EL FIN DEL MUNDO
(Foto del New York Times)
Hoy, en tiempos de crisis climática y augurios pesimistas sobre la existencia misma de la humanidad como especie, abundan las predicciones sobre el fin del planeta o de los humanos que lo habitamos. Algunas son producto de teorías descabelladas y fanatismos de toda índole. Otras, se basan en evidencias científicas acerca del deterioro implacable de los ecosistemas planetarios.
Linx Vilden ha asumido de una manera diferente estos temores: enseña a grupos de personas en Methow, un valle localizado en el poblado de Twisp, a 4 horas de Seattle, "cómo vivir en la naturaleza, como imaginamos que la gente de la Edad de Piedra lo hacía...Ellos saldrán al desierto con confianza, listos para cazar y matar a un ciervo, teñir pieles y dormir fácilmente en un refugio hecho a mano, cerca del fuego que hicieron con la fuerza de sus dos palmas sobre un palo."(How to prepare now for the complete end of the world, Nelly Bowles, New York Times).
Linx Vilden ha asumido de una manera diferente estos temores: enseña a grupos de personas en Methow, un valle localizado en el poblado de Twisp, a 4 horas de Seattle, "cómo vivir en la naturaleza, como imaginamos que la gente de la Edad de Piedra lo hacía...Ellos saldrán al desierto con confianza, listos para cazar y matar a un ciervo, teñir pieles y dormir fácilmente en un refugio hecho a mano, cerca del fuego que hicieron con la fuerza de sus dos palmas sobre un palo."(How to prepare now for the complete end of the world, Nelly Bowles, New York Times).
Creo que posiciones como las de Linx Vilden implican el abandono total de cambios colectivos planetarios. Pareciera ella decirnos: "mira, no hay arreglo posible, vamos a prepararnos a vivir como los primitivos". Considero que el rasgo mas humano consiste en la eterna lucha frente a los avatares de la existencia. Depende de nuestras decisiones juiciosas replantear los sentidos de la vida, no solo la nuestra como especie, en el planeta.
Nuestra condición mortal nos aboca a preguntarnos por nuestra permanencia en la tierra, y cuestiones fundamentales como los modelos de desarrollo económico y social nos plantean preguntas como hasta qué punto estamos dispuestos a adoptar estilos de vida menos basados en el consumo desaforado.
Yuval Noah Harari señala: para derrotar una epidemia, la gente necesita confiar en los científicos expertos, los ciudadanos necesitan confiar en las autoridades públicas y los países necesitan la confianza mutua. En los últimos años, políticos irresponsables han minado deliberadamente la confianza en la ciencia , en las autoridades públicas y en la cooperación internacional. Para prevenir una catástrofe, necesitamos recuperar la confianza que hemos perdido. No podemos derrotar una epidemia global con la propaganda malintencionada y el aislamiento. El antídoto real es el conocimiento científico y la cooperación global.
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