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sábado, 4 de octubre de 2025

 


ROBIN WALL KIMMERER

Dedicado a Sergio Mendoza Patiño por su grado en Biología ambiental
 
Wall Kimmerer se asombra de que, de acuerdo con una encuesta, " niñas y niños conocen un centenar de logos y marcas diferentes, y solo una decena de plantas (una de ellas, el árbol de Navidad)(Mark Padilla, El País). Es que ella es una bióloga indígena que ha dedicado su vida  a estudiar las plantas, a conectar los saberes nativos con los científicos y a cuestionar el papel ideológico del idioma ingles en la manera como nos asumimos los seres humanos en el planeta. 
La revista Time la catalogó este año de 2025 como una de las personas mas influyentes del planeta. Cuenta Kimmerer que "de sus abuelos aprendió un lenguaje que incluía, por ejemplo, un verbo para expresar el surgimiento de un hongo de entre la tierra húmeda de la noche a la mañana, y otro tipo de conocimientos: la (supuesta) inteligencia de las plantas, sus múltiples relaciones de dependencia —como explica en su libro Reserva de musgo. Una historia natural y cultural (Capitán Swing, 2024) — y su condición de ente vivo".

Para Kimmerer, el idioma inglés es el principal transmisor de la tierra como proveedor de recursos: "con él se redactan documentos que transmutan un bosque milenario en un contenedor de toneladas de carbón vegetal".  A tal punto hemos acomodado el idioma inglés a los intereses comerciales, que hemos empobrecido nuestra mirada del mundo que nos rodea, reduciéndolo a un corpus ligado al consumo. El inglés es un idioma recargado de sustantivos, reflejo de la obsesión por las cosas. "Y el problema es, según ella, que en inglés todo lo que no somos nosotros es it, un simple pronombre que transforma los animales, las plantas, los árboles en cosas. Y con esta objetivización del mundo natural, todo es susceptible de convertirse en un simple recurso, y nada más".


Admiro a los jóvenes que eligen dedicar su vida al estudio de la biología, el medio ambiente, la geografía, la microbiología, la medicina, la enfermería, la geología y tantas otras  disciplinas complementarias. Son varios chicos y chicas de Guaduas, amorosos con la comprensión y el cuidado de nuestro planeta, enamorados de la diversidad presente en el cosmos y atentos a brindar consejo y protección a quien lo requiera. A ellos va mi reconocimiento.

Resignificar nuestra relación con la naturaleza y con el lenguaje forman parte de una tarea imprescindible en la escuela. 


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