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sábado, 6 de noviembre de 2021

 


CORRIENTES DE AGUA Y MEMORIA

Los ríos son memoria, puentes húmedos que conectan no solo tramos y zonas sino sentimientos, emociones, tradiciones. Las historias personales y sociales de personas y regiones del planeta están vinculadas con el flujo constante de las fuentes de agua. El Ganges es el río eterno de la India, sin el Támesis no es posible explicar a Londres, el Nilo es el sustento espiritual y material de diversas naciones de África y el Magdalena es la artería fluvial  que permitió la construcción de la nación colombiana.



Cuenta Wade Davis en una charla en Banrep cultural que una vez conversó con un habitante de la Mojana, donde había ocurrido una masacre por parte de los paramilitares, y un periodista le preguntó al hombre: ¿Qué le piden ustedes al estado? Y el hombre sin dudar dijo: casas nuevas, porque nos las quemaron todas. el periodista anotaba en su libreta las respuestas y el hombre le dijo. Espera, casas no, queremos que nos ayuden a limpiar al ciénaga, a hacerla mas pura para poder pescar. El periodista volvió a anotar la respuesta y el hombre lo interrumpió: espera, no. Lo que necesitamos es que limpien el río Magdalena, que es la fuente de nuestras vidas. 

En un calendario de 24 horas, la historia de la humanidad ocupa solo un segundo del mismo. Nuestra historia es un chispazo de luz, pero qué chispazo. La especie Homo Sapiens ha transformado de tal manera el planeta, que nuestra existencia está en peligro por el deterioro sistemático del medio ambiente. Ojalá que ese pequeño resplandor ilumine nuestras conciencias y nos permita establecer relaciones armónicas con el resto de la naturaleza.


En el casco urbano de Guaduas, muchas generaciones realizamos nuestros aprendizajes esenciales en el río San Francisco. Allí aprendimos a nadar, a preparar el sancocho, a espiar a las chicas mientras se ponían sus trajes de baño. Fue allí donde surgieron los primeros encuentros amorosos, donde se resolvieron a puños los líos inevitables de la niñez y la adolescencia y se tejieron los relatos fantásticos  que ayudaron a construir nuestros imaginarios, en un ambiente adornado  por el verde y las montañas.  Igual que este río, otras corrientes han sido el bálsamo de sueños de infancia, de goces adolescentes, de sosiego adulto.

Otros cauces, igual, fueron asiento de historias de vida. Allí, en aquel riachuelo azul se vivieron  horas de ternura y pasión. Allí, en esa quebrada honda , se aspiró el aire dulce del monte mientras los cuerpos vibraban acompasados por el dulce canto de la corriente de agua. Allí. 


En la geografía del erotismo  resaltan las corrientes de agua cómplices de encuentros amorosos, arropados los amantes por los pastos y malezas cómplices, en medio de la exuberancia del monte. 

Las reivindicaciones verdaderas demandan la atención y el cuidado de nuestro ambiente. Nada somos sin el agua.



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