CONFABULACIONES Y MOVIMIENTO
A Sara y Diego
Los movimientos conducen al punto de eclosión. Nada presagia el encuentro, las líneas se despliegan en el mapa y apuntan en la misma dirección. Las piernas obedecen al cerebro y se mueven como si se tratase de un juego desprevenido.
Allí confluyen. A su lado, otras personas, movimiento incesante. Una mirada ocasional. El radar descubre las energías que brotan, como capullos en flor. Una sonrisa. Las primeras palabras.
Hay revuelo. Todo se anima y los corazones disparan chorros de pasión. Las lineas se fusionan y de nuevo, por millonésima vez, una pareja inicia el ritual del encantamiento.
El aire es nuevo, el sol ejerce el papel de testigo cálido. Es el amor.
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