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jueves, 25 de octubre de 2012


 LA VOZ COLOMBIA

En A Roma  con amor, la película de Woody Allen, un personaje canta de maravilla cuando está en la ducha. Fuera de ella, su voz se confunde y pierde el vigor y la tersitura, así que para aparecer  ante el público su manager lo presenta metido en una ducha, enjabonándose y recibiendo los  chorros de agua que salen de la regadera, mientras  los espectadores se deleitan con su canto. Es que ducha y canto son dos hermanitos siameses, Batman y Robin líricos, limpieza del cuerpo y alegría del alma. 


Cantar es una actividad humana tan placentera que sin importar la calidad de los registros sonoros es realizada  por todos.  Doy crédito de este aserto, yo, cantante frustrado para quien los momentos sublimes de la vida vienen en do sostenido, a cualquier hora del día. Que lo diga la pobre Alejandra, que ha tenido que soportar mis requiebros sonoros-es un decir-.



La cadena Caracol pasa en la actualidad un programa de entretenimiento denominado LA VOZ. Cada noche se dan cita cantantes de notables calidades musicales para, en primera instancia, ganarse el derecho a pertenecer a los  equipos de cuatro profesionales: Fanny Lu, Carlos Vives, Ricardo Montaner y Andrés Cepeda. Luego se realiza una eliminatoria interna para reducir de dieciocho a nueve el número de artistas que competirán por un jugoso  premio en efectivo.

La novedad del programa radica en que los maestros eligen a sus artistas sin verlos, lo que implica que el único juicio a la hora de elegir  son sus voces. Además, cada maestro cuenta con un equipo de asesores de la talla de Gilberto Santarrosa, Maía, entre otros, quienes se encargan de ayudar a preparar a los concursantes. Las luces desempeñan un papel protagónico especial, ya que son las encargadas de señalar el momento decisivo en el que el maestro elige a uno y descarta al rival.

Como el asunto es el canto, me siento sin falta a disfrutar de las voces de cantantes provenientes de diversos lugares de Colombia y a fungir de juez desde la comodidad de mi silla. Me sorprende y alegra saber que a pesar de lo difícil que es lograr el éxito en el mundo artístico y ganar el afecto y la admiración del público, son muchas las personas dedicadas con alma,  vida y sombrero   a este oficio.

He dicho en otros posts que  la televisión es  una reina mimada  que transmite y pide afectos y emociones a toda hora. LA VOZ no es la excepción. En formato de reality, crea una atmósfera toda llena de sensaciones ligada a una narrativa en la que se ponen en juego las esperanzas de los artistas, la solidaridad de sus seres queridos, la bonhomía de los maestros. El formato es efectivo y logra seducir al televidente, que sufre con las peripecias de los cantantes, los gritos de apoyo,  las lágrimas de sus amigos y seres queridos, las tragedias que acompañan a cada personaje. 

Entiendo que el formato se originó en algún país desarrollado y lo que hace la programadora es comprar el derecho a montarlo, asignándole  el toque local, oficio en el que los libretistas y creativos de la televisión nacional son expertos. Se acude a figuras populares como Carlos Ponce, el actor puertorriqueño, quien es el presentador del programa y el estudio es un ring en el que se suceden las batallas.

Si Yo me llamo se caracterizó por las peleas de los jurados, en La Voz "todo es amor". Al derrotado se le dice y se le repite que nada ha pasado, que a partir de mañana su vida será distinta, muchos deseos y venturas y adiós. La cámara registra las reacciones de las mamás, papás, novios, novias, hijos, amigos, los rostros alelados de los maestros.

Confieso que, a pesar de este análisis tan, uy, de estudioso cultural, el programa me gusta. Miro de reojo a Alejandra y canto: somos novios/ mantenemos un amor profundo y puro...me miro de reojo en el espejo y me parece-modestia aparte- que lo hago muy bien. Vuelvo a mirar a Alejandra, seguro de su aprobación y , oh, sorpresa, duerme, lironda, ajena a mi gran interpretación.



Voy a pedirle  a Woody Allen  que me permita aparecer en una de sus películas y propongo como título  De Guaduas, con amor. Muy seguro seré el personaje que anuncia cantando una marca de  colchones.

2 comentarios:

  1. Dago, en este post no sólo se lee un interesante estudio cultural del programa, sino también una apología del amor en su expresión más simple y, a la vez, más compleja: en la cotidianidad. Imaginé la escena: usted cantando y Alejandra arrullada con la voz que la ha acompañado durante tantos años y que, seguramente, no sólo hace vibrar sus tímpanos sino también su corazón. Un gran abrazo para los dos!

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  2. Profe en mi opinión este formato le a gustado a la audiencia por que por fin ven algo diferente a los melodramas, peleas, mal vocabularios y obscenidades que venían mostrando en otros realities. Es un formato fresco y como tu lo mencionabas en tu entrada reflejan amor, paz, no se si caridad pero cosas buenas que mantiene a los tele videntes en un ambiente de armonía. Tienes razón el formato original se llama The Voice y en esta nueva temporada que están grabando en Estados Unidos Shakira es uno de los Jurados.

    Debo admitir que la parte que más me gusto de tu post es cuando admites que le cantas a Alejandra una muy bonita apología del amor.

    Por fin puedo seguir tu Blogg

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