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jueves, 17 de diciembre de 2009


En la entrada anterior reseñé una frase de un personaje de la novela ME CASÉ CON UN COMUNISTA, de Philip Roth:" Soy la única persona que conoce la historia de Ira, y tú eres la única persona aún viva a quien le interesa".Creo que la historia personal del individuo se caracteriza por la memoria frágil de aquellos que lo rodean, memoria interesada que se desvanece con el tiempo. Tan efímeros como las palabras son los recuerdos, y el olvido es la marca indeleble de la existencia.

Cada vida se construye en el tiempo, en escenarios diversos, y el ansia de inmortalidad desfigura el rostro de la muerte. Los instantes con sabor a eternidad se suceden de manera imperceptible, y el olvido canta sus tristezas. Tantas historias vividas barridas por el viento, tantas canciones de gesta perdidas en una sórdida crónica policial, que dijo Borges.

la vida humana, la de cada hombre y mujer, murmullo ligero, brizna mañanera, leve huella.

1 comentario:

  1. El olvido es inevitable, pero es precisamente el olvido el que nos permite continuar viviendo. Hay cosas que quedan: lo escrito, por ejemplo. Por eso celebro que existan cosas como este blog. Ira solo quedó en la memoria de una persona, pero el relato que escribió Rothe y su comentario ahora son parte de todos los que hemos leído sobre "me casé con un comunista".

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