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sábado, 20 de enero de 2024

 




LA QUÍMICA DE LO BELLO

Solía pensar que la pintura al aire libre era una actividad tan antigua como la existencia de comunidades milenarias. La lectura de "La Química de lo bello", de Déborah García Bello me mostró otra realidad: "Esa imagen bucólica  de artistas pintando al aire libre no fue posible hasta el siglo XIX. Que Manet y otros impresionistas pudiesen pintar sus obras en el exterior fue gracias a un avance tecnológico: el tubo de aluminio. Esos tubos eran análogos a los actuales tubos  de pintura al óleo. El aire no entra en contacto con la pintura y se cierran herméticamente permitiendo que esta se pueda usar durante varios días sin que se estropee. Renoir decía que sin estos cubos no habría existido ningún Monet ni ningún Cézanne".

Cuando contemplamos una obra de arte, solemos pasar por alto la conexión entre el producto y los materiales usados. Para Déborah García, "la historia de la pintura se podría contar a través de la ciencia de sus herramientas. Desde los recipientes que Rembrandt utilizaba en el siglo XVII para conservar sus pinturas al óleo, pasando por los tubos que sirvieron a los impresionistas para pintar a la intemperie a finales del siglo XIX, hasta el acrílico de los muralistas mexicanos y su influencia en el expresionismo abstracto en el siglo XX".


Mi relación con la química ha sido de indiferencia al punto de tener que habilitarla-recuperar se dice hoy- en grado sexto(undécimo). Desconozco la razón por la cual esta asignatura me causaba desazón  y reconozco hoy que sin la química no sería posible nuestra existencia. A medida que leía el libro de Déborah un nuevo panorama se instalaba en mi pobre percepción del arte.  

Miro con curiosidad a una abuela con sus dos nietas de tres años en la cocina. Preparan un alimento y dialogan. Allí, en el reducido espacio de la cocina, mezclan, cortan, pican, fríen. Los olores se posesionan del lugar y un aroma nuevo enciende el apetito. La química y el amor de la abuela, en conjunción, arrojan aprendizajes y afectos que perdurarán por siempre en la memoria de las niñas.


La química del amor y el aprendizaje. 

3 comentarios:

  1. "Le preguntaron al Maestro cuál era la diferencia entre la química y la alquimia en las relaciones de pareja y contesto estas hermosas y sabias palabras:

    - Las personas que buscan "Química" son científicos del amor,
    es decir, están acostumbrados a la acción y a la reacción.
    Las personas que encuentran la "Alquimia" son artistas del amor,
    crean constantemente nuevas formas de amar.

    Los Químicos aman por necesidad.
    Los Alquimistas por elección.

    La Química muere con el tiempo,
    La Alquimia nace a través del tiempo...

    La Química ama el envase.
    La Alquimia disfruta del contenido.

    La Química sucede.
    La Alquimia se construye.

    Todos buscan Química,
    solo algunos encuentran la Alquimia.

    La Química atrae y distrae a machistas y a feministas.
    La Alquimia integra el principio masculino y femenino,
    por eso se transforma en una relación de individuos libres
    y con alas propias, y no en una atracción que está sujeta
    a los caprichos del ego.

    En conclusión, dijo el Maestro mirando a sus alumnos:

    La Alquimia reúne lo que la Química separa.
    La Alquimia es el matrimonio real, la Química el divorcio
    que vemos todos los días en la mayoría de las parejas.

    "Comencemos a construir relaciones conscientes,
    pues la química siempre nos hará envejecer el cuerpo,
    mientras la alquimia siempre nos acariciará desde adentro"

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