DE NIÑOS Y LECTURAS
Mariana es una niña con quien comparto el gusto por los libros. Hace poco le regalé uno de cuentos chinos, que ha leído con fruición. A veces conversamos de sus libros y me deleita el amor con que se acerca a los textos. Posee además un gusto por la cultura que sorprende. Sueña con ser actriz y hace poco logró que sus padres la llevaran a Honda a conocer a los artistas de la telenovela CHEPE FORTUNA. Allí logró colarse donde filmaban y vivió por unos minutos la alegría más grande: saludar a las personas que cada noche logran reunir en la pantalla a millones de colombianos alrededor de una historia divertida.
Reconozco que la educación que se ofrece en los planteles públicos es deficiente. La escuela como institución ha sido un convento en medio de una autopista, ajena a los cambios y demandas contemporáneas.El magisterio como gremio abandonó hace muchos años el gusto por el conocimiento, el deseo de innovar y ofrecer una educación atractiva para los que más la necesitan. Se vive sujeto a las directrices sin vuelo del ministerio o de la secretaría de educación y poco se arriesga para ofrecer experiencias que conmuevan el corazón de niños y jóvenes.
Este año, fui con un grupo de niños-entre ellos Mariana-al Museo Botero, cerca de la Biblioteca Luis Angel Arango. Cumplíamos el propósito que surgió de una charla en nuestra clase de inglés los sábados, a propósito del pintor antioqueño. Me picaba la curiosidad por saber cómo reaccionarían los niños ante la obra de Botero. Fue un día luminoso. Gocé lo indescriptible, me reí, observé las reacciones de los niños, escuché alelado sus comentarios. Y ratifiqué la idea de que padres y maestros atentos al desarrollo emocional e intelectual de los niños es la fómula eficaz para que los pequeños desarrollen todas sus capacidades e imaginación.
La verdolaga es una planta que florece silvestre y que se propaga de manera abundante . Ojalá que un día contemos con marianas extendidas como la verdolaga por la geografía de Colombia, ojalá que esas flores descuidadas que son los niños pobres de Colombia tengan una educación rica en contenidos y vivencias.
Cuando pienso en mis años escolares siempre recuerdo a mis profesores: fueron ellos quienes me transmitieron el amor por el conocimiento, quienes me motivaron a acercarme a los libros y quienes me animaron a ingresar a la universidad; a ellos les debo una parte importante de lo que soy ahora.
ResponderEliminarPermítame decirle Dago que, en mi opinión, no sólo Mariana sino todos sus estudiantes son afortunados por tener un maestro como usted. Seguramente lo que usted ha sembrado en ellos con tanto amor, les colmará de ánimo para seguir adelante en su empeño de estudiar a pesar de las dificultades.
Me uno a su "Ojalá" Lic.
ResponderEliminarSu profesión es hermosa, pero también conlleva una responsabilidad inmensa, que no tiene que ver tan solo con directrices, sino con la aptitud y actitud del profesor, con su constancia, creatividad... con incentivar, motivar. [Yo sin conocerlo personalmente... apenas leyéndolo, me atrevo adecir que ud. es uno de los buenos].
Ojalá el estado ponga su parte y mejore el nivel de educación, en los centros educativos de los pueblitos marginados de nuestro pais.
Paola