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sábado, 17 de mayo de 2025


COCA Y ORO: HISTORIA DE UNA TRADICIÓN


Francisco de Quevedo, el gran poeta español del Siglo de Oro escribió: 

"Madre, yo al oro me humillo,/él es mi amante y mi amado./pues  de puro enamorado/de continuo anda amarillo./Que pues doblón o sencillo/hace todo cuanto quiero,/poderoso caballero es don Dinero". 

Ha sido el oro un detonante del progreso humano, el símbolo por excelencia del poder y la codicia. Oro, oro. Cómo olvidar aquella vez que llovió oro en Guaduas y todos, sin excepción, corrieron a recoger las pepitas de oro regadas por el Camellón Real. Allí se desvanecieron las diferencias de clase, allí cupieron flacos y obesos, jóvenes y viejos. Todos, unidos por el deseo de atesorar el que otro poeta,  Giovanni Papini llamó "el "estierco del demonio".

Simón Posada Tamayo, periodista, publicó un libro, "La Tierra de los Tesoros Tristes. La maldición del Oro y la Coca en la Historia de Colombia", relato fascinante que rastrea a lo largo de nuestra historia el papel del  metal y la planta en la conformación social y económica de nuestro país, en particular del poporo que hoy se encuentra en el Museo del Oro.

Refiriéndose al papel del Banco de la República en la recolección de los tesoros indígenas escribe:

En todo este proceso histórico se han cometido aciertos y desaciertos. No se trata de buscar culpables, sino de hacer evidente que todos. tanto el museo como el banco y las comunidades, han sido víctimas del saqueo y el olvido y, además, de la influencia de n mito: el de El Dorado.  La idea de este territorio fantástico repleto de oro ha sido una ventaja y una condena a la vez. Miles de hombres murieron en su búsqueda.  Lope de Aguirre, en medio de su locura, apuñaló a su hija. Hernán Pérez de Quesada, con la ayuda de su despiadado capitán Lázaro Fonte, disminuyó en tres metros el nivel de la laguna de Guatavita con la ayuda de un centenar de indios equipados con totumas. Buscaban los tesoros de ese cacique que navegaba en una barca de juncos hacia el centro de la laguna, con su cuerpo cubierto de oro, para hacer ofrendas que terminaron siendo saqueadas por miles de guaqueros hasta el siglo XX. 

 El libro relata la vida de un personaje extravagante, Carlos Coroliano Amador Fernández, nacido en Medellín el 25 de marzo de 1835. Fue él quien "trajo a Colombia uno de los primeros cinematógrafos  con el que proyectó la película "La llegada de un tren a la estación de la Ciotat... también llevó a la ciudad el primer telégrafo y el primer automóvil que rodó en Colombia". Fueron ostentosas  sus fiestas , con fuentes del patio de su casa llenas de champán "y encontrar músicos en Medellín  por esos días era imposible: todos estaban en su casa". Los objetos extraños que poseía los trajo de sus viajes a Europa " y él aprovechaba el recorrido para traer tantas cosas como pudiera, al punto de que en alguna ocasión, después de un viaje entre 1885 y 1887, necesitó cincuenta mulas para cargar su equipaje en las que, además de los inventos mas innovadores de la época, traía "esculturas de mármol de Carrara, pianos de cola, mosaicos, hierro forjado, ventanas, vitrales, bronce, espejos, muebles, cristalería, alfombras, vajillas y carruajes".


 Casó con Lorenza Uribe Lema, dueña de "haciendas, terrenos- uno que hoy es el populoso barrio de Guayaquil en Medellín- una salina, carboneras, plantaciones, ganadería y , lo mas importante, la mitad de la Sociedad Minera El Zancudo". Gracias  a la empresa minera, logró Coroliano desarrollar diversos proyectos que impulsaron el desarrollo de Antioquia. Además, se convirtió en un coleccionista de piezas de orfebrería que acumuló como un asunto personal. Detrás de estas historias fascinantes, está presente la guaquería, oficio que ha diseñado el mapa de muchas regiones del país, ha dispuesto de la vida de muchas comunidades, creado ejércitos que encuentran en la cocoa y el oro formas rápidas y eficaces para acumular riqueza y generar el eterno subdesarrollo al que hemos vivido en la tierra de los tesoros tristes. 

Invito a mis amigos del post  a leer "La Tierra de los Tesoros Tristes", de Simón Posada,  por ser un relato deslumbrante de la historia  fascinante y  trágica de nuestro país.

1 comentario:

  1. Excelente manera de promover la lectura. Uno de los mejores posts

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