FOTOS VIEJAS
No hay duda alguna. Las fotos viejas son una manera de recomponer nuestras percepciones sobre las personas, los lugares, los encuentros, las experiencias, al punto de ser generadoras de ideas acerca de la vida y la muerte, la vejez, la infancia y la juventud.
Son las fotos viejas psicoanalistas de nuestro devenir, al ponernos frente al paso del tiempo. Decía Monsivais que en el álbum familiar, la única que no cambia es la abuela.
Las fotos viejas cambian. No solo en su material y color. Ellas nos transmiten mensajes nuevos, pues el que las observa, también ha cambiado.
La fotos viejas nos recuerdan el inevitable paso del tiempo, la cercanía de la muerte. Rostros sonrientes o serios que ya no existen. Una pequeña alarma nos avisa que la vida , nuestra vida, tiene fin.
Las fotos viejas remueven nuestros miedos mas íntimos. Aquel rostro, ese grupo, aquella celebración llena de personas que ya no existen. También están los recuerdos amargos, las historias y personajes que aborrecimos, los lugares que detestamos.
Hay nostalgia y una sensación placentera al mirar fotos viejas. Cierto aire de complacencia al evocar paisajes ya idos, rostros cercanos. Al mirarlas, descubrimos que no somos los mismos.
Decía Álvaro Cunqueiro que "la añoranza es una de las formas de la vejez". Mirar fotos viejas significa reconstruir nuestra existencia al ritmo de la nostalgia y la calidez, de la añoranza y la tristeza.
Las fotos viejas remueven nuestros miedos mas íntimos. Aquel rostro, ese grupo, aquella celebración llena de personas que ya no existen. También están los recuerdos amargos, las historias y personajes que aborrecimos, los lugares que detestamos.
Hay nostalgia y una sensación placentera al mirar fotos viejas. Cierto aire de complacencia al evocar paisajes ya idos, rostros cercanos. Al mirarlas, descubrimos que no somos los mismos.
Decía Álvaro Cunqueiro que "la añoranza es una de las formas de la vejez". Mirar fotos viejas significa reconstruir nuestra existencia al ritmo de la nostalgia y la calidez, de la añoranza y la tristeza.