Nos cuenta Juliana González Rivera en su exquisito libro "La Invención del Viaje", que "el francés Michael Certeau definió el espacio como un cruce de movilidades". Y Juliana anota que " la vida es lo que sucede mientras nos movemos". Ibn 'Arabí, "sabio árabe del siglo XII escribe en "El esplendor de los frutos del viaje: El origen de la existencia es el movimiento. En ella no puede haber inmovilidad pues regresaría a su origen, que es la ausencia".
Los humanos no somos los únicos viajeros. Los virus se pasean por todos los confines del mundo y dejan su impronta en la que nos recuerdan una verdad tantas veces escamoteada: la especie humana es una mas entre tantas y la expansión y el daño ambiental estimulan la invasión de bacterias, gérmenes, virus y no sé que tantos mas bichos, seguros en su deambular incesante por el planeta. Ahora resulta que la globalización no es un invento exclusivo de los humanos y podemos dar por seguro que no existe poder humano capaz de doblegar el accionar de otras especies, muchas de ellas diminutas en su tamaño y poderosas en su impacto en la especie humana.
No sé qué efectos tendrá la pandemia en nuestras vidas. Habrá, imagino, cambios en todos los órdenes, muchas actividades estarán condenadas a desaparecer, otras se fortalecerán, aparecerán nuevas y como siempre, el inevitable movimiento ratificará lo que dicen los versos de Jorge Manrique:Nuestras vidas son los ríos/ que van a dar en el mar/ que es el morir.
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