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lunes, 17 de mayo de 2010





DE LO BELLO, LO EFÍMERO, LO ABSOLUTO




Muriel Barbery, autora de LA ELEGANCIA DEL ERIZO, dijo a propósito de los dos personajes de su novela:" Ambas (Paloma y Renée) se preguntan dónde reside la belleza. La niña está convencida de que se oculta en las cosas frágiles, fugaces. Por eso la busca en el movimiento, que es elusivo por naturaleza. Y la encuentra. Incluso en un partido de rugby, en los movimientos de un jugador maori"(ARCADIA). Esta idea de la belleza se hermana con el haikú, tan breve en su composición, tan inmediato en la aprehensión de un hecho, "tragaluz abierto un instante sobre un pequeño hecho natural, resplandor súbito, sonrisa formada a medias, suspiro interrumpido antes de ser oído" (Chamberlain).

La belleza es desde esta perspectiva la frescura que anida en cada instante y que se renueva por la inmediatez de las sensaciones, por el carácter efímero de la vida y de las cosas:

una mota de polvo contiene la tierra entera; cuando una flor se abre, todo el mundo viene a nacer

Hekiganroku, libro de escrituras del zen

La belleza en otra perspectiva, la que se expresa en las letras de los boleros y el tango, asume lo absoluto como finalidad, la permanencia del sentimiento, el dolor por la pérdida: un viejo amor, ni se olvida ni se deja...Y el carácter sacro del amor nos remite irremediablemente a la otra vida, infierno y paraíso que se escribe con dolor y esperanza ...por eso yo te pido una vez más/me esperes en el cielo/ y allí entre nubes de algodón, haremos nuestro nido.


En la música popular de América latina belleza y sufrimiento van de la mano, y el disfrute momentáneo de lo bello acarrea el dolor, la pérdida, la nostalgia; y se vive con la esperanza de transformar el rechazo, el desprecio en armonía con un mundo intemporal donde lo humano pierde su condición terrena. La belleza aparece así en su condición absoluta, ajena a las contradicciones pasajeras, las que dan lugar a un estado beatífico, sereno.


La belleza aparece de manera espontánea, inesperada, como el pechirrojo que surge ante nosotros en el camino. Sólo se requiere de los sentidos, de la disposición para descubrir en cada recodo, en cada fragmento, un pedazo del universo. O acaso es aquella una idea perenne, que a pesar de las contingencias de la vida, se transforma con la esperanza y el absoluto.

3 comentarios:

  1. Paola Arciniegas23 de mayo de 2010, 9:33

    [...]de lo efímero y las coincidencias...
    Cierto que uno se impregna y alimenta de lo que piensan y escriben los demás. Pero también hay coincidencias.
    Vi su comentario en mi blog y vine a visitar el suyo y me encuentro con este post que escribió ud un dia antes que yo escribiera el "fugaz" mio. Hay coincidencias que alegran.
    Hermoso post, me encantó. Gracias por compartir sus conocimientos, sus sentimientos. No he leido a Barberi pero lo que ud. cita de ella me fascinó. Respetuoso saludo Licenciado Dago.

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  2. Definitivamente la belleza no puede ser perfecciòn, pues saberla no es imaginable,percibira tampoco, esta,pos abocados a nuestros sentidos y son debiles, torpes, pero tampoco creo que se comprencible o cognoscible, pues teendria nuestra mente-cerebro ser infinita, lo cual no es; la belleza tiene que ser inperfecta pero no fenomenica, no relativa, lo bello debe ser conpartido como el pan, no puede ser privilegio de cada nombre; la belleza debe ser colectiva pero no como la revoluciòn, ha de ser algo inmnente en el orbe, una diferencia, la distancia entre Dios y los hombres, lo que nunca podra aprehender la plabra y la ciencia, la flor que esta mas alla, de un espacio multidimensional.

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