foto El País
FOTOS Y MEMORIA
La conjunción de diversos hechos logró la reconstrucción de la vida de una familia holandesa: un obrero italiano apasionado de la fotografía descubre en un mercado online una serie de rollos fotográficos, "impresos pero sin revelar que datan de los años sesenta en Holanda" (Icon,Alessandro Leone, El País). Luego de la puja, " Pierluigi Ortolano confió los rollos a las hábiles manos del fotógrafo e impresor Franco Glieca, quien, a partir de los aproximadamente 4.000 negativos, reveló la primera de una larga serie de imágenes que contaban la historia de amor de un hombre, Otto Verkuil, y su cámara, y también el relato de una familia a lo largo de un periodo de probablemente dos años".
Los registros visuales y escritos logran preservar hechos y personajes que de otro modo solo serían recuerdo perecedero. Ortolano realizó exposiciones de las fotos en diversos lugares y una foto mostraba el nombre de una empresa de autobuses, de uno de los cuales descendía una niña a la que esperaban sus dos hermanas. Esta pista permitió localizar primero a dos de sus hijas y a las nietas hijas de la primogénita.
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Una de las fotos, " permitió a Pierluigi encontrar a Otto en la única foto que lo muestra al otro lado, frente al objetivo, envuelto en un claroscuro que apenas deja entrever su rostro. Era un día lluvioso de otoño y el fotógrafo había llevado a su mujer y a sus tres hijas al circo. Fuera de la carpa, el camino de vuelta al coche estaba sembrado de grandes charcos, pero él no quería que sus hijas se mojaran. Así que decidió quitarse los zapatos y llevarlas, una a una, hasta su destino, antes de que probablemente su mujer le hiciera una foto".
La vida está llena de acontecimientos diversos, de circunstancias múltiples. Difícil captar siquiera una buena parte de lo que constituye la vida de un ser humano y de sus infinitas interacciones. Los objetos que permanecen guardan pedazos de la historia personal y colectiva de una persona y avivan el recuerdo y prolongan la existencia de quienes han muerto.
Y si esas fotos, esos objetos se descubren después de algún tiempo, toca rebobinar y replantear el guion porque aportan elementos que exigen revisar lo escrito y dicho hasta ahora. Ese padre de familia que vivió con su familia hasta cierto tiempo, se marcha un día y luego se descubre un paquete de cartas dirigidas a su mujer y a sus hijos. O unas fotos en las que se llena un capítulo ignorado de él, de ella , lo que implica abrir o cerrar heridas, generar nuevas ansiedades o terminar con el peso de un dolor constante.
Una foto es una aproximación a la mortalidad, al deseo de permanecer por siempre. Mirar una foto es actualizar mundos idos, seres olvidados. Es descubrir un palimpsesto cargado de sorpresas, capas de historias que se complementan y contradicen. Mirar una foto es recordar nuestro carácter mortal. Es comprender el paso inexorable del tiempo y de la fugacidad de la vida. Es desear no morir.
Dago las fotos son historia. Son un tesoro en una línea de tiempo, que hace que nunca olvidemos lo que allí existe.
ResponderEliminarLas fotos nos dejan evocar hasta los olores y sabores de otros tiempos
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