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sábado, 18 de abril de 2020






 LA SOLEDAD CONSTRUCTIVA

A lo largo del tiempo, personas de diversas regiones, clase social, edad, sexo y etnia han decidido aislarse de manera voluntaria  del mundanal ruido. Las motivaciones son variadas, y en esencia se relacionan con búsquedas de carácter místico, de rechazo a estilos de vida, de compenetración con la naturaleza, de proyectos comunitarios y políticos, o sencillamente, para escapar a persecuciones.

Henry David Thoreau (Concord, Massachusstes, 12 de julio de 1812-6 de mayo de 1862),  naturista, filósofo, agrimensor, maestro y fabricante de lápices "se embarcó en un experimento de vida sencilla que inició el 4 de julio de 1845 cuando se mudó a una pequeña casa que había construido en tierra propiedad de Emerson en un bosque de repoblación alrededor de las costas de Walden Pond".


Fui a los bosques porque quería vivir solo, deliberadamente, para afrontar los hechos esenciales de la vida y ver si podía aprender lo que tenía que enseñar y no descubrir, a la hora de la muerte, que no había vivido. No quería vivir lo que no era vida, ni quería practicar la renuncia, a menos que fuese necesario. Quería vivir profundamente y extraer toda la médula a la vida, vivir de una forma tan intensa y espartana que pudiese prescindir de todo lo que no era vida... (H. D. Thoreau, "Dónde viví, para qué viví", de su Walden, o La vida en los bosques" (Wikipedia).

Así que para  Thoreau,  el encierro fue una experiencia  de soledad constructiva :

Sentimos que Thoreau veía el puesto avanzado de Walden menos como una necesidad defensiva que como un lugar de oportunidad donde podía hacer lo que no podía hacer fácilmente en el mundo cotidiano: a saber, concentrarse, concentrarse, lo que siempre sospeché era una forma de él para manejar la ansiedad incipiente y el desaliento.

La educación implicaba además una inmersión total en la naturaleza: en plantas, en estaciones, en estrellas, en todas las criaturas de cuatro patas, aladas y escaladas. Para Thoreau, la Naturaleza era una conciencia comunicativa, y quería estar disponible para ella, antenas levantadas. La receptividad total requería la eliminación del clamor impulsado por el ego, que era como, en sus momentos más estresados, veía el discurso humano(Sobre la soledad constructiva de Thoreau, Holland Cotter, New York Times).

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¿Qué sucede cuando el aislamiento sucede por razones ajenas a nosotros? Sin ningún tipo de preparación, nos hemos encerrado en el breve espacio de nuestros hogares y todo aquello que nutría nuestras vivencias cotidianas ha sido dejado de lado. Así que nos ha tocado reinventarnos para paliar un encierro necesario.

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He visto pluralidad de acciones desarrolladas en casa. Algunas fortalecen encuentros familiares alrededor de juegos de mesa, películas, comidas. Algunos padres comparten con sus hijos las actividades escolares. El celular y el computador son los compañeros permanentes en este encierro. El yoga ha ganado adeptos, al igual que los videos de ejercicios físicos, danza y baile. Los balcones se han vuelto escenarios de encuentros, música y expresiones de agradecimiento con los que laboran y sirven en esta circunstancia difícil. La nevera es el personaje mas popular de la casa.

Cómo sobrevivir al confinamiento por el coronavirus sin divorciarse

Leo que  la violencia intrafamiliar se ha disparado. Y la incertidumbre por el trabajo crece cada día. Las explosiones de ira se vuelven habituales y se vive un ambiente de tensión en muchos  hogares. Llegan facturas y la tranquilidad desaparece. Un porcentaje elevado de colombianos sufre para conseguir lo básico.

Cuando las circunstancias son tan poderosas que no nos dan un margen de acción, sentimos que las fortalezas de nuestra razón son vulnerables, frágiles. A la vez, aprendemos rápido que ante lo inesperado  surge la creatividad. Así que dedicamos un buen tiempo a urdir planes, estrategias, proyectos, soluciones a nuestros problemas. Ahí es cuando el pensamiento se aviva y traspasa los límites de lo normal, de lo ya hecho.

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Creo que conviene también  dedicar unos minutos del día a pensar en lo que significan nuestras vidas, la manera como interactuamos con nuestras familias, amigos, compañeros de trabajo. En reflexionar sobre lo que significan el afecto, el amor, el respeto a los seres humanos, el odio, la violencia  y cómo nos influyen de manera negativa o positiva. Hoy, cuando  el racismo y la discriminación a la mujer se exacerban por cuenta de predicadores de odio, merece un momento especial pensar cuántos de nuestros comportamientos y actitudes van en contravía de los derechos humanos, cuánto de nuestras acciones están determinadas por consumos innecesarios. Para cuestiones espirituales, cada uno se hará las preguntas acerca de la relación entre lo divino y lo humano y su influencia en nuestras vidas.

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Otro tipo de reflexiones tienen que ver con lo público: ¿Cómo valoramos el papel del estado en ramas vitales como la salud, la vivienda, el trabajo y la educación? ¿Qué actitudes mantenemos frente a la corrupción en el estado y la empresa privada? ¿Qué valor atribuimos al cuidado y conservación del ambiente? ¿Cuál es el valor de la ciencia para nuestro bienestar? ¿Aceptaremos volver a las dinámicas tramposas de la política partidista? 

En fin, la reflexión juiciosa nos permite cuestionarnos muchas ideas preconcebidas. De lo que se trata es de asumir actitudes mas generosas con nosotros, con la sociedad y con el valor de existir como comunidad. 












2 comentarios:

  1. Una mirada al interior de nuestras vidas cotidianas en el aislamiento impuesto. Así quisiera hacerlo en forma voluntaria para escuchar los sonidos musicales de la naturaleza que nos habla reclamando nuestra atención. Hermosa reflexión, Dago. Gracias por regalarnos este deleite.

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