilla la calma el gesto desinteresado del amigo. A la crueldad que se estila en muchos actos humanos se opone el sacrificio sin medida de muchos otros. He aprendido, poco a poco, a revisar con cuidado las razones que se ofrecen frente a hechos y circunstancias diversas.










2 comentarios:

  1. Nada más característico del ser humano que la contradicción. Creo que cada persona alberga en su interior la capacidad de ser compasivo y de ser cruel, de amar y odiar, de crear vida y de destruirla. Tal vez lo más valioso que me dejó estudiar psicología fue comprender y aceptar que las personas somos incoherentes: pensamos una cosa, decimos otra y hacemos algo distinto. No es de extrañar, entonces, que alguien pase de la extrema izquierda a la extrema derecha, de la euforia a la tristeza, del rencor al perdón...

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  2. Entre las cosas admirables de los toros, más allá de su bravura, está la nobleza... A mi me da mucha lástima ese protagonismo terrible que les dan en las "fiestas taurinas" y no me parece admirable esa "valentia" del torero al exponerse voluntariamente al peligro que significa enfrentar (retar) sin necesidad a una fiera.

    Paola

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