Buscar en este blog

sábado, 27 de septiembre de 2025



¿VIDA O VIDAS?

 ¿Se celebran tantos años de vida o tantos años de vidas? Escoja usted. Yo prefiero la segunda. Mas acorde con el hecho de que somos variables en el tiempo, transformados por los avatares de existencias en acción, sujetos a las contingencias de toda clase que nos redefinen como personas.

A mí me llama la atención la existencia  de esos monjes budistas alejados del mundanal ruido, dedicados a la meditación y a la soledad, como Kamo No Chomei, el autor de "Pensamientos desde mi cabaña", quien a sus cincuenta años  decidió construir una cabaña de tres metros cuadrados en medio de un bosque. Por supuesto, ni por asomo llevaría esa vida, pero me inquieta si esos monjes son  los mismos después de años de convivir en soledad. 

Si celebro mi cumpleaños número 25, ¿qué quedará de esa vida cuando cumpla cuarenta? ¿tendré los mismos arrestos y el entusiasmo de  juventud? ¿los mismos anhelos, sueños? ¿quién seré cuando cumpla cincuenta? ¿Tendré el entusiasmo de épocas pasadas, el vigor y el deseo vivos? ¿qué asuntos me molestarán cuando cumpla sesenta? ¿qué aspectos nuevos se apoderarán de mi corazón si llego a los setenta? 


Dice Neruda en su poema XX: " los muchachos de entonces, ya no somos los mismos". Tampoco las muchachas. Díganme si no tengo razón: un hippie sesentón es una caricatura del rebelde joven, partidario de la vida comunal y el amor libre. Eso sí, queda el tumba'o.

Siento que deliro. Soy otro. Consulto a Copilot. Ella(?)  me propone elaborar un poema que dice así:

Hay una que despierta con el sol en la lengua,

y otra que se esconde detrás del espejo.

Una que escribe con la mano izquierda

y otra que borra con la derecha.

Hay una que ama sin nombre,

otra que colecciona nombres como piedras.

Una que recuerda el cuerpo de la infancia

y otra que lo niega, lo disfraza, lo inventa.

Soy la que duda,

la que canta en voz baja,

la que se disfraza de certeza

para no llorar en público.

No soy una.

Soy muchas.

Soy las que fui,

las que fingí,

las que soñaron con ser otra.

Muy bello poema, Copilot. Definitivamente, soy otro. Hace años  hubiera mandado al carajo a la Copilot esa. 

sábado, 20 de septiembre de 2025




UNA APROXIMACIÓN A LA EDUCACIÓN:
DELA BIBLIOTECA  A LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL

Muchos guadueros recuerdan su viaje frecuente a la biblioteca de la Fundación Antonio Romero Guzmán con el fin de realizar consultas, elaborar carteleras, armar modelos de los sistemas del cuerpo humano, encontrarse con los amigos, con las novias y novios. Todo un paisaje cultural y afectivo que marcó a muchas generaciones, gracias a la pericia de Alejandra y su enorme talento para convertirse- dicen hoy- en la Google de la época.

En ese escenario reinaba el libro. Enciclopedias, manuales, textos escolares, mapamundis, diccionarios aportaban el recurso para resolver las tareas de la época. De la memoria prodigiosa de la bibliotecaria dependía la rapidez de la consulta. Hoy, la biblioteca sigue funcionando, aunque han cambiado las prácticas y existe allí una sala de internet, una biblioteca infantil, una sala general y un espacio disponible para encuentros de niños y jóvenes en actividades recreativas y de promoción lectora. La consulta  de libros se ha reducido a su mínima expresión y es el internet el encargado de resolver las tareas de los estudiantes.

"Para algunos, como cuenta Joshua Rothman en un ensayo reciente en The New Yorker, el smartphone posibilita el sueño de andar con una biblioteca en el bolsillo; para muchos otros ofrece un acceso a formas de ocio e información mas atractivas y accesibles", nos cuenta Daniel Gascón(¿Caminamos hacia el final de la lectura? El País). El efecto se refleja en las estadísticas que señalan un descenso enorme en la lectura por diversión, una dependencia absoluta en el celular para las consultas escolares y una inmersión total en este aparato al punto de ocupar por lo menos cuatro horas diarias en la población adolescente.

Leemos en la prensa que algunos países han prohibido el uso del celular en las aulas. Francia, por ejemplo. En Colombia, 20 instituciones educativas de élite han hecho lo mismo y muestran que los resultados en el rendimiento académico de los estudiantes ha mejorado en gran escala. La cuestión: ¿es la prohibición la mejor manera de evitar la dependencia del celular por lo menos en la escuela? Hasta ahora, parece esta decisión la mejor para contener el fervor de los alumnos por navegar en las redes sociales. Sin embargo, un virus silencioso avanza sin pedir permiso: la IA. 

Ahora, cuando proliferan las reacciones frente a las pantallas, también genera preocupación la inteligencia artificial. Algunos estudios apuntan a posibles efectos negativos: “Del mismo modo que confiar en un GPS entumece nuestro sentido de la dirección, confiar en la IA para escribir y razonar puede resultar entumecedor para esas destrezas”, señala un informe de investigadores del MIT. Su llegada y sus ventajas obvias para escribir o resumir textos reforzarían la idea, formulada de varias maneras en las últimas décadas, del fin de la “galaxia Gutenberg” y el regreso con internet a una cultura que se parece más a la oral, una “oralidad secundaria”, en palabras del filósofo del lenguaje Wayne Ong (El País).

Lo que intuyo de la presencia demoledora de las nuevas tecnologías es que nos acercamos al final de la escuela como aparato fundamental para la transmisión de la tradición y el conocimiento. Las disposiciones de salones, espacios de recreación, horarios, currículos, interacciones estarán determinados por el papel determinante de la IA en los procesos de adquisición de conocimientos y en el impacto de la misma en todos los ámbitos de la sociedad. Es muy difícil determinar cómo serán esos cambios. De lo que estoy seguro es de que en corto tiempo, veremos cambios sustanciales en las instituciones educativas y en la manera como se concibe la educación en una sociedad. 


sábado, 13 de septiembre de 2025

 

 SER POETA 

Hablar de poesía y de poetas significa transitar por la ruina, la melancolía y la desesperanza. Si ser artista ya representa el camino al fracaso, ser poeta  constituye  la forma excelsa de vagar por los márgenes de la sociedad. Y con todo, aún existen poetas. 

Si en otras épocas el poeta encarnaba la visión romántica, el deslinde con lo común para alcanzar las costas de la verdad, hoy tenemos otras voces que jamás asumen el riesgo, los cuestionamientos y la búsqueda de la belleza. Es, por el contrario, la veneración del consumo, el aplauso interesado al poder lo que marca la tendencia.

Ser poeta en una sociedad atrapada por los cantos de sirena de las redes sociales  representa una manera de asumir de forma plena la riqueza presente en cada fragmento, en cada detalle de la existencia. Allí el paisaje sutil que se insinúa en la persistencia de la flor entre el cemento,  de la voz que abre nuevas perspectivas y nos conduce a desentrañar los misterios de un mundo en constante ebullición. De la atención debida al silencio, a la conversación. A la contemplación. 

No mas conmiseración ni duelo por los poetas. Ellos están vivos. Sus voces nos descubren los pasadizos secretos de la verdad y la ternura. Ellos son los portadores de mensajes secretos, de rituales juguetones, de armonías y verdades. De mensajes que estimulan la comprensión, y la armonía. Para ello, tienen la palabra. 

Alguien escribió:

La poesía es un árbol sin hojas que da sombra.

Los invito a ver la película "Un poeta", de Simón Mesa, joven director antioqueño, ganador del premio del Jurado a mejor película en el Festival de Cannes.



sábado, 30 de agosto de 2025

 


Si tuviera que describir un recuerdo inolvidable  de la infancia, diría que es el partido de fútbol jugado en la cuadra o en el potrero uno de los mas memorables. Con balones  remendados, descalzos o con tenis viejos, a cualquier hora del día, un partido es lo mas cercano a la felicidad. Allí se esgrimen las gambetas, las atajadas, los empujones y canillazos para alcanzar el triunfo. Luego, en la escuela y el colegio, los juegos intercursos nos enseñan  el valor del equipo, el esfuerzo colectivo, la alegría suprema del triunfo y la tristeza de la derrota.
En charlas interminables y acaloradas, aprendemos de los mayores a amar un club profesional de fútbol. " Recuerda el periodista Nacho Carretero, de 44 años, a toda una generación:" De un equipo no se elige ser, de un equipo se es porque es el de tu tierra, el de tu padre o tu madre. Si eliges el equipo, no te gusta el fútbol, te gusta ganar. Y eso es distinto" (Regreso al fútbol de siempre: una ola de orgullo e identidad de Oviedo a Cádiz, Natalia Junquera, El País Semanal). 
Tal vez sea esta idea la que hace que en España aumente el número de abonados de equipos carentes de los títulos y el dinero de los grandes(Madrid, Barcelona, Atlético de Madrid). Equipos como Deportivo la Coruña, Cádiz CF, Club Deportivo Mirandés, Elche CF, Real Oviedo ) aumentan su número de seguidores, quienes asisten sin falta a los encuentros y apoyan con alma vida y sombrero las actuaciones de sus equipos. Y lo mejor: cada vez hay mas mujeres que no solo asisten a los estadios sino que son ellas las protagonistas principales de eventos deportivos locales e internacionales. 
Para Eduardo Galeano  el fútbol es la única religión que no tiene ateos y Julián Marías escribe que el fútbol es  la recuperación semanal de la infancia, nos cuenta  Junquera. Asistir a un partido, camiseta recién lavada, bufanda,  gorra, el grupo de amigos, los cantos, arengas y gritos que suceden a cada jugada, el éxtasis del gol, la angustia ante el marcador adverso. Por unas pocas horas nos desprendemos de la rutina del hogar y del trabajo o la escuela,  escalamos la montaña suprema de las emociones y experimentamos la felicidad.
Dicha grande saber que el fútbol guarda una conexión íntima con la familia, los amigos y el terruño. 

sábado, 23 de agosto de 2025




LAS SONRISAS NO SE COMPRAN

Satoshi Kitamura es uno de los autores infantiles mas destacados del mundo. Su abundante producción se ha convertido en deleite de los niños, que disfrutan con cada una de sus historias, llenas de ingenio y belleza. En su último libro," La tienda de las sonrisas", un personaje dice:" Las sonrisas no se compran, se comparten". Expresión digna de enmarcar en letras de flores, pues esconde toda una visión de la espontaneidad y la generosidad que representa una sonrisa.

En las historias infantiles, el  cascarrabias forma parte del mosaico de personajes; es un ser hosco, poco amigo del prójimo; a veces, ese gruñón esconde virtudes especiales. En la vida real, existen millones de personas para quienes sonreír es un acto absurdo. Nada mas elocuente que un político, cuya verbosidad elimina de tajo el humor, pues intuye que este desvela la pantomima del farsante. 

El agelasta es aquel que no ríe. El que jamás entraría a la tienda de Satoshi. El que va por el mundo con una carga de amargura en su alma,  el vecino que no responde un saludo, el que no da las gracias, el que prefiere encerrarse en su cuarto antes que compartir un rato con los amigos al calor de las risas que dan aliento y sabor a la vida.




Cuántas veces fuimos sorprendidos por un rostro amable, una  sonrisa plena, que nos trasladó por un instante al paraíso y nos permitió asumir con entereza el reto cotidiano. Cuántas veces una simple sonrisa nos libró de la carga del deber sin sustancia. Cuantas veces una sonrisa desbarató la estrategia del patán y abrió el camino para otros comienzos.

Que sea una sonrisa la llave  mágica que nos abre las puertas de los encuentros placenteros, de las acciones generosas. 


Una sonrisa posee el encanto de desbaratar las prevenciones, los estereotipos. 


 

sábado, 2 de agosto de 2025



DÍA Y NOCHE

¿ Pensamos igual en la noche que en el día? No parece. Es la noche refugio de la intimidad, momento para estar con nosotros mismos. El día porta el sello de la obligación, de aquello que proviene de afuera y se ventila a voz en cuello. La noche posee un ritmo lírico, pausado y sin fronteras. 

En la noche, los pensamientos vuelan por rutas abiertas y conducen a lugares que riñen con la realidad diurna. Aquello que estaba prisionero de los condicionamientos del trabajo, de la familia, de los amigos rompe las cadenas y escapa al paraíso de lo posible. 

El día se viste del uniforme que impone la sociedad. Quien se atreve a romper las normas establecidas sufre el ostracismo, la burla del colectivo. Sucede así porque el día es interacción, acuerdo, responsabilidad, aceptación. El día es ejecución.

En la noche, vemos los asuntos humanos desde las emociones reprimidas en el día y elaboramos un mundo distinto, el que cabe en la imaginación y el deseo. La fiesta, el encuentro se tiñen de sombras. De noche somos exploradores de mundos ignotos. 

El día se hizo para la conquista. Para las realizaciones. La noche para los sueños, los proyectos. El día analiza. La imaginación se desborda en la noche. 

Día y noche juegan con nosotros. Así logramos capotear  las vicisitudes de la existencia humana. Dos momentos que son luna y sol, frío y calor. La noche cumple la función de darnos aliento para enfrentar los desafíos que se presentarán en el día. En la noche somos los héroes que se enfrentan sin temor a los rugidos del monstruo diurno. Nada mas grato que llegar a casa en la noche. Ojalá, repleta de estrellas. 


sábado, 26 de julio de 2025



NOSTALGIA POR LOS QUE NO CONOCIMOS DE CERCA

 ¿Nos deja  huellas alguien con quien no hemos interactuado de forma física? ¿Experimentamos tristeza , vacío por alguien a quien no tratamos personalmente cuando fallece? La respuesta es concluyente. Existen personas que sin haber interactuado físicamente con nosotros han marcado a un pueblo, a la humanidad entera: Jesús, Mahoma, Buda, Sócrates, Marx, Hanna Arendt, Simone de Beauvoir, Marie Curie, Jane Goodall, entre otros. Esos son los que no requieren explicación. 

Otros, invisibles para la inmensa mayoría de la humanidad, han aportado afecto, solidaridad, amor a montones a sus seres cercanos. En cada pueblo, vereda, barrio pululan personas que se destacan por ser afectuosos con el mundo que los rodea y se ganan el cariño de los que comparten con ellos ese espacio. Los hay que siembran árboles y brindan a sus paisanos- y a la humanidad- frescor y aire puro; otros, entrenan y comparten sus saberes en el deporte y la cultura; algunos realizan acciones encaminadas a mejorar las condiciones de vida- un acueducto, una escuela, un cultivo, una cooperativa-. Un día nos enteramos de su muerte y a pesar de no haber sido cercanos a ellos experimentamos una sensación de tristeza, de pérdida.

Carlos Monsivais, intelectual mexicano, murió hace algunos años. Era para mí un faro de ideas, una experiencia única a la hora de entender este mundo tan enrevesado. Lo extraño, así como guardé un luto en mi corazón por quien puso color a mi vida, me descubrió una manera distinta de mirar a América Latina: García Márquez.


Cómo me hubiera gustado tomarme un café con ellos. Y con Willie Colón( me imaginaba en un escenario en el cual yo cantaba un pedacito de "Gitana" mientras el público coreaba conmigo la canción). Ella en Brasil, yo en Guaduas. Símbolo de sensualidad latina, gracia tropical que me embelesaba y me transportaba al paraíso de la sensualidad mulata: Sonia Braga. Tantas y tantos que se ganaron un pedacito de mis anhelos y sueños y que me dejaron la pena  cuando fallecieron.

Sueño que camino por Aguaclara con Marguerite Yourcenar yAzar Nafisi, autoras de "Memorias de Adriano" y "Reading Lolita en Teheran". Son mis amigas de muchos años. He aprendido tantas cosas sabias y bellas de sus escritos. Les pregunto tantas cosas mientras contemplamos el valle de Guaduas. 


Me hacen falta. 

sábado, 19 de julio de 2025




LA LLUVIA

 Llueve en Bogotá. Un aguacero torrencial. Miro a través de la ventana: Pasa una mujer, paraguas en mano, de prisa. La mitad de su vestuario, mojado. La imagino anhelando llegar a su casa para cambiarse y dedicarse a las faenas del hogar. Esto de la lluvia me inquieta: la miro con curiosidad, agua que se ha recogido en las nubes, proveniente de tantos lugares. Avisa pintando de negro las nubes. Por el tiempo en que dure, los humanos somos diferentes. Tiene ella la virtud de motivarnos a pensar diferente. En lo frágil de la existencia. En la gracia de la existencia. En el hogar como un refugio seguro. En la tristeza.

Siempre he vivido la lluvia como la expresión húmeda de la tristeza. Es una sensación que nos remite a los orígenes, a la eventualidad como factor determinante de los acontecimientos. Es una tristeza guapa que no se lamenta. Apenas se siente. Y nos abarca. Nos enseña a vivir- por un instante- la presencia de la mortalidad. A interrogarnos sobre nuestra presencia en el planeta. A mirar con  espíritu crítico la cotidianidad y el sentido de  lo que hacemos. Con aire ligero y pausado.


Ha cesado la lluvia. Las calles mojadas, el frío y el transitar constante de gentes y vehículos. Cada uno embebido en sus asuntos. Anhelando el regreso. La casa es refugio, guarida. En la mente, la imagen y el olor de una taza de café o de aguapanela. Tal vez una aromática. Y el reencuentro con aquellos que han dedicado el día a sus asuntos. Al llegar a casa, se advierte el valor de la compañía. Un, abrazo, un beso, una sonrisa.

sábado, 5 de julio de 2025

 


LOS RITUALES

Una boda posee el encanto de un cuento de hadas, con princesa y corte incluidas, el traje vaporoso de la novia, el ramo, el arroz como señal de abundancia, la torta, el baile inicial, los regalos, las palabras. Un ritual. Igual con el bautismo, el grado, el cumpleaños. Igual con la navidad, la feria, el natalicio. No nos explicamos sin los rituales. 

Julio César Londoño escribió en El Espectador:

El papa Francisco murió dos veces. La muerte clínica ocurrió a las 7:35 a.m. del lunes de Pascua a causa de un derrame. La muerte teológica tuvo lugar minutos después, cuando el camarlengo entró a la habitación del papa en la Casa Santa Marta, se acercó al lecho, golpeó tres veces la frente del papa con un martillo de plata y marfil y lo llamó por su nombre de pila –«Jorge Mario… Jorge Mario… Jorge Mario»–. Esperó un momento y le susurró: «Vuelves al polvo». Solo entonces el papa estuvo oficialmente muerto y el joyero del Vaticano rompió su anillo-sello.


Los rituales representan la fórmula exitosa para sobrevivir como especie. Ellos son una mezcla de secreto y fascinación que fortalece el espíritu de grupo.  Un ritual trasciende la ordinario, lo común. Posee una dosis justa de enigma y otorga confianza y esperanza. Al realizar los rituales atravesamos la frontera de lo evidente y nos adentramos en el misterio. 

El ritual forma parte del enmarañado universo de los símbolos, sin los cuales no es posible explicar al ser humano:

Uno puede cuestionar el dogma, dudar de la rectitud de la Iglesia y hasta de la bondad de Dios, pero sus rituales son fascinantes. La semiótica del blanco, del morado, del rojo y del negro, los anillos de piedras rutilantes, tan grandes como los pecados que expían, los cordones de oro, los crucifijos bizantinos que rematan báculos sarmentosos de plata, símbolos esotéricos bordados en fajas y estolas, un boato fashion, una gravedad sacra, cantos gregorianos y fugas de Bach, milenios de sangre, misterio y poder, la arquitectura cifrada de las catedrales, las gárgolas al borde del cielo, las enormes cúpulas apoyadas sobre sí mismas –como la fe–, los sahumerios y las plegarias ascendiendo por las cascadas de luz de los vitrales, la casi tangible presencia de la divinidad. EL EVANGELIO DE FRANCISCO, JULIO CÉSAR LONDOÑO, EE

Los rituales paganos poseen características similares a los religiosos. Los desfiles conmemorativos, las marchas militares, los mítines, los encuentros deportivos adquieren resonancia si van acompañados de un cuerpo de episodios, objetos, silencios y palabras que los convierten en actos imprescindibles. La teatralidad acompaña siempre el ritual y su ejecución ceremonial constituye la ratificación de una tradición que otorga sentido a la vida de una comunidad, de un grupo.

No podemos existir como especie sin las fórmulas que brindan cohesión y sentido a lo que hacemos.


sábado, 21 de junio de 2025

 


¿Y LOS HOMBRES QUÉ?

Caitlin Moran publicó el libro "¿Y los hombres qué?" debido a la inquietud creciente de niñas y mujeres en sus charlas: " ¿Tienes algún consejo para los hombres?". Su conclusión: "hablar de feminismo hoy implica necesariamente hablar también de ellos". En tiempos de preponderancia de las redes sociales,  en las que se imponen modelos de vida determinados por el consumo, manifiestan los chicos el miedo a relacionarse con las chicas y el temor que genera el porno con respecto a la vida sexual.

Cuenta Caitlin que en una conversación  con un grupo de chicos y chicas,  "hablaron de feminismo, aunque pronto la conversación empezó a centrar en los chicos, que hablaron de soledad, de miedo a relacionarse con las chicas o de las expectativas  sexuales marcadas por el porno. Los chicos, agradecieron el espacio: confesaron que  que nunca habían hablado  nada de eso en voz alta, ni en casa ni con sus amigos... al poco tiempo, varias chica empezaron a escribirle a Morán para advertirle algo mas inquietante: aunque sus compañeros se mostraron educados y respetuosos durante la videollamada, en los grupos de WhatsApp llamaban -"cáncer" al feminismo, "feminazis" a las feministas, y bromeaban sobre violaciones".

Creo que los temores expresados por los chicos del relato de Caitlin han existido siempre. Lo que sucede en la actualidad es que el internet permite dimensionar de manera astronómica los asuntos relacionados con las problemáticas de los niños y los jóvenes. Al vincular las sensibilidades, las emociones y las aspiraciones de la población joven al consumo y a los valores del patriarcado, se fortalecen y privilegian los valores de un capitalismo embebido en sus principios. Afuera solidaridades, afuera experiencias colectivas de mejoramiento; adentro,  las modas, las tendencias de convertir los actos humanos en mercancías de cambio.

La visibilización  y el cuestionamiento del papel preponderante de los hombres en la vida social ha permitido poner en la escena pública los derechos de las mujeres y de la comunidad LGBTI; de igual manera, los asuntos relacionados con la raza han  cuestionado el racismo que permea todas las capas de la sociedad. Internet se ha convertido en el espacio público para ventilar estos asuntos y la manipulación de la opinión  ha convertido la discusión pública en un ring donde no existen reglas. En este contexto, imposible propiciar una conversación amplia y objetiva sobres asuntos relacionados con el sexo. 

Ha sido muy fuerte la injerencia de los grupos religiosos en la prohibición de ventilar asuntos de interés de los jóvenes. Se logró prohibir el tema de la educación sexual en los niveles de preescolar y primaria. En la realidad, la educación sexual desapareció de los planes de estudio y son las redes sociales las encargadas de impartir estos temas. En el despelote de las noticias falsas- que se sienten como verdades irrefutables- la discusión sobre la necesidad de dar un espacio a las necesidades y problemáticas de los jóvenes termina convertida en la prohibición de convertir en tema de salud pública un asunto vital para los niños y jóvenes.

Concluye la entrevista con un llamado  a revisar con amplitud el escenario contemporáneo  mediado por la hegemonía del discurso y los interese de las grandes empresas de la comunicación:

Tras presenciar semejante experiencia , Morán empezó a darle vueltas: tal vez esa furia masculina no nazca tanto del desprecio como de la carencia.  La carencia de un espacio en el que los chicos puedan hablar de lo que sienten sin necesidad de escudarse en el sarcasmo, el desprecio o la pose. Si existiera una comunidad masculina capaz de acoger la vulnerabilidad-como la que muchas mujeres han encontrado en torno al feminismo-, es posible que  mucha de esta violencia, sencillamente, no encontrara lugar.  Pero hoy, ese espacio no existe. Y lo que no tiene salida, termina estallando por los márgenes. Así fue que decidió explorar este tema en el libro "¿Y los hombres qué?"


sábado, 14 de junio de 2025

 



¡FELIZ CUMPLEAÑOS!

Cumplir años cuando se ha hecho un recorrido largo semeja revisar los corotos que hemos ido acumulando a través del tiempo.  Cada objeto contiene una historia y todos los  objetos dialogan para armar el entramado de la vida.

Somos seres sociales conectados por múltiples redes y buena parte de nuestro desempeño obedece a los condicionamientos que nos dicta la ideología. Pensamos desde la clase social, desde el grupo religioso, actuamos motivados por el sentido gregario, construimos el edificio que alberga nuestros deseos y aspiraciones. En mi caso, siento ahora que habito un lugar donde lo relativo ordena mi vida. La verdad es un pez enjabonado y agradezco a los libros- literatura, ensayo, crónica, historia, testimonio, noticia ciencia-  haberme arrojado al mar de dudas en el que doy brazadas para tratar de comprender un mundo en permanente cambio. Digo entonces que a estas alturas de la vida procuro evitar los dogmatismos que tanto daño nos hacen a la hora de intentar convivir en armonía. Sin pensar jamás que la verdad no existe. 



El cuerpo es una maravilla. No importa su forma, nos brinda la experiencia vital de desplazarnos, de vivenciar sensaciones diversas, de dialogar con el mundo. Pasada cierta edad, comienza a mostrar signos de cansancio, de debilidad. Aparecen males que, asumo, estaban guardaditos y ahora reclaman un sitio destacado. Dejas de realizar actividades extremas, aquellas cosas que formaban parte de tu rutina diaria se reducen a poco y aprendes a dialogar con tu cuerpo, a pausar el ritmo de la existencia. Ese cuerpo siente de manera distinta la vida. Miras a tu alrededor con otros lentes, evalúas la existencia de manera crítica y un aire pausado define tus decisiones.

Roberto Carlos en su canción nos dijo querer tener un millón de amigos. La vejez los reduce a un puñado. A los que hay que cultivar, cuidar. Comprender. Ejercer con ellos el mas bello arte: la buena conversación, compartir alegrías y penas, dar y recibir el apoyo  solidario cuando se requiere y agradecer el hecho de compartir este mundo. Enuncio sin modestia alguna que ha sido el oficio de la escucha el que me ha permitido descubrir matices, caminos nuevos en el oficio gratuito de interpretar la vida y el mundo. Cuántas veces una frase dicha sin ninguna pretensión produjo una explosión en mi interior que me permitió vislumbrar senderos desconocidos y cuantas veces he gozado la picaresca, el ingenio, la ironía de seres que sin saberlo son cultores del idioma.

Si el cuerpo se resiente y se pausa, la mente es como la loca de la casa. Sigo sorprendiéndome ante la maravilla del planeta, la creatividad presente en los actos humanos, la diversidad de la naturaleza, los libros que no cesan de mostrarme la complejidad del alma humana, el arte, los viajes, la amistad. Y  por supuesto, mi familia, posada amorosa que me  reconforta y alienta a vivir. Dos capullos me alegran los días, me ofrecen la posibilidad de experimentar desde el amor y el asombro esta vida, tan plena.

He metido la pata muchas veces. Errores, actitudes, decisiones tontas. Son pocas, afortunadamente. Cada vez que las recuerdo, siento un dolor grande. Quisiera uno andar por el mundo sin ofender, sin agredir. Sabiendo que somos piezas imprescindibles de una máquina incesante llamada vida, ante la cual nos descubrimos frágiles, vislumbres en el vasto espacio de un planeta y de un universo bello e indiferente. 

He habitado un lugar donde ha transcurrido buena parte de mi existencia. Guaduas representa el sitio donde he podido realizar mis sueños, el espacio que hizo posible convertirme en maestro,  el valle que llenó de color mi vida. Y las montañas que son el hechizo sublime. Y los colegios donde compartí con tantas generaciones de chicas y chicos alegrías, proyectos, paseos, diálogos fecundos. La Fundación Antonio Romero, ejemplo de amor por Guaduas a través de sus proyectos culturales y educativos. Y mi amor por Japón, su poesía, su prosa  y el budismo,  que se apoderaron de mis emociones y me regalaron un ramo de cerezos en flor.

Digo, gracias a la vida, que me ha dado tanto.

sábado, 7 de junio de 2025




KEPA AMUCHASTEGUI: RETRASAR EL OLVIDO

Cuenta kepa Amuchastegui en el podcast Claro Oscuro de El Espectador que durante la pandemia creó  una técnica para retrasar el olvido: se inventó un  canal de YouTube. Así logró reinventarse y mantener comunicación con sus amigos y seguidores. Así logró  retrasar el inevitable olvido.

En cierta época del año, muchas regiones de Colombia se visten  de amarillo, lila, rojo, gracias al florecimiento de ocobos, chicalás, cámbulos y otros árboles generosos. Es un regalo visual que alegra el espíritu. Tuve la suerte de apreciar una mañana el valle del Magdalena, extendido a mis pies desde la Piedra de Capira, con la visión de la serpiente juguetona que zigzaguea mojada por valles fértiles: el río Magdalena. En un área amplia, cientos de ocobos florecidos pintaban el valle de amarillo. A las pocas semanas volví. Los árboles, desnudos, sin flores. Igual que la vida. Igual que el olvido.

Piensa Amuchastegui en el recuerdo de los otros. En la memoria que establece puentes entre ellos y el yo. Para quien logró hacerse un lugar en la memoria de muchos, llega un día en que se percibe cómo ese recuerdo se va destiñendo, va desapareciendo. De un momento de esplendor al olvido. Entonces, se descubre que la verdadera lucha se libra con uno mismo. Retrasar el olvido de lo que somos. El olvido interior.

En el escenario de lo íntimo merece la pena resignificar el pasado. Es una manera de evitar  la añoranza, la melancolía. Revisitar los rincones donde la memoria tramposa acumula sus caprichos. Concebir hechos, circunstancias, personas del pasado con la mirada de quien entiende que toda observación del pasado es una invención del presente. Dejar de un lado los odios, los rencores, las angustias por aquello que ya no es. Una actitud militante para entender que "se hace camino al andar", porque "al volver la vista atrás, se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar".

En mi caso, retraso el olvido de diversas maneras y una, especial: los libros. Escribe Álvaro Castillo en El Espectador:

De modo tal que con los años, cada vez que lees, hay un arco voltaico muy abundante que crea una luz interior, cegadora, deslumbrante. Porque el proceso no termina: se crece, se perfila, se madura. Se enriquece, no envejece. No amengua No se deteriora. Al contrario. Adquiere rizomas, echa frondas. y cuando tu vienes a ver tiene un modo vegetativo enorme en el proceso de la lectura.  lees como si fueras, no un árbol, sino una arboleda leyendo. Cada uno de los libros que uno lee es una fogata interior.

Un viaje interior que convierte el pasado en fuente inagotable de alegría en el presente. La fogata interior.

viernes, 30 de mayo de 2025




 TEMAS FRÍVOLOS I

 LAS TELENOVELAS

De los recuerdos gratos de los años  70 y80, las telenovelas ocupan un sitial privilegiado. Nunca olvidaré un día entre semana, cuando me dirigía al colegio Samper a mis clases. El jaleo cotidiano, el ruido de los vehículos, las voces que se atropellan habían desaparecido y un silencio inquietante se posesionaba de las calles y casas. La razón: se pasaba, a esa hora, creo que era al mediodía, una telenovela brasilera- cuyo nombre olvidé- capaz de alterar el ritmo normal de la vida. Luego, por allá en los años 80, otra causó igual sensación: La Esclava Isaura. Las telenovelas brasileñas marcaron un hito importante en el gusto de la población colombiana y pavimentaron el camino para el despliegue formidable de las telenovelas criollas. 

Muchos colombianos llevamos en nuestros corazones las historias y personajes de telenovelas criollas como Café con Aroma de Mujer, Caballo Viejo, Pero Sigo Siendo el Rey, San Tropel, Los Victorinos,  El Taxista, Betty la Fea, Escalona y tantas otras, cuyo aporte principal fue desprenderse de los relatos llorosos de las telenovelas venezolanas y mexicanas para dar paso a historias donde la región, las historias cargadas de humor y complejidad mostraron un camino para mostrar un país  diverso. 

Hoy, las grandes empresas televisivas impusieron un formato con historias planas, acento mexicano y- otra vez- lágrimas a granel. Un modelo único se impuso en los relatos y regiones tan lejanas como Turquía y Corea del sur han ocupado el lugar que antaño tuvieron las telenovelas colombianas. Y los refritos.

Lo interesante en términos culturales: las telenovelas que menciono nos enseñaron a reconocer la diversidad cultural, regional, étnica, lingüística de nuestro país, forjaron nuestro anecdotario sentimental y proyectaron una imagen de Colombia mas allá de mafiosos y muñecas de la mafia. Y abrieron un escenario para la Constitución del 91, que reconoció la diversidad como la riqueza de un país que sueña con un desarrollo armónico



 EL AGUARDIENTE

Me dijo un amigo extranjero, en una noche de copas, que el aguardiente era una mala bebida. Carente de magia, una copa de alcohol con anís. Nada especial. Me quedé callado, él proviene de una región donde los viñedos endulzan el paisaje y producen vinos de sabores tan ligados al suelo donde se produce la uva.  En silencio, me bebí otra copa de aguardiente.

El guaro, como lo llamamos en Colombia, ha sido una bebida espirituosa tradicional. Compañero inseparable de la jugarreta de tejo, de las fiestas, buen bajante y  barato.  Leo que su consumo ha disminuido en Colombia, pues los jóvenes prefieren otro tipo de bebidas y beben menos. No obstante,  las empresas productoras de bebida han creado nuevas versiones de aguardiente y han mejorado su calidad. 

En mi caso, ha sido el aguardiente un buen compañero de jolgorios, y como toda amistad, algunas veces me jugó  malas pasadas. Inolvidables las jornadas de tejo en las canchas de Luis Acosta, tango y boleros como música de fondo a encuentros reñidos en los que manos, mechas y moñonas definían los torneos espontáneos y la palabra se convertía en ejercicio lúdico. Luego, a sentarnos a disfrutar las últimas tandas de guaro y cerveza, con Julio Jaramillo, Alfredo Jiménez, Pedro Infante, Alci Acosta y todos los trovadores del despecho. Otras, el duelo se escenificaba en las mesas de billar.

En noches como esas, fluyeron las historias de amores y desamores, bromas y una que otra polémica ardorosa. A veces, una mujer, algunas mujeres llegaba a esa guarida de Baco y el aire se tornaba fino, el ambiente adquiría matices de película de comedia y los piropos inundaban cada rincón de la juega de tejo. Descubrí así que son los ambientes los que propician el desborde de la normalidad y nos arrojan en brazos de la locura y el juego.

Pienso en mi amigo y sé que no tiene razón con el guaro. El sabor de una bebida depende de 4 elementos esenciales: un grupo de amigos, una charla alegre, un ambiente de fiesta y el deseo enorme de compartir un momento. Por supuesto, existen bebidas cuya composición ofrece sabores exquisitos- vinos, coñac, etc.-. Pero " a mí denme un aguardiente de caña, de las cañas de mi valle y el anís de mis montañas". Eso sí, en cantidades razonables, para que el espíritu no se desborde. 

sábado, 24 de mayo de 2025

 


EL PEPE

Me llaman la atención los comportamientos sociales alrededor de la muerte de alguien. Desde las actitudes, los gestos, los silencios, los rezos, las flores, los abrazos, los sollozos, los chistes, los comentarios acerca del difunto. El voz a voz actúa de manera eficiente y el fallecimiento se convierte en tema de conversación. Cuando un personaje famoso muere, asumo que pasa igual que  con los del común. Los rituales establecidos amplificados por los medios de comunicación, las frases  y ceremonias pomposas. Pocas veces un muerto suscita tanta emoción y tanta admiración como ocurrió a raíz del deceso de Pepe Mujica.

Acostumbrados como estamos a relacionar el poder con la corrupción, la violencia, la crueldad, la soberbia, despedimos a un hombre que "vivió como pensó". Y pensó no en favor de sus intereses, sino en el bienestar de su país, en la lucha contra la pobreza, los derechos de las minorías, en el perdón como manera de cerrar capítulos oprobiosos de la historia de Uruguay. 


Fue guerrillero, estuvo preso muchos años, sufrió torturas, aislamiento, fue herido de bala, amnistiado, fue senador y presidente de la república oriental. Se trasladaba en su carro viejo, rehusó vivir en el palacio presidencial y todos los días viajaba  a su finca de cincuenta hectáreas, buena parte de la cual cedió a sus trabajadores. Y dedicó  su sueldo a apoyar causas sociales. Esas cosas nos sorprenden porque muy pocos son capaces de vivir sin empeñar sus bienes y su corazón a los dictados del capitalismo. 

Guardó independencia frente a los poderes,  cuestionó a Maduro y a Cristina Christner- no soportaba el arribismo estridente de la señora-, mantuvo relaciones cordiales y evitó una política de ajuste de cuentas con los militares de la dictadura.  Fue un crítico acérrimo de los valores capitalistas y exhortó a los jóvenes a no perder sus sueños, a procurar vivir en un ambiente equilibrado.  


Cuando Mujica hablaba, había un respeto enorme pues no era de los de doble faz. Se equivocó, cometió errores, pero nunca fue un farsante. Era de hablar lento, de caminar lento. Era su hogar el refugio donde podía charlar y cultivar crisantemos con su esposa, Lucía Topolansky, compañera de luchas, allá en Rincón del Cerro, a 15 kilómetros de Montevideo. Lloraron largo por la muerte de su perra Manuela.

Decía: "No me voy, estoy llegando". El 13 de mayo de 2025, terminó el viaje de quien supo vivir de acuerdo con sus principios de luz en una época de oscuridad.

sábado, 17 de mayo de 2025


COCA Y ORO: HISTORIA DE UNA TRADICIÓN


Francisco de Quevedo, el gran poeta español del Siglo de Oro escribió: 

"Madre, yo al oro me humillo,/él es mi amante y mi amado./pues  de puro enamorado/de continuo anda amarillo./Que pues doblón o sencillo/hace todo cuanto quiero,/poderoso caballero es don Dinero". 

Ha sido el oro un detonante del progreso humano, el símbolo por excelencia del poder y la codicia. Oro, oro. Cómo olvidar aquella vez que llovió oro en Guaduas y todos, sin excepción, corrieron a recoger las pepitas de oro regadas por el Camellón Real. Allí se desvanecieron las diferencias de clase, allí cupieron flacos y obesos, jóvenes y viejos. Todos, unidos por el deseo de atesorar el que otro poeta,  Giovanni Papini llamó "el "estierco del demonio".

Simón Posada Tamayo, periodista, publicó un libro, "La Tierra de los Tesoros Tristes. La maldición del Oro y la Coca en la Historia de Colombia", relato fascinante que rastrea a lo largo de nuestra historia el papel del  metal y la planta en la conformación social y económica de nuestro país, en particular del poporo que hoy se encuentra en el Museo del Oro.

Refiriéndose al papel del Banco de la República en la recolección de los tesoros indígenas escribe:

En todo este proceso histórico se han cometido aciertos y desaciertos. No se trata de buscar culpables, sino de hacer evidente que todos. tanto el museo como el banco y las comunidades, han sido víctimas del saqueo y el olvido y, además, de la influencia de n mito: el de El Dorado.  La idea de este territorio fantástico repleto de oro ha sido una ventaja y una condena a la vez. Miles de hombres murieron en su búsqueda.  Lope de Aguirre, en medio de su locura, apuñaló a su hija. Hernán Pérez de Quesada, con la ayuda de su despiadado capitán Lázaro Fonte, disminuyó en tres metros el nivel de la laguna de Guatavita con la ayuda de un centenar de indios equipados con totumas. Buscaban los tesoros de ese cacique que navegaba en una barca de juncos hacia el centro de la laguna, con su cuerpo cubierto de oro, para hacer ofrendas que terminaron siendo saqueadas por miles de guaqueros hasta el siglo XX. 

 El libro relata la vida de un personaje extravagante, Carlos Coroliano Amador Fernández, nacido en Medellín el 25 de marzo de 1835. Fue él quien "trajo a Colombia uno de los primeros cinematógrafos  con el que proyectó la película "La llegada de un tren a la estación de la Ciotat... también llevó a la ciudad el primer telégrafo y el primer automóvil que rodó en Colombia". Fueron ostentosas  sus fiestas , con fuentes del patio de su casa llenas de champán "y encontrar músicos en Medellín  por esos días era imposible: todos estaban en su casa". Los objetos extraños que poseía los trajo de sus viajes a Europa " y él aprovechaba el recorrido para traer tantas cosas como pudiera, al punto de que en alguna ocasión, después de un viaje entre 1885 y 1887, necesitó cincuenta mulas para cargar su equipaje en las que, además de los inventos mas innovadores de la época, traía "esculturas de mármol de Carrara, pianos de cola, mosaicos, hierro forjado, ventanas, vitrales, bronce, espejos, muebles, cristalería, alfombras, vajillas y carruajes".


 Casó con Lorenza Uribe Lema, dueña de "haciendas, terrenos- uno que hoy es el populoso barrio de Guayaquil en Medellín- una salina, carboneras, plantaciones, ganadería y , lo mas importante, la mitad de la Sociedad Minera El Zancudo". Gracias  a la empresa minera, logró Coroliano desarrollar diversos proyectos que impulsaron el desarrollo de Antioquia. Además, se convirtió en un coleccionista de piezas de orfebrería que acumuló como un asunto personal. Detrás de estas historias fascinantes, está presente la guaquería, oficio que ha diseñado el mapa de muchas regiones del país, ha dispuesto de la vida de muchas comunidades, creado ejércitos que encuentran en la cocoa y el oro formas rápidas y eficaces para acumular riqueza y generar el eterno subdesarrollo al que hemos vivido en la tierra de los tesoros tristes. 

Invito a mis amigos del post  a leer "La Tierra de los Tesoros Tristes", de Simón Posada,  por ser un relato deslumbrante de la historia  fascinante y  trágica de nuestro país.

sábado, 10 de mayo de 2025



CALLES, LUGARES Y MEMORIA

 Cuando recorremos alguna calle suele ocurrir que se mezclan en nuestro cerebro el presente y el pasado, el ritmo vertiginoso de la actualidad con el recuerdo nostálgico de lo que ya no es. Camino la séptima de Bogotá y se tropiezan las imágenes de aquellas tardes de cinemateca de los años setenta con el desorden actual  de la séptima peatonal, una cinemateca nueva, dos centros culturales de calidad, el Delia Zapata y el García Márquez del Fondo de Cultura Económica. Somos, me parece, una suma de recuerdos que se mezclan  con la actualidad, haciendo de nuestras vidas un permanente intercambio de añoranzas y sensaciones nuevas. 

De Guaduas me invade la memoria de casas de bahareque y tejas de barro, de imágenes de seres que ya no existen o que existen hoy con otros rostros. Algunos nos acompañan siempre y al pasar por los lugares que habitaron sentimos el vacío de su ausencia. Manolito, el inolvidable Manolito, amigo en las buenas y las malas, saliendo de su casa frente al Morgan; Carlos Díaz Padilla, sentado en  la sala de su casa iluminándonos  con su erudicción sazonada con el  humor mas  exquisito. La calle de la Pola, escenario de mis vivencias infantiles, las calles que me conducían a los colegios; El café Real, situado en el Camellón Real, lugar de encuentro de billaristas y jugadores de ajedrez, misma calle donde vivieron nuestros cronistas mayores, Pepe Serrano Y Miguel Hernández.  Cómo olvidar, en esa calle,  a una de las mujeres mas aguerridas de Guaduas, Maruja Fierro, contestataria y  crítica de la política local. No cuento que allí en una antigua casa colonial, visitaba yo a una morena de ojos verdes.


Viví de niño en Villahermosa, un barrio de Medellín situado en la parte oriental, donde recibí las primeras clases de vida en la esquina de la Tienda  Roja, en compañía de muchachos alguito malevos, excelentes amigos y buenos jugadores de fútbol. En sus calles y sus tiendas y cantinas escuché por primera vez los tangos que se metieron en mi alma. Recorro hoy el barrio y queda muy poco o nada de sus lugares. De Honda, la belleza singular de las calles del centro histórico, de las casas y calles del sector del Alto del Rosario, tan coloridas y bellas y de la caricia húmeda del río Magdalena..

También sucede que ciertos lugares  de ficción se nos convierten en reales: Macondo, París visto desde la mirada de Horacio Oliveira en Rayuela, el campo descrito por Juan Rulfo, la Lima de La ciudad y los perros, la Cartagena de El amor en los tiempos del Cólera,  de la Memoria de la Ceiba y la Tejedora de Coronas, la Estambul de Orán  Pamuk, Teherán narrado por Azar Nafisi.

El narrador de  "Por el camino de Swann" finaliza el relato  con una bella reflexión:

Los lugares que hemos conocido no solo pertenecen al mundo del espacio en que los situamos para mayor comodidad. No eran sino una delgada capa entre impresiones contiguas  que formaban nuestra vida  de entonces; el recuerdo de una determinada imagen no es sino la añoranza de un determinado instante; y las casas, los caminos, las avenidas son, por desdicha, fugitivos, como los años



 

sábado, 3 de mayo de 2025

 


VIAJES Y AÑORANZAS

Viajar parece ser, en ciertos casos, la búsqueda de un lugar que se ha pegado en el alma, la sensación de añoranza que se ha quedado grabada en el cerebro, la constatación de que existe un sitio semejante al que habita en los más íntimo de nuestro ser. Para mí, ese lugar se llama Mompox.

Lo visité hace muchos años en compañía de mis amigos David y Delfina y además  tuvimos  la dicha de viajar de Mompox a Magangué en planchón por el río Magdalena. Un viaje inolvidable, en el que creí esta viajando por el mar, tal la inmensidad del río en aquella parte.

Fue aquel viaje y la lectura de El amor en los tiempos del cólera, de García Márquez  los que de alguna manera convirtieron ese lugar en un espacio añorado al cual anhelo volver algún día. Si bien es cierto que la novela transcurre en Cartagena, mucho del ambiente de la ciudad amurallada de finales del siglo XIX y comienzos del XX se respira allí.

He visitado muchos pueblos de Colombia, pero solo allí experimenté la sensación de lentitud, el ritmo delicado que nos conduce sin premura a sitios de belleza inigualable, bajo el sol canicular que se doblega con un jugo helado de corozo. Escribe Anamaría Leaño, en la página de la Universidad de los Andes:

Es la misma sensación que experimentan otros viajeros. Porque conocer tres calles basta para caer redondo ante sus encantos. La calle Real del Medio, la de la Albarrada y la de Atrás están llenas de historias y de gente dispuesta a contarla. La del Medio —justo al lado de dos de las casas coloniales más reconocidas: la de la Cultura y el hotel Doña Manuela—es la de los talleres de filigrana, en donde familias enteras trabajan con hilos de oro y plata, tan gruesos como un cabello, en la elaboración de delicadas joyas. Si pasas a la de Atrás comienzas a ver el abrebocas de la ebanistería momposina, que se aglomera completa en el Sagrado Corazón —fuera del centro—. Y si vas por la calle de la Albarrada disfrutas del paisaje y el fresquito que trae caminar por la orilla del río, mientras pruebas dulce de limón y queso en capas que te ofrecen en cada esquina.

A mí me ocurrió que vi pasar a Fermina Daza una tarde mientras paseaba por el río, del brazo de Florentino Ariza. Se habían escapado de las páginas del libro y en un arrebato que solo yo conozco, decidieron perderse en las calles en las que descansan grandes casonas de rejas forjadas a mano, corredores, zaguanes y árboles frondosos y el río Magdalena, tan amplio de cauce, tan generoso de viento: "Mompox, tierra de Dios,/ en donde se acuesta uno y amanecen dos./Y si sopla el viento amanecen cientos./ y si vuelve a soplar ya no se pueden contar.

Allí volveré, con mi Fermina  a extasiarnos con las ventanas, portones y fachadas, patios interiores y la alegría paciente de sus moradores. Caminaremos en la noche por la avenida que colinda con el río y disfrutaremos del sonido de los pájaros que arman bulla temprano en la mañana.