ELOGIO DEL LÁPIZ

"Un lápiz es una varita mágica: una barra de madera que traza los movimientos mas minúsculos de tu mano, a medida que se mueve sobre la superficie. Ahora estoy usando uno, haciendo círculos y barras oblicuas para escribir estas palabras.Como herramienta, es admirablemente sensible. Las líneas que traza pueden ser gruesas o delgadas, gritos o susurros, bloques de concreto u hojas de hierba, dependiendo de los cambios de presión tan sutiles que difícilmente se notarían en otro contexto (la diferencia de fuerza entre una línea gruesa y nada escasamente derribaría una ficha de dominó).Y aunque un lápiz es lo suficientemente sofisticado para rastrear cada gradación de la mano humana, también es lo suficientemente simple como para que lo use un niño" (New York Times, San Anderson, Christian Payne).

En una hermosa crónica, Sam y Christian, el fotógrafo, nos cuentan y nos muestran el complejo proceso de elaboración de lápices que se lleva a cabo en The General Pencil Company, una empresa que funciona  desde 1889 en Estados Unidos. Quedan ya muy pocas, asediadas por la tecnología digital.

Existía-¿existe ?- un ritual de la infancia, vinculado al arte de usar el lápiz para crear las imágenes de mundos mágicos, de regiones inexploradas, con seres mitológicos y fantásticos, animales domésticos o salvajes. Horas y horas empleadas realizando los trazos que darán vida a historias ..., en un proceso cognitivo de enriquecimiento de la imaginación, y el empleo de los colores para nutrir de variedad los espacios épicos atrapados en el marco de una hoja. Era-es- el lápiz, además, el símbolo de ese mundo escolar, bizarro e inolvidable.

"En una era de pantallas infinitas, el humilde lápiz se siente revolucionariamente directo: hace lo que hace, cuando lo hace, justo enfrente de tí. Los lápices evitan el jiutjitsu digital. Son analogía pura, presencia absoluta. Ellos nos ayudan a rescatarnos del olvido. Piensen en cuántos de nuestros movimientos finos desaparecerán, sin rastro, cuántos parpadeos de ojos y miradas secretas se desvanecen en la nada. Y sin embargo, cuando sostienes un lápiz, tus pequeñas danzas manuales se mapean exactamente, desde los círculos y líneas  hasta el punto final de una oración final".

Que el lápiz siga trazando los senderos de la imaginación, de la poesía y de la reflexión.