DIÁLOGOS FECUNDOS
Richard David Precht se dedicó a pasear con su hijo Oskar por diversos lugares de Berlín durante un verano y en los recorridos se dedicaron a responder preguntas como ¡Por qué hay todo y no hay nada?, ¿por qué existo yo?, ¿por qué las ratas sin nombre son mas simpáticas"?, ¿Estropean las recompensas el carácter"? y muchas otras, que dieron motivo para reflexionar sobre diversos asuntos.
Si tuviéramos que elegir una opción significativa en la vida de los niños, diría que es, tal vez, el diálogo el motor para estimular y fortalecer sus procesos de pensamiento, sus actos y sentimientos . A lo largo de los recorridos, Richard y su hijo pasean por lugares y temas fundamentales, sin la rigidez de la academia y con la disposición y la apertura necesarias para generar la reflexión y el cuestionamiento.
Veamos un ejemplo abreviado de uno de los diálogos:
¿VALEN MÁS CINCO PERSONAS QUE UNA?
-Bien, Oskar, imagínate la siguiente situación: mira esa vía que hay ahí adelante, en la que cinco trabajadores reparan los raíles. Y ahora imagínate que en ese vagón se sueltan los frenos. comienza a andar y va a toda velocidad sobre la vía, sin control alguno, directamente hacia los cinco trabajadores.. ¿Puedes imaginártelo?
-Sí, papá.
-Ahora imaginemos que en la vía de mas allá hay un cambio de agujas...
-Pero no hay ninguno...
-No, pero nos imaginamos la situación como si lo hubiera. Y que al lado está la caja de cambio. Si aprietas un botón, la aguja se desplaza, así que podrías apretarlo con toda rapidez y desplazar la aguja hacia la derecha. Y con ello salvarías la vida de esos cinco hombres en el último segundo. pero hay un problema. Si el vagón gira a la derecha, atropella igualmente a un trabajador en la vía, aunque solo a uno. ¿Qué harías tú?
-Cambiaría la aguja, pero solo si no hay ningún otro remedio. Porque cinco personas valen mas que una.
Richard le plantea finalmente otra pregunta:
-Si la persona de la vía de al lado no fuera un trabajador sino mamá o papá. ¿Cambiarías no obstante la aguja para salvar a los cinco trabajadores?
No, no lo haría.
-¿Por qué no, Oskar? Desde el punto de vista lógico es exactamente lo mismo si se trata de papá, mamá o de un trabajador cualquiera. Son cinco frente a uno.
-Sí. Yo tampoco lo haría si tú estuvieras en la vía. ¡Jamás!
El esclarecimiento filosófico: cuando tomamos decisiones morales actuamos muy a menudo sin alguna lógica. Son mas bien nuestros sentimientos los que toman nuestras decisiones sobre qué consideramos correcto o incorrecto en el trato con otras personas.
El diálogo es una herramienta poderosa que estimula el pensamiento, activa la escucha y la comprensión y posibilita los acuerdos, cuando se dialoga de manera abierta, asumiendo que los conocimientos humanos son cambiantes; de allí la importancia de mejorar la calidad de los intercambios en todos los ámbitos, en particular el educativo.
Tan antigua como la vida de las sociedades es el diálogo entre adultos y niños. Sucede a toda hora y no hay mejor oportunidad para propiciar una conversación en la que afloran las dudas, las contradicciones, la moral y los anhelos. Con diálogos abiertos, propiciamos el florecimiento de seres críticos, inquietos y amorosos.
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