REGALOS QUE SON MONTAÑAS Y MARES
A Bertha, in memoriam
Estos obsequios han significado ratos de placidez indescriptibles, como cuando me dieron "Budha in the attic", de la escritora Julie Osuka- regalo de Laura-. Recorrer sus páginas se me presentó como la revelación de una travesía compleja por geografías y experiencias conmovedoras: un grupo de jóvenes japonesas viaja en barco desde Japón a San Francisco, EE.UU., con la ilusión de encontrarse con sus prometidos, a quienes conocen solo por una foto- falsa, de artistas de Hollywood- y una carta-llena de mentiras-, que esos hombres solitarios y pobres les han enviado.
"The brief wondrous life of Oscar Wao", otro regalo invaluable- me lo dio Bertha y me permitió conocer a un escritor de primera línea, Junot Díaz, dominicano radicado en Estados Unidos. La riqueza del lenguaje, el spanglish divertido y la complejidad de la vida en sociedades del primer mundo, con la conexión al lugar de origen, dan forma a una novela polifónica, con la presencia avasalllante del dictador Rafael Trujillo.
"The robber of memories. A river journey through Colombia", de Michael Jacobs- regalo de Diego- relato de viajes por el río Yuma- así lo llamaron los indígenas-, el río madre, la arteria incansable de Colombia, en una travesía por regiones diversas, en la que alternan las historias de mundos abandonados y la presencia omnipresente de la memoria como la gota de agua que surge y desaparece.
Y un cuarto, que guarda una especial característica: Reading Lolita in Tehran, de Azar Nafisi. Me lo regaló Bertha Marina, cuando viajó a Canadá. A las pocas semanas falleció, dejándome una pena que me acompañará siempre.
Y un cuarto, que guarda una especial característica: Reading Lolita in Tehran, de Azar Nafisi. Me lo regaló Bertha Marina, cuando viajó a Canadá. A las pocas semanas falleció, dejándome una pena que me acompañará siempre.
Cuatro ejemplos para ratificar una idea: la lectura nos regala instantes plenos en los que el encuentro con las historias nos amplía la visión del mundo y de los seres humanos, nos separa de la realidad inmediata y nos facilita observar sin riesgos la compleja trama de la existencia humana. Las diversas historias nos dotan de sensibilidades nuevas, desarman los andamiajes fijos de nuestra existencia y por un momento- de gloria, de esplendor, de placer- descubrimos y vibramos con la grandeza y las miserias del alma humana.
Un lector es una suerte de Alicia en el país de las maravillas, atrapado y seducido por los mundos de la ficción, y los textos son el conejo blanco que nos conduce al universo de la imaginación.
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