NOTAS PARA EL CENTENARIO DEL COLEGIO SAMPER
CLASES AL AIRE LIBRE
Una de las experiencias de mas grata recordación de los estudiantes samperinos de los años ochenta hasta comienzos del siglo XXI está relacionada con los ambientes donde transcurrió la interacción alumnos y docentes. Del salón tradicional con chicas y chicos sentados en sillas universitarias atendiendo el discurso del maestro a la delicia de sentarse junto a los árboles y las zonas verdes- hoy reducidas a su mínima expresión- y dar cabida a interacciones mas dialogantes, motivadas por el verdor del paisaje.
Allí compartimos lecturas de textos literarios, ensayos, dramatizaciones, preparación de obras teatrales y bailes o el acto mas prístino de los encuentros escolares: dialogar sobre el día a día, la cotidianidad vista por las mentes y los ojos de chicas y chicos frescos y alegres.
Encuentro en estas costumbres un potencial significativo para propiciar la palabra como un acto liberador: dar la palabra a los estudiantes sin la amenaza de la nota, incluir el humor, las bromas como ejes de la conversación.
Considero esta experiencia un momento memorable del Samper, cuando el verde era de todos los colores y el calor agobiante nos invitaba a buscar la sombra gentil de árboles y plantas para convertirlos en espacios gozosos, plenos de alegría y gusto por la vida.
Leyendo profe su escrito me acordé de una anécdota de una clase que nos hizo la profesora Carolina Hernández (QEPD), estábamos recibiendo la clase debajo de un árbol, ella nos estaba dictando de un libro y le cayó una culebra encima del libro, dijo #&*@$ votó el libro lejos y salió corriendo.
ResponderEliminarAy, juepucha!
ResponderEliminarMuy buen descrito profe. Tuvimos el gran lujo de estudiar en un campas lleno de diferentes espacios que invitaban a la convivencia, a la libertad de expresión, al buen comportamiento y a gestionar nuestro tiempo para cumplir con los deberes y las clases. En un momento dado no habían muros, ni coordinador de disciplina. No necesitábamos…. Nos estaban realmente preparando para la vida adulta. En ese momento los valores de sociedad florecían por eso se podía. Pero los valores fueron cambiando y así todo ha ido cambiando. Hasta aquellos que tenían un discurso creíble ahora danzan al ritmo que les toque la flauta. La vida en movimiento y así es!
ResponderEliminarSiento profundo agradecimiento hacia mis profesores y deseo un Feliz cumpleaños a mi colegio que hace parte de lo que yo defino como una parte de mi alma mater.
Buena semana para todos!
Su comentario es pertinente, pues los macrocolegios como el Samper solo son grandes en problemas. Los espacios verdes son imprescindibles. menos cemento y mas árboles y pasto.
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