Alice Munro, escritora canadiense nacida en Wingham, se ha constituido en una revelación de la literatura norteamericana, gracias a su prodigiosa capacidad para hacer de lo íntimo y cotidiano un cristal para mirar el universo. Artista de los detalles, es capaz de convertir un asunto baladí en microscopio que explora la complejidad de la vida humana. Creo que su obra-la que conozco- semeja un fino tejido en el cual se han entrelazado las pequeñas cosas que dan sentido a nuestra existencia, cúmulo de detalles integradores de vidas simples en apariencia.
El señor Mc Cauley, personaje de su relato ODIO, AMISTAD, NOVIAZGO, AMOR, MATRIMONIO, vive en un tiempo distinto al del momento real de su existencia:
" Vio al señor Mc cauley caminado en dirección contraria por la otra acera. No había problema; él no habría reparado en la caja ni aunque se hubiera encontrado con ella frente a frente. se habría llevado un dedo al ala del sombrero y seguido su camino, presumiblemente dándose cuenta de que era su ama de llaves, aunque quizás no. Otras cosas le ocupaban la cabeza, y hasta donde sabían todos, bien habría podido estar mirando otro pueblo que el que veían ellos".
Creo que, al igual que el señor Mc Cauley, los seres humanos nos afincamos en determinados momentos de nuestra existencia, y les atribuimos a ciertas experiencias e ideas el carácter de absolutas, equilibrando mundos diferentes en el tiempo, armonizando hechos y recuerdos ocurridos en tiempos distintos, por lo que la noción de lo ACTUAL merece mirarse con atención.
Este comentario surgió de la lectura de los relatos de la señora Munro y quise compartitlo con ustedes. De igual forma, los invito a discutir si la coexistencia de tiempos, emociones, deseos, gustos provenientes de momentos distintos es un rasgo propio de todas las personas, o se reduce acaso a las personas mayores. Y por supuesto, también los invito a leer alguna de sus obras:"Amistad de juventud", "secretos abiertos", "el amor de una mujer generosa", "el progreso del amor", "las lunas de Júpiter".