¿Se celebran tantos años de vida o tantos años de vidas? Escoja usted. Yo prefiero la segunda. Mas acorde con el hecho de que somos variables en el tiempo, transformados por los avatares de existencias en acción, sujetos a las contingencias de toda clase que nos redefinen como personas.
A mí me llama la atención la existencia de esos monjes budistas alejados del mundanal ruido, dedicados a la meditación y a la soledad, como Kamo No Chomei, el autor de "Pensamientos desde mi cabaña", quien a sus cincuenta años decidió construir una cabaña de tres metros cuadrados en medio de un bosque. Por supuesto, ni por asomo llevaría esa vida, pero me inquieta si esos monjes son los mismos después de años de convivir en soledad.
Si celebro mi cumpleaños número 25, ¿qué quedará de esa vida cuando cumpla cuarenta? ¿tendré los mismos arrestos y el entusiasmo de juventud? ¿los mismos anhelos, sueños? ¿quién seré cuando cumpla cincuenta? ¿Tendré el entusiasmo de épocas pasadas, el vigor y el deseo vivos? ¿qué asuntos me molestarán cuando cumpla sesenta? ¿qué aspectos nuevos se apoderarán de mi corazón si llego a los setenta?
Siento que deliro. Soy otro. Consulto a Copilot. Ella(?) me propone elaborar un poema que dice así:
Hay una que despierta con el sol en la lengua,
y otra que se esconde detrás del espejo.
Una que escribe con la mano izquierda
y otra que borra con la derecha.
Hay una que ama sin nombre,
otra que colecciona nombres como piedras.
Una que recuerda el cuerpo de la infancia
y otra que lo niega, lo disfraza, lo inventa.
Soy la que duda,
la que canta en voz baja,
la que se disfraza de certeza
para no llorar en público.
No soy una.
Soy muchas.
Soy las que fui,
las que fingí,
las que soñaron con ser otra.
Muy bello poema, Copilot. Definitivamente, soy otro. Hace años hubiera mandado al carajo a la Copilot esa.
Buenos días profe Dago, creo que vida solo existe una,
ResponderEliminarComo dice la canción, al final de este viaje en la vida quedarán nuestros cuerpos hinchados de ir a la muerte, al odio, al borde del mar!!!