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sábado, 11 de enero de 2020


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HAZ CON  TU VIDA UN FESTÍN


Celebrar la vida como un regalo valioso, el mejor. Asumir la vida como una sorpresa continua, una apuesta azarosa, es lo que  plantea Alejandro Gaviria en una entrevista concedida a Semana:


 "Me hice un tatuaje muy bonito, que es una celebración de la vida del poeta Derek Walcott y es un poema que se llama "El amor después del amor" en el que conversa consigo mismo.  "Amarás al extraño que fuiste para ti./Dale vino. Dale pan, devuélvele el corazón/ a ese extraño que te ha amado/ toda tu vida, a quien ignoraste/ por otro, y que te conoce de memoria" Y termina con una frase: " siéntate, haz de tu vida un festín".

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El extraño que nos habita, el que se convierte en sombra a pesar de nuestra indiferencia. El festín sucede cuando nos reconocemos en él. La mirada se invierte, el interés por los otros pierde valor. Ahí, en la imagen que nos devuelve el espejo está él -yo-.

Pasada la fiesta, quedan los restos. Los que miramos con admiración y solo son restos. El verdadero festín comienza cuando abandonamos los lazos que nos hacen esclavos de las miradas ajenas.

El espejo muestra el rostro de uno que ha sido muchos. Poco a poco, aparecen los rasgos "del extraño que fuiste para ti".

Dale vino y regálale un festín. Se lo merece. 

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