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sábado, 22 de julio de 2023

 



LEER EN VOZ ALTA

Nada mas enriquecedor, sea en la intimidad del cuarto o en el  aula escolar, que la lectura en voz alta. Hay un encantamiento producido por la voz- la entonación, las pausas, el silencio-, camino seguro para arribar al reino  de la imaginación. Los padres y  maestros- convertidos en juglares- desatan el caudal de palabras que nos transportan a reinos perdidos, bosques encantados, islas llenas de tesoros, hadas, elfos, gnomos, tragedias en las que dioses y hombres se enfrentan y luchan para mantener el orden o  subvertirlo.

De mi experiencia como maestro, recuerdo la lectura en voz alta  de las obras de Sófocles,  en especial, Antígona:

CREONTE: Aun muerto, el enemigo jamás será un amigo. 

ANTÍGONA: Es cierto, pero yo no nací para odiar, sino para amar. 


Han pasado 26 siglos desde que Antígona se levantó contra la tiranía de un rey pretencioso y cruel, y su voz resuena hoy como ejemplo de amor filial y de respeto a las costumbres de una comunidad.  Ese fragmento, que tantas veces  leí, resonó en las aulas del colegio Samper y sé, de buena fuente, que ha acompañado a mis estudiantes a lo largo de sus vidas.

Cada vez que alguien, una mamá, un maestro, un abuelo abren un libro y se disponen a leer en voz alta un relato a un niño, se desatan las corrientes subterráneas que componen la imaginación, y la mente navega ligera por los mares de las infinitas historias.



Cada noche, en la intimidad del hogar, una voz se eleva y la escucha atenta  de un niño  le  permite ponerse en la piel, las emociones, las dudas, temores y peripecias  de otros, y convertir las historias de otros en su historia personal. La lectura en voz alta moldea, da sentido a la experiencia humana y le aporta al niño la variedad de situaciones y experiencias de las cuales se nutre. 

Utilicé las imágenes de IA  de Bing y, bueno, me fue regular. Lo bueno es que la probé y espero que en la próxima ocasión me vaya mejor.

2 comentarios:

  1. Mi apreciado profe Dago, la pedagogía con sus nietos en el ejercicio de la lectura en voz alta, debe ser un éxtasis de emociones.

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  2. Y un goce cotidiano que no cambio por nada. Gracias por su comentario.

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