EL CONTACTO FÍSICO
El Espectador publicó una columna del periodista del New York Times, David Brooks, titulado "El Poder del contacto físico". Allí relata que "en 1945, el médico austriaco René Spitz estudió un orfanato que les ofrecía cuidados adicionales a los niños para asegurarse de que no contrajeran enfermedades. Los niños recibían alimentación y atención médica de primera calidad, pero, con el fin de reducir su contacto con microbios, prácticamente no los tocaban. El enfoque fue un desastre. El 37% de los bebés murió antes de los dos años".
Anota Brooks que "el contacto físico empático es esencial para la vida. El contacto físico cercano involucra emociones y contribuye a que se produzcan las conexiones del cerebro". Por otra parte, "el poder del contacto físico invasivo es terrorífico. Christie Kim, de la Universidad de Nueva York, analizó las investigaciones acerca de las víctimas de abuso sexual infantil. Esas personas experimentan altos niveles de ansiedad a lo largo de su vida; reportan mayores niveles de depresión durante décadas, así como un gran sentimiento de culpa. Son dos veces mas propensas a volver a experimentar una victimización sexual".
Nada mas placentero que las caricias amorosas, llenas de vibración cósmica, suerte de descarga eléctrica capaz de desencadenar cortocircuitos apasionados y conducir a los amantes al éxtasis. En cambio, las caricias filiales, la madre a sus hijos, el padre amoroso son agua fresca, ternura desbordada.Por el contrario, nada mas ajeno al contacto físico que el abuso físico, basado en la fuerza y el poder.
La proximidad es a la vez muralla y desfiladero. El baile aproxima a la pareja y desdibuja las normas de urbanidad, para dar paso al contacto cargado de erotismo. El diálogo en la oficina, en la empresa exige distancias decorosas, equilibrio sutil en el que la distancia determina, el qué y el cómo de la conversación.
Ante la avalancha de denuncias por los abusos cometidos por hombres validados de poder que acosan a mujeres inferiores en jerarquía, estatus y riqueza, el machismo pierde terreno. Y uno de los primeros efectos es el de validar el derecho de las mujeres a decidir qué, cómo y con quién. Esto implica, por supuesto, que los contactos, las aproximaciones deben nacer de un acuerdo, de un impulso, de una atracción.
Contacto físico para dar amor, para encender la llama de la pasión, para generar confianza, ternura. Es decir, la confabulación de seres que establecen las conexiones necesarias para dar paso al lenguaje mas efectivo y misterioso, el de los afectos y las emociones. Una química secreta mezcla la biología y la cultura para producir las mixturas de la pasión erótica, el amor filial, el amor por los amigos y el mas difícil, el amor por los que sufren.
Lenguaje sensible cargado de sutilezas, conexión sutil que activa la pasión y la ternura; que los dioses me otorguen el privilegio de sentir siempre la mano suave, el abrazo generoso, la caricia lasciva.
Nada mas placentero que las caricias amorosas, llenas de vibración cósmica, suerte de descarga eléctrica capaz de desencadenar cortocircuitos apasionados y conducir a los amantes al éxtasis. En cambio, las caricias filiales, la madre a sus hijos, el padre amoroso son agua fresca, ternura desbordada.Por el contrario, nada mas ajeno al contacto físico que el abuso físico, basado en la fuerza y el poder.
La proximidad es a la vez muralla y desfiladero. El baile aproxima a la pareja y desdibuja las normas de urbanidad, para dar paso al contacto cargado de erotismo. El diálogo en la oficina, en la empresa exige distancias decorosas, equilibrio sutil en el que la distancia determina, el qué y el cómo de la conversación.
Ante la avalancha de denuncias por los abusos cometidos por hombres validados de poder que acosan a mujeres inferiores en jerarquía, estatus y riqueza, el machismo pierde terreno. Y uno de los primeros efectos es el de validar el derecho de las mujeres a decidir qué, cómo y con quién. Esto implica, por supuesto, que los contactos, las aproximaciones deben nacer de un acuerdo, de un impulso, de una atracción.
Contacto físico para dar amor, para encender la llama de la pasión, para generar confianza, ternura. Es decir, la confabulación de seres que establecen las conexiones necesarias para dar paso al lenguaje mas efectivo y misterioso, el de los afectos y las emociones. Una química secreta mezcla la biología y la cultura para producir las mixturas de la pasión erótica, el amor filial, el amor por los amigos y el mas difícil, el amor por los que sufren.
Lenguaje sensible cargado de sutilezas, conexión sutil que activa la pasión y la ternura; que los dioses me otorguen el privilegio de sentir siempre la mano suave, el abrazo generoso, la caricia lasciva.