Buscar en este blog

sábado, 1 de febrero de 2025

 


ESTA, LA VIDA; ESTE,  EL PLANETA

Polvo, viento, lluvia, sol. Las olas vienen y van, se abren nuevos caminos y reverdece cada día la esperanza. Grandes empresas se proyectan cada día, una guerra empieza y otra termina. A cada momento surgen fórmulas infalibles para derrotar la tristeza, el miedo, la obesidad, la enfermedad  y la vejez.

Un pechirrojo se posa en la copa de un árbol, el arroyuelo arroja sus aguas con delicadeza al río, el monte despide aromas de verde y una motosierra arrasa un bosque. Cada sueño, cada iniciativa abriga una esperanza y produce bienestar y ruina. 

Los sueños que se construyen todos los días pasan, llegan otros y lo que hoy es novedad mañana es olvido. Pasean los anhelos de cada época en  corceles briosos por caminos que llevan al extravío. 


Alguien observa la lejanía y suspira. Hay un deseo de abandonar el nido. Las huellas de los infinitos pasos reescriben las historias de seres humanos en busca del paraíso. Una mariposa vuela y ejecuta movimientos de mantequilla. Ella, él,  la observa con curiosidad y descubre que tras la evidencia colorida hay un mensaje trascendente: somos polvo y lucidez, somos mortalidad y sueño. 

En cada recodo, en cada esquina, en el espacio de un cuarto alguien sueña. Afuera está el mundo, su diversidad y riqueza. Suena una música que desborda lo evidente y nos conduce a estados donde nuestros sentidos estallan en mil pedazos, convirtiendo la realidad en una colcha de belleza. 

El anhelo de poseer, de atesorar forma parte esencial de la vida. Se trabaja, se lucha, se sufre en pos de alcanzar el bienestar, la riqueza. Se hieren la piel, las entrañas de la tierra en busca de los tesoros que nos otorgarán la felicidad. 

El temor a la muerte nos guía y nos entristece. Desaparecer de este mundo tan pleno y provocativo a pesar de todo. El tiempo nos marca y nos señala anhelos y miedos. Con amor aliviamos el temor que nos produce  la espada de Damocles que pende sobre nuestras cabezas. 

Este planeta, tan abundante en belleza, esta vida que sueña y sufre, que ama en medio del fragor de la lucha cotidiana es el que nos ha correspondido.   Regalo incomparable que debemos cuidar..

2 comentarios:

  1. Luis Fernando Orozco Molina1 de febrero de 2025, 18:30

    Excelente, mi estimado Dago, pero más aún desde la aparición del ser humano ,lleno de ansiedad y sin saber el verdadero objetivo,dejando a un lado la busca de la felicidad por el mero afán del consumismo...

    ResponderEliminar