Interactuar con un adolescente se convierte en un acto de perplejidad, de molestia muchas veces, dadas las maneras como actúa, responde, calla y cuestiona la chica o el chico. No puede ser de otra manera. El cordón umbilical que lo ata a sus padres, al mundo adulto, está a punto de romperse. Debe el adolescente afrontar las demandas de un mundo nuevo y lo hace desde su mirada joven, en ruptura con la familia y el mundo formal, adulto. Mas que seguridades, rondan las dudas, los vacíos y las incertidumbres a la hora de encarar su formación.
Todas las épocas perciben en niños y jóvenes los vientos de cambio inevitables. Hace 2500 años se quejaba Sócrates :" Los jóvenes ya no se ponen en pie cuando los mayores entran al cuarto. Contradicen a sus padres, fanfarronean en la sociedad, devoran en la mesa los postres, cruzan las piernas y tiranizan a sus maestros". La familia se transforma, las condiciones en la sociedad y la cultura rompen moldes tradicionales y la perplejidad os invade. De la ropa que los hermanos heredaban de los mayores a la existencia de un universo virtual que reemplaza a la que conocíamos como "la realidad". Con familias que se transforman de manera acelerada:
La familia colombiana se está transformando a una gran velocidad. Hace menos de 20 años eran relativamente pocos los hogares en que las mujeres eran las jefes, es decir, las que tomaban las decisiones por el hecho de ser las principales o únicas generadoras de ingreso. Entre 2007 y 2023, la proporción de hogares encabezados por mujeres pasó del 27 % al 42 %(Eduardo Lora, El matriarcado doméstico, El Espectador).
Los padres no conocen, no escuchan y no dialogan con sus hijos. Es por eso que no los entienden. Padres y madres no suelen ser conscientes de que sus hijos en casa son muy vulnerables, porque es precisamente allí donde acceden de manera libre a las múltiples plataformas tecnológicas. Al hacerlo, abren la ventana al peor mundo posible: el de los pedófilos, estafadores, acosadores y manipuladores virtuales. .. Pero lo que la serie quiere resaltar es el acceso que les brinda a los jóvenes a un mundo violento, descalificador de la mujer y atestado de mensajes misóginos, racistas, supremacistas y comparaciones permanentes. Tal como dijo su director, querían "mirar a los ojos de la ira masculina“(El Espectador).
El panorama actual evidencia una ola de cambios en la sociedad y en las instituciones: inestabilidad laboral, pérdida de derechos civiles, racismo, aumento de la violencia contra la mujer y los grupos LGBTI, fortalecimiento de movimientos de ultraderecha. Es el capitalismo la fuente inagotable de pesares, ofrecidos en papel de regalo. Igual que los adolescentes, viven los adultos en la incertidumbre, perplejos ante la fuerza arrolladora del consumo y las exigencias inapelables del capitalismo.
En la intimidad del hogar, afloran, discretos, los demonios del sistema.
Que interesante análisis profe Dago, la serie resultó confrontante para quienes tenemos hijos pasando por esa etapa de la vida, por años hemos Sido juzgadores de los adolescentes, pero muy poco nos hemos puesto en la tarea de analizar lo que pasa en sus mentes y en sus vidas, a escuchar sin juzgar, a dejar de creer que se trata de nosotros: "mi hijo me miró mal, me tiró la puerta, me contestó mal ,ya no me quiere" esto no se trata de nosotros sino de ellos y de los cambios que están experimentado no encajan con los niños pero tampoco son adultos aún, no siquiera ellos mismos pueden entender su irritabilidad su sensibilidad o sus cambios repentinos de humor. Lo peor es que están solos en esto, solos con un celular expuestos al mundo cruel de las redes sociales dónde todo es aparentemente perfecto y en el cual ellos tampoco logran encajar.
ResponderEliminarMuy valiosa su reflexión. Ah, difícil la etapa de la adolescencia. Gracias por su valioso comentario.
ResponderEliminar