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sábado, 6 de agosto de 2022



CONTADORES DE HISTORIAS

 Todos los martes,  Héctor Urién cuenta un relato de las Mil y Una noches en la taberna Alabanda en Madrid : "empezó el 6 de marzo de 2012, de modo que lleva 10 años, 4 meses y 4 semanas dándole a la lengua. Vi su actuación hace unos días y es un narrador formidable: embelesa y divierte. Le quedan por delante unos 20 años para acabar el libro. Como tiene 44, terminará más o menos para la jubilación. Ya lo dije antes: es el proyecto de vida" (Treinta años contando las Mil y Una Noches, Rosa Montero, El País Semanal).

Héctor se doctoró en biología y un día decidió que lo suyo era contar cuentos en bares. Así que abandonó la academia y se dedicó a fabular en esos templos en los que el deleite  llega en viandas y bebidas espirituosas. Doble placer, adobado con la palabra que nos acerca a la gloria.

Las Mil y una Noches constituye un legado de Oriente a la humanidad y muchos de nuestros sueños de infancia y juventud se nutrieron de estos relatos fantásticos. Su estructura y contenido los convierten en atractivo de grandes  y chicos y forman parte del tapete de historias urdidas en épocas y regiones diversas.


Imagino un lugar en Guaduas donde un día a la semana se propicie un encuentro de amigos para escuchar a bardos espontáneos, a narradores ocultos, a magos de la palabra enhebrar historias locales y universales, al calor de un refresco o de un vaso de bon vino. 



Que la palabra sea el pegante que nos une y nos reconcilie con la vida; que sea la palabra el vehículo idóneo para dialogar, compartir y disentir sin agresiones; y que sea la palabra el instrumento para intuir  el ritmo impasible del mundo, de apropiarnos de la belleza presente en cada instante.

Que nunca nos falten los contadores de historias.

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