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lunes, 16 de noviembre de 2009

¿QUÉ HAY EN LOS RELATOS LITERARIOS?




Charles D'Ambrosio, el escritor norteamericano, dijo en una entrevista: Desear la inocencia es buscar el revés de la vida; esperar la verdad es desear un camino fuera de la existencia. Creo que en esa frase se condensa la riqueza de la literatura y por supuesto, de eso que llamamos el vivir. Cuando iniciamos la lectura de un relato bordeamos el precipicio, andamos sobre la cuerda floja, abandonamos la ruta segura y nos embarcamos en un viaje lleno de esperanzas. Habita en el ser humano la terrible dualidad de la búsqueda de la eternidad, de la felicidad, de la armonía; y por otra parte, nos invade el caos de la cotidianidad, la opresiva presencia de lo circunstancial, la dolorosa presencia del poder. De esa dualidad se alimenta la literatura.

Estanislao Zuleta, escribió:"Adán, y sobre todo Eva, tienen el mérito original de habernos liberado del paraíso. Nuestro pecado es que anhelamos regresar a él". De ese anhelo se nutre la literatura, búsquedas incansables en pos de un sitio seguro, de un refugio inexpugnable, de un útero acogedor. Personajes, historias, escenarios majestuosos, lúgubres, esplendentes, todo un mosaico de situaciones dispuestas para la búsqueda del objetivo que nos redimirá del sufrimiento, del dolor.

Piensa D'Ambrosio que una historia es la puesta en escena de un deseo: Mis personajes buscan un final para sus búsquedas, lo que los conduce a toda clase de respuestas falsas. Y en el proceso de alcanzar el final, la comprensión es la llave que se usa para abrir el baúl de la fortuna, fórmula infalible que olvida lo que señaló Hai -Kai a propósito de Kafka: Pero amar es un verbo que para kafka era pura imaginación, y "entender" para el aterrado hebreo de Praga es, simplemente, no sobresaltarse ante el absurdo.
la literatura es la bebida amarga que nos brinda la posibilidad de aproximarnos a la condición humana.





3 comentarios:

  1. Es posible que el ser humano se encuentre siempre en una búsqueda infructuosa de seguridad, aquella que representa el paraíso. Tal vez ésa búsqueda sólo concluye cuando ante nuestros ojos se revela que no hay certezas, pero el carácter humano se aferra a ellas aún cuando no existan, por ello: Larga vida para la literatura.

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  2. ¡Larga vida, sí! Yo creo que mientras haya preguntas habrá literatura. Creo que si hay un espacio para formular las más profundas preguntas es en eso que hemos llamado la literatura. Para mí la literatura ha ocupado el lugar que tuvo una vez la alquimia y antes la filosofía. Las preguntas importantes no tienen respuesta y solo se pueden representar por medio de la metáfora. Y en cada representación (en cada relato, en cada poema, en cada canción) están esas respuestas individuales que se escapan a una lógica estricta. Aunque quién sabe, ¿no será que la ciencia también se nutre de todas esas preguntas, no será que todos buscamos entender de mil maneras la misma historia?

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  3. La encumbrada ciencia: siempre ajena al devenir de los humanos sentimientos. Cuando la psicología intenta entender por qué experimentamos emociones, sentimientos, pasiones... termina reduciéndolo todo a lo observable o generando teorías deterministas, pero a pesar de los enormes esfuerzos de racionalización, la ciencia no puede apartarse de las preguntas que surgen en donde quiera que haya un ser humano

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