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sábado, 3 de julio de 2021



ALDEAS Y COSMOPOLITISMO

¿Al habitar en un pueblo pequeño se está condenado a vivir por fuera de las tendencias que marcan las pautas globales? ¿se requiere vivir en ciudades cosmopolitas para respirar la contemporaneidad? Irene Solá, escritora española, responde :

Hui de Malla con 18 años para vivir historias universales, para aprender en grandes ciudades relatos que creía buenos solo por ser en principio factibles ahí… Pero me di cuenta, y en eso influyeron mucho cómo los islandeses narraban sus leyendas con seriedad y universalidad, que las historias que quería contar venían de aquí… Es decir: se puede ser contemporáneo desde Malla; se trata de explorar y hacer preguntas desde el ahora, un ahora crítico, feminista… Puedo hacer literatura contemporánea desde donde decida”, afirma, sentada en un prado solitario de un pueblo de 272 habitantes(Se puede ser contemporáneo desde tu pueblo, entrevista a Irene Solá por Carlos Gelis, El País).


¿Qué ocurría, por ejemplo, en la cabeza de un niño en un pueblo de la costa Atlántica, en un ambiente de pobreza, de calles destapadas, de ausencia de acueducto y alcantarillado en las primeras décadas del siglo XX? Del barullo de relatos de sus abuelos nació una de las obras mas destacadas de la literatura universal, especie de biblia laica en la que se narra el devenir de la humanidad desde una aldea remota llamada Macondo.

Hoy, por obra y gracia de las nuevas tecnologías, vivimos intercomunicados y los acontecimientos se conocen al instante. Las pausas y el ritmo lento han dado paso a la vertiginosa experiencia de lo inmediato. Además, es tal el caudal de información que circula en internet, que vivimos ahítos y listos a sufrir de indigestión mental debido a la invasión sin pausa de imágenes, textos y datos. Los consumos se unifican a nivel global y las grandes corporaciones trazan el mapa de la cultura mundial. Sabemos de todo e ignoramos todo. No es posible verificar la validez de la información y los bulos constituyen un arma exitosa en las confrontaciones ideológicas.


Este escenario es confrontado por muchos, cansados de las promesas de mundos utópicos en los que el consumo define el ser y el estar en el mundo.  Como todo lo humano, implica confrontación, debate, cuestionamientos, reacciones violentas.

Comparto la idea de Irene Solá: desde cualquier lugar, desde la aldea mas remota, desde las regiones mas recónditas es posible ser contemporáneo  si ser contemporáneo significa estar en el mundo, palpar las vibraciones de cuestiones que  afectan la existencia misma de la humanidad. Por ejemplo: se puede ser joven y mantener una actitud patriarcal frente a las relaciones afectivas, ser un troglodita dispuesto a arrojar ácido a la cara de una mujer que un día decide  decir :¡no!.


Si hasta hace algún tiempo era despreciable ser parte de un pequeño poblado, de una comunidad rural, hoy, la perspectiva ha virado de forma radical: los jóvenes huyen de las grandes urbes en busca de ritmos de vida menos frenéticos y se piensa en formas de desarrollo integral en las que el cuidado del medio, el consumo basado en productos elaborados de manera amigable con el medioambiente, el rechazo al consumo de animales constituyen una manera contemporánea de vivir de manera armónica.

Lo contemporáneo no es sinónimo de uniformidad.  En el espacio social mas reducido existen diversas maneras de vivir y de actuar.  Así que lo contemporáneo es como un collage, en el que se superponen, solapan, mezclan distintas manifestaciones de la cultura. Lo contemporáneo está en la cabeza.

Cada día me levanto sabiendo que solo necesito un buen par de tenis para recorrer  los lugares en los que me desenvuelvo. Así que imprimo el ritmo pausado que me permite pararme en cada cuadra a conversar con amigos, a sentarme en una cafetería  a compartir una taza de café con mis parces y deleitarme con las montañas que rodean el valle de Guaduas. 

Y  saber que la contemporaneidad es una actitud, una manera de sentir y explorar los movimientos,  imperceptibles, unos, estruendosos otros de un planeta que gira sin cesar.

 


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