ANTES DEL FINAL
Cuenta Paolo Cognetti En su libro "ANTES DE LLEGAR NUNCA A LA CUMBRE" que en el ascenso a una cima del Tíbet, mientras acampaban en algún lugar, escuchó ruido entre los porteadores:
Un águila joven se había metido a saber cómo entre las mulas...enseguida nos dimos cuenta de que estaba herida: el águila huía corriendo con las patas, ni siquiera intentaba desplegar las alas. Se escondió en la espesura de un escaramujo y desde allí nos observaba, girando la cabeza como un resorte, con los ojos muy abiertos.
Pasado un rato, los porteadores volvieron a sus labores:
Yo me quedé solo, agachado, observándola...A ella no le gustaba que yo estuviera allí, o no quería que la miraran en ese estado: se puede ser majestuoso hasta subiendo al patíbulo, rechazando la compasión. Con su noble cabeza, tambaleándose, las garras inútiles para andar, me dio la espalda y se alejó hacia el bosque, al encuentro con su destino.
¿Hay acaso una manera más bella de entender y asumir la muerte?
Excelente 👌
ResponderEliminar