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martes, 14 de febrero de 2012





QUIJOTADAS DE TODOS LOS DÍAS


Tenía dieciséis años cuando cayeron en mis manos algunas obras de Vargas Vila. En esa etapa tan vital, llena de preguntas y búsquedas, la lectura de AURA O LAS VIOLETAS e IBIS causó una agitación enorme en mi vida: "lo que hay de débil en el hombre le viene de que es hijo del Amor. Bendita sea la cópula carnal. No ames nunca a una mujer. Esa será tu pérdida". Con semejantes frases e imbuido del espíritu misógino- y hedonista- me sentaba en el atrio de la iglesia a observar el paso de las mujeres a las que creía la causa de las desgracias masculinas. Debo reconocer para mi fortuna que esta imbecilidad momentánea - a pesar del enorme interés y curiosidad que despertaban en mí las jovencitas- fue reemplazada por una actitud generosa y comprensible hacia el sexo femenino.

¿Qué ocurre en nuestras cabezas que una historia es capaz de desubicarnos y alterar nuestras percepciones y actitudes con respecto a asuntos vitales de nuestras existencias? :" ¡Desventurada de mí!, que me doy a entender , y así es ello la verdad como nací para morir, que estos malditos libros de caballerías que él tiene y suele leer de ordinario le han vuelto el juicio; que ahora me acuerdo haberle oído decir muchas veces, hablando entre sí, que quería hacerse caballero andante e irse a buscar las aventuras por esos mundos. Encomendados sean a Satanás y a Barrabás tales libros, que así han echado a perder el más delicado entendimiento que había en toda la Mancha". Así se quejaba el ama de don Quijote al cura y al barbero por las desventuras que la lectura de los libros de caballería habían causado a su amo.

Tienen los libros el poder de influir en las vidas de los seres humanos, incluso al punto de parecernos a Don Quijote. Cada día, millones de lectores fervientes abren la Biblia y comprueban que el destino trazado en aquellas páginas dictadas por una fuerza superior -así lo creen- se cumple de manera ineludible en el devenir humano. Igual piensan los lectores fieles del Corán.

¿Y para los que leen poco o nada? La televisión, el cine, el internet son cofres que guardan los modelos a imitar. Cuántos jovencitos se han visto reflejados en personajes del estilo de "la vendedora de rosas", "Rosario tijeras" y "la virgen de los sicarios", amén de los numerosos personajes de series televisivas sobre mafiosos(El cartel de los sapos, la reina de la mafia); Cuántas jovencitas imitan a las modelos que imponen un estilo de vida frugal por el prurito de poseer una figura delgada.

Vamos por el mundo en nuestros Rocinantes intentando derribar a los monstruos gigantescos que encontramos a cada paso. El contacto con ellos nos aterriza en la realidad; la dificultad radica en que ese componente que por comodidad denominamos realidad conspira de muchas formas para conducirnos por atajos llenos de aventuras, en los que nos ataviamos con las prendas del momento y aspiramos a que el tiempo vivido nos permita decir, como Don Quijote:

Dichosa edad y siglo dichoso aquel adonde saldrán a la luz las famosas hazañas mías, dignas de entallarse en bronces, esculpirse en mármoles y pintarse en tablas, para memoria del futuro.







1 comentario:

  1. Qué bello leerte este comentario en el que señalas el carácter de Quijote que todos debemos aplicar algunas veces en nuestras vidas. Sobre todo en un momento en que estoy absolutamente absorto en el estudio y asimilación del Quijote, por estar preparándome actoral y físicamente para representar el papel del Caballero de la Triste Figura en un proyecto bellísimo del cual te comentaré directamente más adelante. Un abrazo, Daguito.

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