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sábado, 25 de mayo de 2019




ELOGIO DE LA EDUCACIÓN ...Y DE LOS  MAESTROS


En los años 70, de la mano de intelectuales como Aníbal Ponce, Louis Althusser y otros, la educación se interpretó como un aparato ideológico del estado cuya misión fundamental consistía en reproducir la ideología capitalista, por lo que cualquier aproximación a aquella debía hacerse en términos de rechazo y confrontación. Solo cambiando el estado cambiará la educación, era la consigna de la mayoría de grupos de izquierda, por lo que cualquier otro enfoque se consideraba reformista y reaccionario. 


Los sindicatos de maestros, dirigidos por líderes de esas organizaciones abandonaron la discusión pedagógica y se enfocaron en aspectos reivindicativos como los salarios, por lo que durante muchos años la realidad de los maestros en sus planteles educativos se entendió como la penuria cotidiana de seres explotados cuya única reivindicación posible era el cambio de sociedad.


En las aulas, los docentes, de manera aislada, desarrollaban su trabajo cotidiano en el que, quisieran o no, la pedagogía reclamaba su atención. El oficio y la carpintería didáctica constituían el pan diario del quehacer docente, sin la atención institucional, sindical ni estatal-con contados periodos de florecimiento del movimiento pedagógico-. Periodo prolongado en la historia de la educación de Colombia, arrastrado por las dinámicas de grupos políticos para quienes lo educativo adquiría sentido en la medida que cuestionaba al sistema. 



Ha pasado mucho tiempo y la tan anhelada revolución no llegó, las FARC abandonaron la lucha armada, continúan las luchas reivindicativas de los maestros y nuevas corrientes surcan el cielo  de este país. Y en cada rincón de Colombia, un niño, una niña, realizan diariamente el trayecto de la casa a la escuela, que los llevará a adentrarse en la magia de experiencias que solo la escuela como institución es capaz de brindar, con todas las dificultades existentes. 



Visito con alguna frecuencia escuelas rurales de Guaduas y me complace sobremanera la experiencia vital que surge del encuentro con niños de diversas veredas del municipio. Con el gancho de la literatura infantil, surgen actividades alegres en las que las coplas, el teatro, el dibujo, el diseño reflejan los universos coloridos de estos estudiantes , los que de otra manera serían imposibles si no existiera la escuela.



En el ámbito escolar suceden muchas experiencias que propician el encuentro con la riqueza de la ciencia, la filosofía, el arte y la literatura, amén de la compleja realidad que aportan las nuevas tecnologías. Es allí donde se incuba el gusto por los libros, el teatro, el arte en general, las ciencias y las puestas en escena por medio de festivales, actos literarios, exposiciones. La convivencia, los derechos de las mujeres y el medio ambiente son  asuntos de discusión razonada y se aprende a mirar el país, el mundo con otros ojos. Y lo mejor, el aprendizaje vivencial, el que sucede con los encuentros diarios, que  aproxima a los estudiantes  a los primeros amores, al rechazo, a la comunión del deporte y las fiestas, a los primeros tragos, a los   deslumbramientos eróticos.



Ahí, discreto, con lluvia o sol, el maestro.

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