LEER EN VOZ ALTA
Nada mas enriquecedor, sea en la intimidad del cuarto o en el aula escolar, que la lectura en voz alta. Hay un encantamiento producido por la voz- la entonación, las pausas, el silencio-, camino seguro para arribar al reino de la imaginación. Los padres y maestros- convertidos en juglares- desatan el caudal de palabras que nos transportan a reinos perdidos, bosques encantados, islas llenas de tesoros, hadas, elfos, gnomos, tragedias en las que dioses y hombres se enfrentan y luchan para mantener el orden o subvertirlo.
De mi experiencia como maestro, recuerdo la lectura en voz alta de las obras de Sófocles, en especial, Antígona:
CREONTE: Aun muerto, el enemigo jamás será un amigo.
ANTÍGONA: Es cierto, pero yo no nací para odiar, sino para amar.
Han pasado 26 siglos desde que Antígona se levantó contra la tiranía de un rey pretencioso y cruel, y su voz resuena hoy como ejemplo de amor filial y de respeto a las costumbres de una comunidad. Ese fragmento, que tantas veces leí, resonó en las aulas del colegio Samper y sé, de buena fuente, que ha acompañado a mis estudiantes a lo largo de sus vidas.
Cada vez que alguien, una mamá, un maestro, un abuelo abren un libro y se disponen a leer en voz alta un relato a un niño, se desatan las corrientes subterráneas que componen la imaginación, y la mente navega ligera por los mares de las infinitas historias.
Cada noche, en la intimidad del hogar, una voz se eleva y la escucha atenta de un niño le permite ponerse en la piel, las emociones, las dudas, temores y peripecias de otros, y convertir las historias de otros en su historia personal. La lectura en voz alta moldea, da sentido a la experiencia humana y le aporta al niño la variedad de situaciones y experiencias de las cuales se nutre.
Utilicé las imágenes de IA de Bing y, bueno, me fue regular. Lo bueno es que la probé y espero que en la próxima ocasión me vaya mejor.
Mi apreciado profe Dago, la pedagogía con sus nietos en el ejercicio de la lectura en voz alta, debe ser un éxtasis de emociones.
ResponderEliminarY un goce cotidiano que no cambio por nada. Gracias por su comentario.
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